Capítulo III

Me despierto con los rayos del sol que entran por la ventana, Rayan sale del baño con una toalla enrrollada en su cintura.

-Dormiste bien princesa, salimos en una hora más vale que estés lista a tiempo.

-Que no soy tu princesa Rayan, y no te preocupes voy a estar lista. Digo esto poniendo los ojos en blanco.

Rayan se me acerca, me mira directo a los ojos y me agarra fuerte del brazo.

-Ya te dije que te comportes Camila no tolero la falta de respeto.

-Suéltame Rayan, no soy de tu propiedad.

-Si lo eres princesa y tenlo presente. Dijo está en tono burlón

-Porque hiciste en que soy de tu propiedad.

-Arreglate rápido.

Rayan sale de la habitación ya cambiado y yo quedo en shock con sus palabras, sacudo mi cabeza, dejó de pensar en eso y me doy una corta ducha me coloco un pantalón negro con suéter rojo y mis vans negras, salgo de la habitación y Carlos me espera afuera.

-Señora Samour el señor la está esperando en el auto.

Tardó en entender que está dirigiéndose a mí ya que no estoy acostumbrada a mi nuevo apellido.

-Por favor llámame Camila.

-Lo siento señora Samour son ordenes del señor.

Ruedo mis ojos y me dispongo a salir, llegó al auto y me adentro en el, Rayan está dentro, el conductor de pone en marcha.

-Me podrías decir porque les dijistes a los guardaespaldas que digan señora Samour.

-Porque es tu apellido.

-No soy de tu propiedad Rayan.

-Si lo eres Camila, si lo eres.

-Porque insistes en que soy de tu princesa.

-Te recuerdo que esto es un negocio yo te compre y eres mía.

-No me compraste Rayan es un negocio donde todos ganamos y en un año acabará todo esto.

-Hay mi princesa que inocente eres.

-Que me quieres decir con eso Rayan.

El solo niega con la cabeza y guarda silencio, así continuo todo el camino hasta llegar al aeropuerto.

-Llegamos princesa. Pensé en decirle que no era su princesa pero preferí contenerme.

-Gracias Rayan.

Cuando bajó del auto vi un jet frente a mi.

-Vamos a viajar en eso Rayan.

-Si princesa es el jet privado de la familia.

-Me, me dan miedo las alturas.

-Mas vale que te prepares el viaje durará alrededor de quince horas.

-¿¡Que!? Me voy a morir en ese avión.

-Mas te vale que no princesa.

Yo solo asiento no entiendo cómo Rayan pasa de ser un ogro a ser tan dulce, aveces pienso que hay algo más en este negocio, que será lo que Rayan y mi padre esconden... Lo voy averiguar.

Abordamos el jet y sólo hay dos sillas una de lado del otro y una pequeña cama, Rayan se sienta en una de las sillas dejándome lado de la ventana.

-Rayan por favor me podrías dar esa silla no quiero ver por la ventana, me dan miedo las alturas ya te lo había dicho.

-Lo siento princesa para siempre voy en este asiento y así le puedes perder el miedo a las alturas más rápido.

-Te odio rayan.

Este sólo se ríe y yo tomo mi asiento al lado de la ventana, escuchamos la voz de la azafata diciendo que ya vamos a despegar y no abrochamos los cinturones, me puse muy nerviosa al escuchar que ya íbamos a despegar que no pude abrochar el cinturón.

-Te ayudo.

-No gracias yo puedo sola.

-Deja el orgullo Camila, ven yo te ayudo.

Rayan mira directo a los ojos y yo me pierdo en su mirada.

-Ya vez como por las buenas nos llevamos mejor.

Yo intento contestar pero solo asiento, ya habíamos despegado y no me atrevo a mira por la ventana.

-Camila mira por la ventana.

-No Rayan me da mucho miedo.

-Mira y te darás cuenta que ya no da miedo, hay un hermoso paisaje.

-No rayan, ya te dije que no.

-Bueno haz lo que quieras, Rayan vuelve a ser el mismo ogro. Llevamos casi 5 horas de vuelo y ninguna dice ni una sola palabra, yo intento dormir pero no puedo gracias a que tengo una pregunta rodando por mi cabeza hasta que me decido hablar.

-¡Rayan!

-Si princesa. Contesta sin despegar sus ojos de la computadora portátil.

-Porque insistes en llamarme princesa.

-Solo le hablas para eso.

-No en realidad no pero también quiero saber eso.

-Bueno la verdad es que así llamo a todas las chicas.

-Porfavor Rayan soy tu esposa, crees que me siento bien al escuchar eso.

-Esto es solo un negocio Camila.

maldita sea Rayan porque serás así; esto solo lo pienso.

-Entonces ¿Para que me hablastes?

-Bueno Rayan espero que esta vez sí me respondas, porque insistes en que soy de tu propiedad.

-Porque lo eres. Este muestra sus alianzas.

-No Rayan no lo soy esto es un negocio. Rayan se cabrea de mis preguntas, me toma del brazo y me mira a los ojos.

-Óyeme bien Camila, he hecho demasiado por aguantarme tus preguntas y ya entiende una buena vez que cuando firmaste los papeles de matrimonio te convertiste en mi propiedad.

-Rayan me lastimas.

Me suelta con furia y yo no vuelvo hablar en todo el camino hasta quedarme dormida.

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