Después de terminar de almorzar, limpiaron todo. Juliette está a punto de irse, pero la Sra. Mikaela le pidió que se quedase un poco más, pues tenía algo para darle.
Juliette tampoco quería irse tan pronto por lo que aceptó, y pregunto por algo que le causaba bastante interés desde que llegó.
– Disculpe, Sr. Mikaela ¿Sabe usted, dónde se encuentra Amanda? – Preguntó la joven.
– Ahora que lo mencionas, recuerdo que no la he visitado esta semana, ella debe de estar ahora mismo en su casa con sus dos hijos pequeños.
– ¿Tiene dos hijos?
– Si, es algo complicado, pero dejaré que ella misma te lo cuente. Ten, está es su dirección, recuerda visitarla cuando estés libre.
– Muchas Gracias, lo haré. Disfruté mucho el almuerzo de hoy, estaba delicioso, espero que podamos volver a comer juntos de nuevo.
– Alto ahí, te estás olvidando esto – Dijo William con una canastita en sus manos.
– ¡Oh, lo había olvidado, se lo agradezco!
– No es nada, ve rápido, no le hagas el trabajo más difícil a Emir – Regaño el mayor.
– ¡Está bien, está bien, cuidense mucho, nos vemos pronto!
Juliette se despidió y se fue directo hacia el Castillo, le esperaba una larga lista de tareas y documentos aburridos que revisar, pero nada de eso le importaba tanto, ya que estaba feliz porque podría ver a su “¿Dulce Hermanito?”después de mucho tiempo.
Pero en el camino se encontró con… Su asistente, se veía cansado y molesto.
– ¡¿Dónde carajos has estado?! ¿Sabes cuánto tiempo he perdido por buscarte?
– ¡¿Emir, como has estado, amigo mio?!
– Deja de hacerte la tonta, tienes cosas que hacer, así que apúrate.
– Oh, debes de estar cansado y muy hambriento. ¿Te gustaría un poco de pan?
– Eh?, ahora que lo mencionas, si estoy hambriento. Que considerado de tu parte.
– Ten, es todo tuyo. ¿Qué tal está, sabe bien?
– Si está delicioso, ¿donde lo compraste?
– Me lo dio la Sra. Mikaela, fui a visitar a los Smith.
– Sé perfectamente que estás tratando de comprarme con pan, pero lo dejaré pasar por esta vez.
– Ja, Ja, Ja. Gracias supongo.
– Oh, cierto, ten – Recordó la joven y le entregó un papel con una dirección.
– ¿Qué con eso?
– ¿Puedes guardarlo? Es la dirección de Amanda, quiero ir a verla.
– Está bien, pero no te escapes como lo hiciste hoy.
– No te preocupes, iré a verla cuando esté libre, libre y libre. Por cierto ¿Que está haciendo Cyrus ahora?
– ¿Cyrus?, Se supone que debe estar tomando su medicamento – Contestó Emir al mirar su reloj.
– Entonces, lo veré más tarde. Dime que tengo que hacer hoy.
El asistente se sorprendió por el repentino interés de la joven, pero de todas formas se alegró y le dijo cuáles eran las actividades que debía realizar, mientras se dirigían al castillo.
Al llegar Juliette fue directo a su cuarto a terminar todas las tareas con las que debía cumplir.
Ya de noche, luego de cumplir con sus responsabilidades, se dirigió al cuarto del príncipe, tocó la puerta e ingresó.
– ¡Cyrus…!
– ...Aaaaaaaaaaaaaaah ¡Estoy muy cansada! Me duelen las manos, ¿por qué tengo que hacer todas estas cosas? – Se quejó la menor, mientras rodaba por la cama de Cyrus.
– Primero, no grites, y que es eso de que estas cansada y te duelen las manos, te la pasas empuñando una espada.
– ¡Una espada y una pluma no es lo mismo!
– Lo que tu digas, pronto saldré así que cierra la puerta cuando salgas – Dijo el azabache mientras arreglaba su cabello frente al espejo.
– ¿Qué? ¿A dónde vas? – Pregunto la menor, levantándose con brusquedad de las cama.
– Se te olvido que soy hijo del Rey, debo asistir a un fiesta para convivir con personas importantes de otros reinos.
– ¿Una fiesta, que es eso?, suena un poco aburrido.
– Lo es, tienes que hablar con personas que no quieres, soportar a la gente que se te quiere colgar, beber alcohol y comer.
– ¿Colgar, que son monos? Pero tú no puedes beber alcohol ni comer cualquier cosa.
– Lo sé, pero ni modo.
– ¡Entonces iré contigo!
– Está bien, pero no pienses ir vestida así, ve y pídele a una de las sirvienta que te ayude, te ves terrible. Y apúrate te doy 10 minutos.
– ¡Eso es muy poco!
– ¿No que eras rápida?
– ¡Haaaa, espera, ya voy!
Juliette se dirigió a su cuarto y le pidió ayuda a una de las sirvientas, la cual muy emocionada aceptó ayudarla; no esperaba que la joven le pidiera ayuda para ello, ya que siempre elegía todo ella misma.
...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...
Luego, ya en la fiesta. Muchas personas se acercaban a Cyrus, hombres, mujeres, apenas y lo dejaban respirar.
– ¿Estás bien? – Le preguntó Juliette a el azabache, quien estaba bastante cansado, había estado tratando con personas desde que llegó.
– Estoy muy cansado – Dijo el mayor mientras se sentaba.
– ¿Quieres que nos vayamos?
– Por mas que quiera aun no puedo irme. Si estás aburrida puedes ir a comer algo y hablar con alguien, seguro encuentras conocidos por aquí.
– Está bien.
– Oh, pero trata de no acercarte a…
– ¡Oh, mi! Príncipe Cyrus. Soy la princesa Esmeralda, he escuchado mucho de usted, es un gusto encontrarlo aquí.
– El gusto es mío.
– ¿Quién es ella? – Preguntó la mujer.
– Yo soy…
– Es mi prima – Mintió.
– Juliette vuelvo pronto, ten cuidado.
– ¡Está bien, nos vemos!
La menor se fue a buscar un aperitivo, mientras pensaba ¿De que tendría que tener cuidado? fuese lo que fuese ella podría con ello. Se dirigió a la salida donde se topó con una persona algo extraña.
– Disculpe, señorita, estoy algo perdido, ¿Podría usted ayudarme?
– Claro, ¿a dónde quiere ir?
– Necesito dirigirme afuera, mi nieto me está esperando, pero no sé por dónde ir.
– Oh, entonces lo guiaré hasta la salida.
Muchas gracias.
La albina lo acompañó hasta la salida pero no vio a nadie allí, fue entonces que el viejo quiso sobrepasarse con ella, empezó a manosearla.
– “¿Qué debería hacer, si lo empujo aun que sea un poquito, se va a romper?” “Además si grito nadie me escuchara, la música está muy fuerte” – Pensó Juliette al ver al anciano.
Cuando Juliette se decidió a apartar al anciano, vio que este se desplomó al suelo, no entendía porque al principio, hasta que vio una piedra cerca de él. “¿Pero quien la lanzó?”
– ¿Se encuentra bien? – Preguntó preocupado un joven castaño, que se acercó a ella.
Sus miradas se cruzaron. Juliette se quedó absorta en aquellos ojos heterocromáticos, eran tan hermosos. El joven volvió a preguntarle si estaba bien y la menor por fin volvió en sí.
– Ah, si, estoy bien, no se preocupe.
– Es un alivio – Suspiro con tranquilidad el joven.
– Muchas Gra… Gracias… – Tartamudeó, algo ruborizada por la vergüenza.
– No es nada. Debería tener más cuidado, hay gente asi de asquerosa por todos lados.
– Está bien… Que lindo…
– ¿Disculpe que dijo? – Sonrió el castaño.
– N…No, es nada, solo… ¿Cuál es tu nombre?
– ¿Mi nombre? Me llamo…
El castaño fue interrumpido por Cyrus, quien había estado buscando a Juliette por todos lados.
– ¿Dónde has estado?
– Yo…
– Mis disculpas, creo que se lo diré cuando volvamos a vernos, cuidese. Me retiro – Dijo el castaño, y se fue, dejando confundido a Cyrus.
– ¿Y ese quien era?
– Es una larga historia. ¿Por qué volviste tan pronto? ¿Te aburriste?
– Nunca me divertí, vamos a casa, tengo que tomar mi medicina – Contestó el mayor, mientras se dirigía al carruaje que acababa de llegar.
– Está bien.
– ¡¿No vienes?! ¿Y que con tu cara? está muy roja –Interrogó el mayor, al voltear para ver a la menor.
– ¡¿En serio?! ¡Ya voy! – Contestó nerviosa y se apresuró a alcanzar al azabache.
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Comments
🔮SunNim🔮
Yo también caí aiudaaa 👊😔
2024-07-07
3