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El Reinado De Juliette

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Capítulo 13= " Una Mañana Especial"

Mientras bajaba las escalera, Juliette pudo escuchar que Emir y Maria murmuraban pero no podía oírlos.

— ¿De que tanto secretean ustedes dos? — Sonrió la albina con la intención de atraparlo con las manos en la masa.

— Por fin te levantas — Contesto Emir.

— Muy buenos días señorita — Contestó la sirvienta y se despidió con una pequeña sonrisa para dirigirse a otro lugar.

— ¿De qué hablaban? — preguntó curiosa la joven.

— Nada importante. Ya estás lista ¿verdad? Entonces vámonos.

La albina siguió a el pelirrojo. Llegando a un lugar que se le hizo muy familiar…

— ¿Por qué estamos aquí? — Preguntó la joven mirando a su alrededor.

— Dijiste que cuidarías de Liam y Eliot — Contesto Emir mientras abría la puerta de una pequeña pero cómoda casa.

— ¡¿Qué?! ¿Estamos aquí por eso? — Se quejó confusa la albina.

— Sip ~ ¿Porque más? — Sonrió Emir mientras entraba a la casa y dejaba las cosas que traía en la pequeña mesa de la cocina.

— ¡Me mentiste! — Reclamo Juliette.

— No lo hice. Realmente tienes una reunión con el Rey solo que no es hoy ni ahora — Sonrió satisfecho el pelirrojo.

— ¡¿A sos gracioso?! — Bromeo Juliette.

— No realmente. No es una de mis cualidades — Emir se dirigió hacia el cuarto de los niños y la albina fue tras él.

Al abrir las cortinas los niños se despertaron. Y rápidamente se levantaron de la cama.

— ¡Emir! — Sonrieron ambos niños y lo abrazaron ignorando a Juliette, quien se limitó a observar desde la puerta.

— Vayan a lavarse los dientes, luego cambiensen los pijamas. Voy a hacer el desayuno — Dijo sonriente el pelirrojo.

Ambos niños asintieron y se dirigieron al baño. Mientras Emir y Juliette se fueron a la cocina.

— No sabia que sabias cocinar — Insinuó la menor.

— Nunca me preguntaste.

— Nunca me lo dijiste.

— Porque tú nunca preguntaste — Le contesto mientras preparaba el desayuno.

— Si hubiese sabido que sabias cocinar te hubiese pedido que me prepares algo o que me enseñaras.

Emir se rió de lo último. No podía imaginar a la albina tratando de cocinar. Juliette no podía controlar su fuerza y tampoco era paciente.

— ¿De que te ries? — Se avergonzó la joven.

— Nada, solo pensé que tal vez sería más fácil enseñarle a un Orangután a cocinar, que a ti.

— Que cruel — Hizo un puchero la albina.

— Está bien, te daré una oportunidad. ¿Qué te parece si rompes ese huevo? — Señaló al maple que se encontraba cerca. — ¿O tal vez es mucho para ti? ¿Deberíamos empezar por algo más fácil? — Rio.

— No me subestimes tan rápido — Reclamo la albina.

Juliette tomó uno de los huevos según ella pero cuando estaba por romperlo escuchó una fuerte carcajada de Emir.

— ¡¿Y ahora qué?! — Se molesto por ser interrumpida.

— Es que eso es una naranja… Pfft… Ja ja ja.

La cara de Juliette se puso rojisima de la vergüenza. Emir no podía parar de reír. La joven empezó a darle unas palmadas para que dejara de molestarla. Cuando por fin Emir se calmó y decidió enseñarle correctamente a la joven.

— Esta bien te enseñare. Primero debes tomar un huevo — Emir tomó un huevo aguantándose las ganas de burlarse de la joven, quien miraba atentamente las instrucciones de el pelirrojo.

— Lo tomas de los dos lados con ambas manos. Finalmente presionas aplicando un poco de fuerza en el centro con tus pulgares y ya — Demostró Emir mientras daba las sencillas instrucciones — Lo ves ya se rompió.

— ¡¿Tan fácil?! — Sonrió la albina con intención de demostrar a Emir que podía con ello.

Pero cuando intentó romperlo a la mitad directamente se podría decir que lo pulverizó y todo el contenido le salpicó en la cara. No se tardó en escuchar las carcajadas de Emir por aquello. La albina estaba a punto de irse molesta por las constantes burlas de su compañero. Fue entonces que Emir le tomó de la mano para detenerla de irse.

— Ven aquí — Sonrió mientras le limpiaba la cara con una servilleta la cara — Te voy a enseñar mejor, acercate.

Juliette se acercó y Emir la rodeó de espalda con sus brazos mientras sostenía las manos de la albina. Acción que al principio la sorprendió un poco pero no le tomó importancia luego. Tomaron uno de los huevos, y realizaban juntos como si fuesen uno mismo las instrucciones que daba el pelirrojo. La joven se emocionó por el logro y sonrió robándole también una sonrisa al pelirrojo.

— ¡¿Qué están haciendo?! — Preguntó Eliot tapándole los ojos a su hermanito.

— ¡Hermana déjame ver! — Se quejó el menor.

— No debes ver — Le advertía la menor.

— Hay por favor no es nada malo — Respondió la albina separándose del pelirrojo para dirigirse a los niños.

— Seguro que le hiciste algún hechizo a Emir, eres una bruja. Él nunca haría algo así — Acusó la menor.

— Tsk… No puedo hacer nada contigo — Suspiro la joven rindiéndose a seguir la discusión con Eliot.

— Dejen de pelear, voy terminar de preparar el desayuno ¿Porque no salen a jugar una rato? — Sugirió Emir.

— Está bien.

...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...

Afuera, bajo la sombra de un árbol se sentaron Eliot y Juliette. Miraban aburridas como Liam perseguía alegremente a una mariposa.

— ¡Oye, Mocosa!

— ¿Que Anciana?

— ¿Cómo es que conoces a Emir? — Pregunto algo curiosa la albina. Lo que sorprendió y emocionó a Eliot.

— ¡¿Te refieres a cómo conocí a mi Principe Azul?! — Sonrió la menor.

— “¿Principe Azul?” — Se dijo a sí misma — Si, aja, ese.

— ¡Ay, la verdad es que fue tan romántico! ~ ¡Tenemos un historial de encuentros juntos! ¡Fue como un hermoso cuento de Hadas!~. ¡Veras me rescato de un lugar alto y derrotó a un gran dragón para hacerlo!

— No sabía que Emir sabía luchar. ¿Puede siquiera sostener una espada? — Bromeo sonriente la mayor.

— No seas tonta. ¡Él es todo un príncipe!¡ No usa ninguna de esas primitivas maneras de resolver conflictos! — Protesto la castaña.

— ¡¿Entonces como derroto al dragón?!

— Le dio de comer ~

— Pfft... JA, JA, JA

— ¿De que ries Bruja? ¡Es verdad!

— Bien, bien, te creo… Pfft… — Trataba de contener la risa la mayor.

— ¡Tks! ¡Te lo digo en serio, pregúntale a Emir!

— Lo haré.

— ¿De nuevo están peleando ustedes dos? — Se asomo por la puerta el pelirrojo.

— Te equivocas ~ Sólo estábamos charlando un poco.

— Mmm… Bueno si ya terminaron de hablar entonces vamos a desayunar de una vez.