residencia temporal

Tras casi una semana de viajar, por fin cruzaron la frontera del norte, ahora, ya era territorio del sur, aunque aun les faltaba por llegar a la ciudad principal, se detuvieron en una cercana a la frontera, hasta que el Rey les indique, deberán quedarse ahí, por eso, el Duque, tiene una casa en esa ciudad, por ello, no tendrán problema alguno, tras instalarse, Alice fue al jardín, que aunque estaba un poco desatendido, había suficiente espacio para entrenar con la espada, desde que empezaron su viaje, en cada descanso aprovechaba practicar. El Duque la observa desde la ventana del estudio, no cabe duda que es una chica muy dedicada. El mayordomo entro sirviéndole un poco de té y fruta.

- señor, ¿esta seguro que hace bien en llevarla? Y si es una espía.

- no, no lo es, ella solo quiere escapar de su destino, además, su ayuda nos viene bien.

- como desee señor.

Sin más se retiró, no cuestionara las decisiones de su amo, pero mantendrá bajo vigilancia a la chica, es del norte y no se puede confiar en ella al cien.

En el reino del norte, el príncipe ha ido a la mansión de los Alembert, la Baronesa esta tan animada, ordeno preparar todo bien, para complacer al príncipe, aunque, en el fondo también esta furiosa por que no sabe donde se ha ido Alice, justo cuando ya tenia un trato con el Conde Bronw.

- alteza, dígame ¿a que se debe su honorable visita?

- vengo a ver a la señorita Alembert, hace ya una semana no va en la escuela y quisiera saber que ha pasado.

- oh alteza, estoy tan preocupada, mi hija no ha vuelto a casa, es terrible, justo cuando ya hasta estaba por comprometerse.

- ¿que?¿con quien?

Nadie le dijo nada sobre un compromiso, se supone que ese tipo de asuntos son comunicados inmediatamente al Rey.

- con el Conde Bronw, es un hombre generoso y de buen estatus.

- Baronesa, el Conde Bronw es un hombre que supera por mucho, en edad a la señorita Alembert.

Quizás, Alice huyo se casa por eso, pero ¿por qué no acudió a él? Es el príncipe pudo intervenir y hablar con el Rey para no permitir ese matrimonio.

- la edad no importa, estoy segura que Alice hubiera amado al conde, es un buen hombre. Alteza, ayúdeme a encontrarla.

- lo haré, no se preocupe, pondré a todos los guardias disponibles para buscarla.

- es usted tan generoso, espero mi niña este a salvo.

Y espera la encuentren la pronto, porque planea darle un castigo por la humillación que la hizo pasar la última vez que la vio, incluso su esposo la golpeo por causar tantos problemas, pero todo, es culpa de Alice. El príncipe aceptó quedarse a comer, aunque no le agrado del todo que quisieran casar a Alice con un hombre tan viejo, cuando ella regrese, sin duda la ayudará a liberarse de ese supuesto compromiso.

Alice decidió salir a dar un paseo por la ciudad, era un lugar tranquilo y con variedad de gente, desde magos hasta, seres de otras especies, algo que en el norte no suele haber, es un lugar mucho más cerrado a recibir a esa clase de gente, seguramente el Rey tiene algo en contra de esas criaturas y por eso, quiere atacar al país, no es seguro, pero podría ser un motivo; en su recorrido se encontró con una de las mucamas del Duque, así que fue en su ayuda cuando la vio cargando bolsas de verduras y demás cosas.

- muchas gracias señorita Alembert, aunque no debería, es una invitada del señor.

- eso no importa, no por eso voy a evitar ayudar. Por cierto, Sara, ¿sabes cuanto nos falta para llegar a la capital?

- de aqui hasta la capital, son dos semanas.

- ¿eeeh? ¿Tanto? Supongo que tampoco nos iremos pronto.

- no, es hasta que el Rey envíe a alguien a buscar al Duque, por ahora debe quedarse aquí, por si el norte, empieza una invasión.

- el Rey Marcus, yo lo consideré siempre un hombre noble, pero me equivoqué, pensar que desea iniciar una guerra solo porque quiere gobernar todas las tierras posibles.

- ¿estará usted bien? Su familia es del norte y...bueno...ahora nos ha seguido.

- estoy bien, mi familia, no merece mi preocupación.

Llegando a la mansión fueron a dejar todo en la cocina y Alice, para no interrumpir el trabajo de las mucamas, se sale se ahí, se regresa al patio donde esta un estanque, ahí, invoca su magia de hielo causando que el agua se levante y formar una torre congelada, acto seguido levanta la mano y aprieta el puño, causando que la torre se rompa, los pedazos que caen, al mover su mano, estos toman forma de cuchillas y las lanza contra si misma, entonces usa su espada para ir cortando cada uno, hasta acabar, los guardias que andaban entrenando cerca, se quedan sorprendidos, pues los pocos magos que hay, no siempre tiene una magia tan fuerte. El Duque que también ve esto desde su ventana sonríe, no cabe duda que se ha traído consigo una maga tan excepcional.

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