malos planes

- no, no, alteza, no puede ir usted, es peligroso.

Edith esta llorando, al saber que el príncipe va a un lugar peligroso y solo para rescatar a Alice.

- se que la vida de la señorita Alice es importante, pero la de su alteza también.

- tranquila señorita Wilson, no vamos a ponernos en peligro, seremos lo más discretos, debemos poner a salvo a la señorita Alembert, mi padre también esta preocupado.

- alteza ¿usted la ama? ¿Por eso se arriesga?

El príncipe se quedo callado, no sabe bien que responder ante esa pregunta, pero, si esta preocupado por Alice, es porque es importante para él.

- eso, no puedo asegurarlo. Pero es importante para mi, ella siempre me ha sido fiel.

- alteza, yo, iré con usted, si sale herido puedo salvarlo con mi magia curativa.

- no puedo ponerla en peligro señorita Wilson.

- por favor, no estaré tranquila si no se nada de usted y la señorita Alembert.

Los ojos llenos de lágrimas y suplicas, conmovieron al príncipe, así que finalmente asintió, aunque no esta seguro que dirán los padres de Edith.

La rubia le dijo que hablara con ellos, para mañana si no llega a la hora de partir significa que no le permitieron ir; ya que están de acuerdo, se despide de la rubia, debe ir a preparar todo.

Alice esta en el balcón de su habitación, pensativa, aun no se saca de la cabeza, como pudo crear un hechizo que la hiciera retroceder en el tiempo; tocan a la puerta y es Sara quien le trae su desayuno, ya que no bajo.

- que amable de tú parte, lamento causar estos inconvenientes.

- no se preocupe señorita, el Duque me encargó que cuidará de usted y lo hago con mucho gusto.

- aun así te estoy causando molestias.

- no es nada, usted es amable, no como las otras mujeres que han visitado al Duque en la capital, eran unas presumidas, que solo querían el estatus del Duque.

- es normal, siempre buscan eso, mi madre es así, sabes, decidí huir porque siempre buscaba venderme a un hombre rico sin importar lo feo o viejo que era.

- que terrible, entonces hizo bien en alejarse, estoy segura que usted encontrará un mejor hombre.

- quizás, pero no me preocupa eso en absoluto, si salimos de todo este problema de la guerra, quizás pueda trabajar para el Duque.

- también podría convertirse en su esposa.

Le sonríe alegremente a la chica, Alice solo la mira sorprendida.

- no digas esas cosas, el Duque y yo, no nos vemos de esa manera.

- usted no, pero él, es muy atento hacia usted, el día que se desmayó estuvo muy preocupado.

No esperaba que le dijeran algo así y menos que el Duque se preocupara por ella.

- debo agradecerle por su preocupación entonces.

- él esta en su estudio, por si quiere verlo.

Sara le deja ya todo servido y sale de la habitación, por su parte, sería mejor si Alice se convierte en la Duquesa ya que el tiempo que lleva ahí, los ha tratado bien.

Por otro lado, el príncipe ya había partido junto con un grupo de soldados, llevan un carruaje que es donde va Edith y una de sus doncellas.

- señorita ¿no es esto muy peligroso?

- estaremos bien, además los soldados son los mejores del reino, el Rey envía a los mejores a proteger a su hijo.

- ¿pero esto es demasiado, solo por salvar a esa señorita Alembert? Escuche rumores de que en realidad ella se huyo con el Duque, que en realidad son amantes.

Edith mira con enojo a su doncella mientras aprieta los puños.

- ella y el Duque no son nada, es Duque Leblanc es un hombre malvado que la secuestró.

Al ver la expresión de Edith, la doncella solo guardo silencio y miro hacía otro lado, su señorita es conocida por ser amable, pero ella mejor que nadie, sabe, que suele ser una envidiosa, sobre todo de la felicidad de otros inferiores a ella.

El Rey Marcus, habiendo dejado ir a su hijo, ahora esta con un pequeño grupo de hombres que visten cubiertos hasta la cara.

- la señorita con quien va, es muy reconocida. Quiero que vayan por ella, será la excusa perfecta, para culpar al Duque.

- como ordené señor, nos aseguraremos de cumplir bien con su petición.

Salieron de la ventana para evitar ser vistos, nadie debe saber que el Rey se reunió con un grupo de mercenarios; si su plan sale bien, pronto podrá estar invadiendo el sur, todas esas tierras serán suyas.

El Duque, ya iba de salida, cuando Alice bajaba la escaleras.

- ¿lleva prisa Duque?

- señorita Alice ¿ya se encuentra bien? El médico me dijo que solo se había desmayado.

- estoy bien, solo quería agradecerle por cuidar de mi y lamento todos estos problemas que le he causado.

- esta bien, no causa ningún problema, ahora debo ir a la ciudad a reunirme con unos infantes, la veré en la cena.

- de acuerdo.

El mayordomo le entregó su abrigo y ambos salieron de la casa, mientras que Alice, se dirigió a la cocina, debe encontrar una manera de ayudar y quizás pelar papas o cortar verduras, sea una manera sutil de ayuda.

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