Capítulo II

A pasado un mes desde esa estúpida cena, hoy es el día de mi boda y estoy llorando en mi habitación frente al espejo, me veo muy linda con mi vestido blanco en corte sirena y con escote corazón pero nunca me imaginé que mi boda fuera hacer así, solo por conveniencia.

-Estas lista hija.

-Si... papá ya estoy lista.

-Vamos mi niña solo será por un año no llores.

-OK papá acabemos con esto de una buena vez, vamos a la ceremonia.

Voy agarrada del brazo de mi padre fingiendo una estúpida sonrisa y parece que todo el mundo me cree, veo a Rayan parado frente al altar y se ve muy apuesto con su traje color negro y su corbata perfecta, pero que estoy diciendo acaso estoy loca que me pasa. Llegó al altar y mi padre me entrega a mi futuro esposo, el cura inicia la ceremonia y yo estoy perdida en mis pensamientos hasta que escuchó.

-Camila Rodríguez, aceptas a Rayan Samour como tu esposo para amarlo y respetarlo hasta que la muerte los separe.

-He... sí aceptó.

-Los declaró marido y mujer, puede besar a la novia.

Siento sus labios chocar con los míos y un caliente recorrió mi cuerpo al instante fue tan tierno que olvide que sólo era un matrimonio por conveniencia. Cuando Rayan retiró sus labios de los míos veo una sonrisa hermosa marcada en sus labios, de verdad que este hombre es muy apuesto.

-Nos vamos princesa, extiende su mano para que la tomé pienso antes de hacerlo pero lo hago.

Llegamos a la fiesta donde ya están todos invitados incluyendo a mi padre, el padre de Ryan y a mi abuela.

-Rayan me podrías esperar un momento, quiero saludar a mi abuela.

-Tranquila ve, te espero con mi padre.

- OK.

Me acercó a mi abuela y ella me da una tierna sonrisa.

-Mi niña no llores sólo será un año.

Si mi abuela lo sabe todo me costó ñdmucho convencerla y aunque no está de acuerdo le tocó aceptar. Limpio mis lágrimas que caen por mis mejillas.

-Yo estoy bien abuela no te preocupes por mí yo estaré bien, preocúpate por ti, en estar bien vas a recibir tu tratamiento y estarás mejor.

-Estas segura de esto mi niña.

-No abuela pero ya no hay marcha atrás pero te prometo que lucharé este año para que tú y mi padre estén bien.

-Tu madre estaría muy orgullosa de ti mi niña.

-No abuela si mi madre estuviera viva no permitiría esto. Mi abuela sólo asiente.

Rayan se acerca.

-Buenas noches.

-Buenas noches joven.

-Camila necesito hablar contigo un momento.

Me Alejo con rayas no sé de qué se trata y sólo me dispongo escuchar.

-Camila tengo que decirte algo muy importante, yo sé que tú no estás cómoda con esto pero mañana tenemos que viajar a Estambul, pensé en durar unos días más aquí hasta que estuvieras lista pero se me presentó un problema en la petrolera.

-OK, no te preocupes ¿a qué hora salimos?

-Salimos a las 7 de la mañana.

-OK, ya es muy tarde es mejor que vayamos a dormir si quiero estar despierta mañana temprano.

-OK, vamos al hotel donde nos hospedarnos por esta noche a nuestra habitación.

-Cómo que nuestra.

-Que esperabas dormir en habitaciones separadas.

-Yo no voy a dormir contigo, te queda claro.

-Eres mi esposa y no sólo dormiremos juntos.

-No voy a ser tu mujer Rayan, no lo voy a hacer.

Rayan extiende su mano para que la tomé, yo sólo lo miró.

-Oh vamos Camila o quieres que todos se den cuenta que esto es una farsa.

Niego con la cabeza y tomó su mano, al salir de la fiesta nos esperaba un auto lujoso como muchos guardaespaldas, nos abren la puerta y me adentro en este. Todo el camino estuvo muy silencioso y yo sólo miraba por la ventana.

-Llegamos princesa.

-Que no soy tu princesa Rayan.

Rayan me hala del brazo y me pega hacia el.

-Mas te vale que te empieces a comportar Camila no vas a querer verme enojado.

-Suéltame Rayan me lastimas. Su mirada se encuentra con la mia y sus ojos negros solo reflejan furia y los míos solo muestran temor, Rayan comienza a relajarse y me pierdo en su mirada, reaccionó porque uno de los guarda espalda nos interrumpe.

-Esta todo listo señor, ya pueden pasar a su habitación.

-Gracias Carlos.

Entramos en el hotel, tomamos el ascensor y como siempre todo en completo silencio, llegamos a la suite presidencial y valla que es hermosa me acuesto en la cama con el vestido y los zapatos puesto, estoy muy cansada, fue un día muy largo.

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