huida

En otro tiempo, habría estado feliz de que el príncipe se preocupara por ella, pero ahora, solo lo quiere lejos de ella, con eso de que mañana debe irse con el Duque, espera el príncipe no esté cerca, no quiere ande intentando persuadirla, menos con la ayuda de esa molesta chica rubia.

Guardo también lo que no quiere dejar en esa habitación y la coloco bajo la cama, tampoco quiere decirle nada a Merry, así evita involucrarla en caso de que el Rey Marcus decida ponerla como traidora, no sería extraño, en su otra línea del tiempo, la culpo sin averiguar bien como sucedieron los hechos, solo de recordarlo le da coraje. No podía conciliar el sueño, estaba algo nerviosa, esta depositando su confianza en el Duque, quien fue su enemigo, pero, no hay nadie más en quien pueda confiar, todos en quien confío antes, fueron los primero en llamarla "tirana".

Poco antes de amanecer pudo dormir un poco, pero apenas los primero rayos de sol entraban por la ventana, se levanto sin hacer ruido y se cambio, se colocó, la ropa, con una falta blanca y larga y un corsé de color rojo, encima se puso una capa negra con la parte interna roja, tomo su maleta pequeña donde solo llevaba lo básico y salió de la habitación, había dejado una nota para avisarle a Merry y le coloco a este un hechizo para apenas su amiga lo leyera, este se quemará, era mejor así, no habría pruebas de a donde fue.

Subió a un caballo y se apresuro a salir de ese lugar; se tardo un poco pero llego al lugar acordado con el Duque, ahí, este aun esperaba con sus carruajes de equipajes y varios sirvientes que iban a caballo, apenas llegó, el Duque ordenó que se pusieran en marcha, como aun no salían por completo de la ciudad, el Duque hizo que Alice se subiera al carruaje con él, aunque los guardias de la salida, pedían identificación, por lo que el Duque dio uno falso para la albina, donde decía ser una de sus mucamas, así, sin más contratiempos, empezaron su viaje hasta el sur.

Ya en la escuela, el príncipe noto que Alice no había llegado.

- señorita Merry ¿sabe que le paso a la señorita Alembert?

- no, esta mañana se fue sin decirme nada, pero se que tiene problemas en casa.

- ¿que clase de problemas? ¿Acaso es por culpa de ese Duque?

- no alteza, esos problemas ya eran de siempre, su madre busca casarla con cualquier hombre, ya sea un Conde o un Marqués, solo busca subir de posición.

Bueno, eso no era una mentira, ya que Alice solo le dijo en la nota que se iría lejos, que solo quería huir de su madre, así evita darle problemas a su amiga.

- que terrible, pobre señorita Alembert.

Mencionó Edith que estaba cerca, como siempre entrando en conversaciones que no debe, pero el príncipe nunca le dice nada.

- ella estará bien, seguramente encontró ayuda y por eso se fue.

- ¿que? ¿De quien?

Se mostró enojado el príncipe, ya que de inmediato pensó en el Duque.

- n-no lo se, ella no me decía todo, hay cosas en las que era reservada.

- eso no se hace, se supone es su amiga, no debe guardar secretos. Que poca confianza le tenía.

- se equivoca, no es eso, solo hay cosas que no se pueden decir, ella siempre será mi amiga.

Que odiosa era esa rubia. Mejor se excusa diciendo que lleva prisa y se va de ahí, no le agradan esos dos, mientras más lejos los tenga mejor, por una parte, era mejor para Alice estar lejos de ellos.

La noche nuevamente había llegado, el grupo del Duque tuvo que montar un campamento, así que ordeno que pusieran una tienda cómoda para Alice, siendo una chica de familia noble, seguramente es su primera vez durmiendo en la intemperie.

- Duque, esto es mucho, yo puedo dormir en la misma tienda que las mucamas.

- señorita, usted nunca ha viajado de esta manera, es mejor tener un lugar cómodo.

- no voy a usarlo. Pongan un lugar más con las mucamas, estaré bien ahí.

Ordeno al mayordomo, este dudo, pero mejor hizo lo que pidió la chica.

- no necesito un trato especial, es más, quizás sea bueno si me presenta como una mucama más, a fin de cuentas ya no soy una noble, deje a mi familia.

- solo la presentaré como una invitada, en mi mansión tendrá todo lo necesario.

- creerán que soy su amante.

Mencionó desviando la vista, lo dijo con un tono de burla, pero no esperaba que el Duque se avergonzaria por ello.

- p-pese a mi fama, no soy así, tengo cosas más importantes que jugar con mujeres.

- ¿entonces son falsos esos rumores?

- lo son, las mujeres con quienes me han visto, solo trabajan para mi.

- que inesperado.

Bien, ya era hora de descansar así que se fue al lugar donde las mucamas también duermen, estás aun les sorprende que sea una chica tan sencilla, ya que escucharon en la ciudad sobre su sobresaliente talento en magia.

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