El corazón de Melisa latía con fuerza mientras caminaba por la calle rumbo a casa. Apretaba en sus manos los resultados de su examen, sintiendo mucho nervios.
"Voy a ser mamá."
La idea aún la sorprendía, pero en el fondo, la llenaba de felicidad. Imaginaba la expresión de Alexander cuando le diera la noticia. ¿Cómo reaccionaría? Tal vez se sorprendería tanto como ella… o quizás hasta se emocionaría.
No importaba, lo descubriría en cuanto llegara a casa.
Subió las escaleras rápidamente, sacó su llave y abrió la puerta.
—¡Alexander, ya llegué!
Silencio.
Frunció el ceño y dejó su bolso sobre la mesa. Caminó por la casa buscándolo.
—¿Alexander?
Nada.
Fue a la habitación, al baño, incluso revisó el balcón, pero no había rastro de él.
"Tal vez salió a comprar algo."
Suspiró y acarició a Michiru, que la miraba con sus ojitos verdes.
—Seguro vuelve pronto, ¿verdad, Michiru?
El gato parpadeó lentamente, como si no le importara la conversación.
Melisa se acomodó en el sofá y esperó.
Y esperó.
Las horas pasaron. El sol comenzó a ponerse y la ansiedad empezó a apoderarse de ella.
"Esto no es normal… No conoce a nadie, no sabes salir de la casa muy a menudo. ¿Dónde está?"
Trató de llamarlo, pero su teléfono estaba apagado.
Intentó convencerse de que no era nada grave.
"Tal vez su celular se quedó sin batería. Tal vez salió a caminar y perdió la noción del tiempo."
Pero mientras más pasaban las horas, más difícil era engañarse.
La noche cayó y Melisa seguía sentada en el sofá, con el teléfono en la mano, marcando una y otra vez el número de Alexander sin obtener respuesta.
La preocupación se convirtió en angustia.
"¿Y si… lo secuestraron otra vez?"
La idea la heló por completo.
Saltó del sofá y tomó su abrigo.
—Voy a buscarlo.
Michiru maulló y ella se inclinó para abrazarlo.
—¿Dónde se habrá metido, Michiru? No lo sé… pero voy a encontrarlo.
Salió a la calle sin saber por dónde empezar. Caminó por el barrio, revisó cada cafetería, cada esquina donde solían pasear juntos.
Nada.
La madrugada llegó y sus piernas comenzaban a doler, pero no podía detenerse.
Regresó a casa con lágrimas en los ojos, abrazándose a sí misma.
Se sentó en la cama y miró su reflejo en el espejo.
—"¿Dónde estás, Alexander?"
No tenía respuestas, solo una angustia creciente que la estaba consumiendo.
A la mañana siguiente, Melisa decidió que no podía quedarse de brazos cruzados.
Tomó su teléfono y llamó a Alicia.
—Amiga, necesito tu ayuda.
—¿Qué pasó? ¿Estás bien?
—Alexander desapareció.
—¿Qué?
—No volvió a casa. Lo esperé toda la noche y su teléfono está apagado.
Alicia guardó silencio unos segundos.
—¿Llamaste a la policía?
—No puedo, sabes que no se su verdadero nombre , no tengo idea como buscarlo… No se nada .
Alicia suspiró.
—Entonces lo mejor sería contratar a un investigador privado.
—¿Tú conoces a alguno?
—Tengo un conocido que podría ayudarte. Es caro, pero si alguien puede encontrarlo, es él.
Melisa no lo pensó dos veces.
—Dame su número.
Minutos después, marcó el contacto que Alicia le había dado.
—¿Señor Velásquez?
—Sí, ¿con quién hablo?
—Mi nombre es Melisa Thompson. Necesito su ayuda para encontrar a alguien muy importante para mi.
El hombre carraspeó.
—¿Tiene información sobre él? Nombre, antecedentes, algo que pueda ayudar en la búsqueda.
Melisa cerró los ojos.
—No… no sé su nombre real. Lo conozco como Alexander porque yo le dí ese nombre ya que el no recordaba su nombre real.
Un silencio tenso se formó.
—Eso complica las cosas. Pero dígame todo lo que sabe de él.
Melisa le contó sobre Alexander, su vida juntos, como conoció a Alexander absolutamente todo.
—Lo encontraré, señorita. Pero no será fácil. Necesitaré algo de tiempo.
—No importa cuánto cueste, solo encuéntrelo.
Colgó el teléfono y dejó escapar un largo suspiro.
Michiru saltó a su regazo y ella lo abrazó.
—Lo voy a encontrar, Michiru. No importa lo que tenga que hacer.
Mientras tanto, Samuel Medina ya estaba en el aeropuerto, con un boleto en la mano.
Había conseguido sus documentos y estaba listo para volver a España.
—"Débora… prepárate. Voy por ti."
No recordaba a Melisa.
No recordaba las noches que pasó junto a ella.
No recordaba que la había amado.
Y mucho menos, que había dejado algo más que su amor en aquella casa.
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Comments
Lisseth 👩🏽
Ah no así no le tiene que recordar si oh si Melissa no merece eso así que los recuerdos de Melissa tienen que llegar a de lugar por favor
2025-03-19
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Silvina Rodrigo
Pero que mal agradecido ,olvidarse de la futura madre de su hijo ,espero la recuerde
2025-03-30
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Lorena Itriago
creo que al volver su memoria no debería perder el presente eso es raro
2025-03-19
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