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Finalmente el príncipe Alán llego a la ciudad de la frontera, para pasar desapercibidos solo se vistieron como mercaderes, con identidades falsas; ya dentro de la ciudad se instalaron en una posada no muy cara, para no levantar sospechas; el príncipe va en compañía de un solo guardia para investigar, porque escucharon al llegar que el Duque estaba establecido en ese lugar, afortunadamente con un poco de dinero consiguió la dirección. Llegando pudo ver como Alice entraba al lugar, quiso ir hacia ella pero el guardia se lo impidió.

- déjame ir, podría necesitar ayuda.

- señor, si la casa esta vigilada nos descubrirán, no olvide que el Duque lo conoce.

No le quedo de otra que contenerse. Alice al entrar, saluda a los guardias y entra ya a la casa, había salido a caminar desde muy temprano, así que subió para bañarse y cambiarse antes de bajar a desayunar con el Duque.

Al bajar el Duque ya esperaba en la mesa y se estaba sirviendo todo, Alice tomo su lugar agradeciendo cuando le sirven su desayuno.

- señorita Alice, hay algo que debe saber. Según un informante, el Rey Marcus permitió que el príncipe viniera hasta la frontera, según, él la busca a usted.

Alice casi se atraganta con su comida, bebe un poco de agua para calmarse.

- ¿que? No creí que averiguarian que vine con usted.

- al parecer el príncipe tiene la absurda idea de que la traje a la fuerza.

- hum! Es un idiota, pero, esto, realmente le causará problemas a usted, quizás deba irme.

- no, no se preocupe, no creo que se atrevan a nada o serian ellos los culpables de iniciar una batalla.

- cierto, aun así, creo que debería fingir que regreso, si lo pierdo en algún punto, olvidará la absurda idea de que soy su prisionera.

- ¿irá a verlo?

- si, le diré que vine por mi propia voluntad, si aun no me cree, entonces le haré creer que voy de regreso.

- tenga cuidado, no sabemos cuales sean sus intenciones.

- yo se cuales son, ese hombre solo quiere usarme para ganar su absurda guerra, usted vio lo que puedo hacer, si no fuese por eso, nunca me buscarían.

- comprendo, pero, creo que el Rey Marcus piensa lo mismo, quizás cree que te tengo pensado usar.

- pero no es así, en este caso, soy yo quien esta ofreciendo su ayuda. Si pudiera, armaria una rebelión en el norte, deben haber gente deseosa de bajar del trono al Rey Marcus...

Se para rápidamente, eso es, es lo que necesita, buscar un nuevo Rey y hacer caer al actual, si logra algo así, podría evitarse una guerra. Pero ¿quien puede tomar el lugar como Rey?

- Duque, usted que sabe de la gente en el palacio ¿cree que haya un hombre adecuado para ser Rey?

- ¿no estará pensando en organizar una rebelión de verdad? Es algo extremo y no sabemos como reaccionará la gente.

- cierto, necesitamos exponer al Rey, para que sea válida la rebelión. Creo saber como, los rumores, si hay rumores seguramente la gente dudará.

- pero si usted es quien los dice, creerán que es extraño, ya que usted ya ha venido hasta aquí.

- se como hacer que todo salga bien. Hagamos que el tonto príncipe me secuestre, como piensa que fui traída a la fuerza, seguro hará todo lo posible para llevarme de regreso, si cuando me hagan volver, difundimos que el príncipe hizo todo por petición del Conde Bronw, ya sabe, que digan que se obsesionó conmigo porque lo rechace.

- no es mala idea, aun si el Conde Bronw lo niega, la mayoría sabe lo pervertido que es y como compra jovencitas para tenerlas de concubinas. Señorita Alice, su idea no es tan mala.

- y tengo una idea de como provocar que piensen que el Rey busca cualquier excusa para iniciar una guerra.

Sonríe ampliamente, ahora solo necesita que el Duque coopere con ella, tal vez no sea un plan tan brillante, pero podría ayudar que la gente tenga dudas hacia el Rey Marcus.

- cual es su idea, señorita Alice.

- Duque, vamos a casarnos.

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