CAPÍTULO XVII MAL HUMOR

Estoy furioso, y también confundido porque realmente no sé qué diablos me molestas más… Shif, no, la verdad es que si lo sé, solo no lo quiero aceptar… ciertamente, el bendito caso es importante, pero me carcome más que Natalia este comprometida, que posiblemente el tipo sea una rata, y más me emputa que ella lo defienda con uñas y dientes... ¡Sin duda ha de amarlo mucho!

Llego con el mismo genio con el que salí de la casa de Natalia a mi oficina, no quiero hablar con nadie así que hasta mi pobre secretaria está incluida, paso sin decir nada porque vi su intención de hablarme… pero me niego a ser un patán con quien no lo merece.

. – Hola Susan, ¿Alguna novedad? – Sé que algo me tiene que decir que mi anterior actitud la calló…

. – Si señor, la señorita Minerva está esperándolo… - Me dice preocupada

Shif ahhs, subo los ojos, sacudo la cabeza y presiono el tabique de mi nariz, es en serio cuando me plantee no hablar con nadie, y menos que menos con ella, que es tan intensa y no entiende negativas… ¡Suspiro y ni modo, ya está allí!

. – Le dije que usted no estaba pero ella insistió en esperarlo señor…

. – Gracias Susan – Le dedico una sonrisa para calmar su ansiedad, parece que espera un regaño – No te preocupes, sé lo insistente que es…

Resignado abrí la puerta y entró a la oficina para de inmediato sentir que unos brazos se me enganchan al cuello, siempre tan melosa y exagerada…

. – Leo, me has tenido olvidada hoy… - Literalmente busca besar mis labios, pero la esquivo tratando de soltar sus brazos de mi cuello, parece un pulpo esta mujer…

. – Minerva hola – Sigo insistiendo en que me suelte – He estado muy ocupado…

. – Si, tanto como para no responder ni mis menajes…

Acaso estoy obligado, casi le suelto, más me controlo, ella es otra que a pesar de ser intensa y cansar, no tiene la culpa de mis calenteras…

. – Por favor Minerva, siéntate – a ver si me termina de soltar – Realmente he estado muy atareado hoy…

La llevo hasta la silla, y literalmente la senté yo mismo…

. - ¿Quieres un masaje? – Se levanta y de una la veo dirigirse a mí lugar, y evito sentarme para frenar su intención – Vamos querido, un buen masaje estoy segura te ayudará a eliminar ese estrés que se nota que cargas…

Le hago una mueca de sonrisa…

. – Te lo agradezco, pero será en otro momento Minerva, ahora debo terminar unos reportes que debo entregar hoy mismo…

Espero entienda la indirecta y se vaya

. – Te puedo ayudar si quieres – Carajos esta mujer no se da por vencida

. – Esto es complicado, te vas a agobiar seguramente…

. – Como si no supiera de que estas hablando, estudiamos casi la misma carrera no lo olvides…

Ummh podré con ella alguna vez…

. – Si claro, pero sabes lo delicado que es esto, y no es desconfianza, solo que no puede haber errores, de todos modos gracias por el ofrecimiento…

. – Si claro, me parece que quisieras deshacerte de mí, ¿Estas molesto por algo?

Si estoy molesto, pero ahora tú me estas estresando…

. – Disculpa si eso percibes, y no estoy molesto Minerva, estoy abollado, de verdad necesito terminar esto… – Le digo mostrando los papeles, ya perdiendo la poca paciencia que me queda – Escucha Minerva, prometo compensarte luego esta infructuosa visita, pero por favor déjame terminar con esto ¿Si?

. – Esta bien Leo, pero no olvides que lo has prometido – Me da un beso en la mejilla y eso porque volteo la cara, camina hasta la silla donde estuvo sentada y con mucha pausa recoge su bolso, sé que su intención es dejar ver el gran escote que trae, yo solo volteó los ojos - Tal vez no veamos esta noche en tu casa…

De paso me lo anuncia como si no supiera yo que allí estará incluso antes de que yo llegue, y ya me duele la cabeza… En serio debería dejar de ser tan caballeroso…

. – Seguro así será Minerva…

. – Bueno Leito querido, que te rinda el trabajo y no te desgastes tanto, te ves agotado…

Asentí con una media sonrisa

. - Lo intentaré… - Me sonrió, lanzó un beso en el aire y salió, y yo por fin me pude sentar, dejé caer todo mi peso en el sillón y recliné la cabeza hacia atrás… - Carajo, en serio estoy emocional, psicológica y físicamente agotado…

Pienso en Natalia, en qué se sentirá besar sus labios, ya la abracé y sentí su rico aroma, acaricié su espalda, pero deseo y necesito tanto más de ella… Increíble, tengo un día de haberla visto después de diez años y me parece que el tiempo no hubiese avanzado.

Me inclino a mi escritorio y saco de la gaveta su foto… y la observó fijamente, verla, me hace sentir las mismas emociones como cuando estábamos en la universidad, los mismos deseos de estar cerca de ella, de besarla, de escucharla y verla sonreír, de perderme en su mirada, de hacerla mía para siempre…

Esto no es un capricho, nunca lo ha sido, no la deseo ahora porque no la tuve antes, la deseo porque la quiero como siempre para mí, porque…

. – Buenas... ¡Leonardo!

Pegué el brinco de mi vida al escuchar ese grito al mismo tiempo que el golpe en el escritorio, tan así que la foto de Natalia salió volando de mis manos…

. - ¿Qué coño? – Pregunté levantándome asustado mientras miraba al causante de darme ese susto - ¿Qué te pasa idiota?

. – Jajaja ¿Dónde estabas mijo? – Antes de poder inclinarme para tomar la foto que había caído en el escritorio, él lo hizo, la miró y luego a mí bastante sorprendido - ¿Esta no es la chica por la que babeabas en la universidad? Pero…

. – Es ella, Natalia Brown y es una foto actual – Le explico cuando se la quito de la mano, porque indudablemente eso es lo que se está preguntando – La he vuelto a ver…

. – Y has caído de nuevo a sus pies… - Termina Roy por mi mirándome – Realmente es comprensible, y loco también… Pero que pequeño es el mundo hermano… ¡Cuéntamelo todo!

Me pide sentándose y lo hago, le cuento todo e incluso como me siento. Él aunque en aquella época era medio tonto con respecto a ella, luego se dio cuenta que Natalia realmente era importante para mí, y fue quien se caló mis penas al saberla de otro…

. – Con lo perdido que te encontré en esa imagen, veo que te ha afectado…

. – Creo que me he vuelto a enamorar de esta mujer… - Acepto mirando su foto, porque es así, lo reconozco, me ha pasado lo mismo que aquella primera vez que la vi… ¡Me enamoré de ella a primera vista!

. – No te has vuelto a enamorar de ella Leonardo... – Lo miré serio porque pensé que iba a salir con algo inadecuado – Tu siempre has estado enamorado de esa mujer…

Salí de la oficina con esas palabras de Roy retumbando en mi cabeza, haciéndome analizar todos estos años sin ella, mi fallido matrimonio con Jazmín, mi poco interés en otras mujeres, o si las tenía, las prefería parecidas a ella, y que decir de mis constantes pensamientos en Natalia Brown…

Ver el auto de Minerva estacionado frente a la casa, me dio una gran idea, en la que intentaré, involucrar a Natalia, y este será el proceder que emplearé para apartarla de ese hombre y retenerla a mi lado…

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