Conociendo a mi esposo

Estoy en mi habitación cuando Elena entra con unos papeles en sus manos.

-Buenas días hija, mira lo que llegado esta mañana.

-Lo papeles del matrimonio.

-Si ya están firmados.

-Y ahora que, me tengo que ir a vivir con el.

-Me temo que si hija ya está tus cosas en tu nueva casa, solo faltas tú.

-Si ya me estoy terminando de arreglar, pídele al chófer que prepare el auto saldré en cinco minutos.

-Esta bien hija.

Elena sale de la habitación y yo que sola frente al espejo.

Sara Bustamante tendrás que ser muy fuerte para soportar esto, recuerda que es por tu madre, intenta convencer a tu esposo, o mierda que feo suena eso, pero debes convencerlo de que está mafia y está guerra debe acabar. Me digo esto a mi misma parada frente al espejo.

-Ya está todo listo. Dice Elena

-Si está bien ya bajo. Me coloco mis tenis y salgo de la habitación, bajo las escaleras y voy al parqueadero donde está Elena y de inmediato se me acerca

-Hija no olvides que yo estaré aquí si necesitas algo.

-Muchas gracias Elena, estaré bien.

-Te estaré llamando y si ese hombre te hace algo no dudes en llamar.

-Lo tendré en cuenta.

Subo al auto y de inmediato el chófer se pone en marcha.

......................

Llegamos a mi nueva casa bajo del auto y pienso antes de entrar, vamos Sara tu puedes con esto, entro a la casa ya que tengo mi llave y no tengo porqué tocar, se que el está aquí, hay algo que me dice que esto será mucho más difícil de lo que pensé.

Entro a la casa y busco por todas partes para ver si lo encuentro pero no lo veo por ningún lado, quien bien no ha llegado o eso creo, subo las escalera y entro a la habitación donde veo a un joven alto con músculos parado de espaldas frente a la ventana.

-Hola soy Sara.

Este voltea enseguida y no creerán lo que vi.

-Pero que mierda que haces tú aquí Sebastián.

-Eso debería preguntarte yo a ti, que haces aquí, no te casarás, creí que estaba de luna de miel.

-Ya me casé, asi que ahora lárgate antes de que llegue mi esposo.

-No iré a ningún lado, la que debería irse eres tú yo estoy en mi casa.

-Como que tu casa, yo la compré ayer.

-Espere, como se llama tu esposo.

-He, he, el se llama he, no lo sé, no sé cómo se llama mi esposo no lo conozco.

-Eres la hija de Elena.

-Si porque.

-Esto no puede ser, de seguro tu la sabías y te hiciste la que lo sabía nada, pero qué buena actriz eres Sara ya para de actuar.

-Pero se que hablas, no estoy entendiendo nada.

-Mucho gusto Sara, Sebastián Torres Landa.

-Pero que mierda, todo esto fue idea tuya verdad, por eso no ibas a la universidad y no te presentaste a la reunión en casa de Elena, lo tenías todo planeado, por eso querías enamorarme para casarte conmigo y poder conservar tu maldita mafia, más te vale que lo le hagas daño a mi madre porque te matare con mis propias manos.

-Ahora yo fui quién planeo todo esto, pero que buena eres Sara casi te creo todo.

-Me estás hechando la culpa cuando tú eres quien tiene a mi madre secuestrada.

-Pero que estupideces dices, Elena no está secuestrada.

-Deja de fingir, no estoy hablando de Elena, hablo de Tatiana mi madre, la mujer que me crio y lucho por mi, tú y tu padre la secuestraron.

-Entonces esa es la mujer que tiene mi padre, pues yo no tengo nada que ver con eso.

-Esperas que te crea a ti que no me dijistes quien eras.

-Y tu si lo dijistes.

-Pues yo me enteré hace poco de la verdad, pero tu ya la sabías.

-Ha si eso es lo que crees, yo no tenia idea que me casaría contigo yo solo hice lo que mi padre me dijo, yo no quiero ser un mafioso y mi padre me primer que si en un año no me casaba y el encontraba a la hija de Elena tendría que casarme con ella, por eso te pedí que fueras mi novia.

-Solo me querias usar

-No Sara yo quería algo serio contigo, pero también eras mi única opción para salir de toda esta mierda.

-No sabías nada.

-No, nunca imaginé que terminara casado contigo, pero no puedo decir lo mismo de ti.

-Pero que te pasa, yo lo sabía nada, cuando acepte el matrimonio lo hice por salvar a mi madre no ha está maldita mafia.

-Me estás diciendo la verdad.

-No tendría porque mentir.

-Entonces eres mi esposa.

-Asi parece.

-O valla pero quién pesaría que terminaría casado con una mentirosa.

-Pero que, más bien el mentiroso es otro.

-Eso está por verse.

-Te quiero lejos de mi, yo dormiré aquí y tu busca otra habitación.

-Lo siento esposa mía, pero en el contrato que tú escribiste está muy claro donde dice que tenemos que dormir juntos, ha y quiero que está noche seas mi mujer.

-Jamas me haré el amor contigo.

-Quien hablo de amor, solo será sexo y además está en el contrato.

-Pero tenemos tres días.

-No voy a esperar tres días para estar con mi esposa, será está noche y espero que no vengas con estupideces.

-Pero yo no sé cómo hacerlo.

-Eres virgen. Se burla.

-No veo el chiste Sebastián.

-Bueno está noche dejaras de ser virgen porque vas hacer mi mujer y más vale que no te vallas a cuidar de ninguna manera, ya que tendrás un hijo mío lo más rápido posible.

-Es muy rápido para pensar en hijos tenemos tres años para eso.

-Creo que no entiendes nada, serás mi mujer y tendrás un hijo mío y se acabó.

-Mira Sebastián tu a mi no me das órdenes te recuerdo que esto durará solo tres años.

-Y que te hace pensar eso, esto acaba cuando yo quiero.

-No sé si te diste cuenta pero por una extraña razón qu ahora entiendo cambien el artículo uno del contrato.

-Pero que fue lo que hiciste.

Busco el contrato en mi bolso y efectivamente lo cambio.

Artículo 1. El presente contrato de matrimonio tiene una duración de no mas de tres (3) años a partir de la fecha, y puede ser renovado en dicha fecha en caso de que las partes estén de acuerdo, de lo contrario se llevará a cabo el proceso de divorcio correspondiente.

-Pero porque.

-No pienses que te daré el divorcio así se fácil, serás mi esposa hasta que yo lo decida.

-Eres un maldito.

-Y este maldito te quitara la virginidad está noche y te haré gritar mi nombre.

-No te imaginas cuánto te odio.

-No me interesa lo que tú pienses, aquí se hace lo que yo diga, ven acá y dame un beso, saldré un momento.

-No me puedes obligar.

-Porque no, eres mi esposa.

Sebastián me hala por la cintura pegándome a su cuerpo.

-Sueltame.

-Si no lo hago que. Este no me deja hablar pega si labios contra los míos y me besa, intento no corresponder pero mis labios y mi cuerpo me traicionan y no solo correspondo también lo abrazo y suelto un gemido.

-Pero vez que fácil eres, está noche será mucho más fácil de lo que imaginé.

-Eres un completo idiota.

-Si como quieras decirme, está noche llegaré tarde y espero encontrarte despiertes para hacerte mi mujer.

-Y si estoy dormida que.

-Pues la que no disfrutarás serás tú porque yo te disfrutaré al máximo, te haré mia despierta, dormida o muerta.

-Nunca imaginé que fueras así.

-Y no te imaginas de lo que soy capaz.

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