En menos de tres meses, los soldados habían crecido exponencialmente. Sus cuerpos eran un noventa por ciento músculos, mientras que el diez restante era por algunas alegres calorías. A media que avanzaban, mis amigos también lo hacían. Por el maravilloso desempeño de Lik, lo habían llamado del palacio por influencia de nuestro maestro erudito. Era algo que sabía que sucedería, ya que fue un acontecimiento pasado. Por otra parte, Vlix también fue convocado para servir como erudito imperial, sería el más joven de la historia, ya que aún no se celebraba su mayoría de edad. Ambos jóvenes servirían al emperador, pero cuando fuese el momento justo, estarían de mi lado, lo tenía dado por hecho. Flexv, fue invitado a servir como general del ejército imperial, el papel que rechazó, ya que juró de manera informal como caballero personal del ducado del sur.
Ante lo acontecido anteriormente, pude obtener información, por Vloy que se trataba un arreglo hecho por mi hermana melliza Elsa. Mi existencia era un peligro, lo sabían todos. Sin poder, si ki, sin pureza, sin embargo, era peligrosa, eso eran sus afirmaciones. Cubrimos el hecho, la muerte no sería dado por el emperador. Vendría por mi mano.
Vlix le dijo al emperador, que se encontró evidencia que eran algunos cabos sueltos de los vendedores que alguna vez habían socavado las tierras del sur. El cual habían cometido actos de maldad a la princesa del sur.
-Lik, sé que vas a hacer lo mejor para mantener la paz en este lugar. Si algún día necesitas de mi apoyo, no dudes nunca. Siempre voy a estar para vos. Además, nos encontraremos en tu fiesta de mayoría de edad- me despedí desde la puerta-
El tacto era algo que mucho no se podía de demostrar, aunque lo hacía en momentos donde no fuera vista por mucha gente.
-Siempre va a estar en mi mente princesa, le escribiré una vez por semana.- se despidió de la forma más eterna-
Y así lo vimos partir, al lugar donde en algún momento sería fuego vivo.
-¿Te parece que vayamos a tomar un té amargo?- tomé su brazo- Tengo que pasar tiempo con mis amigos antes que me dejen sola-bromee-
Y así, Caminamos hasta llegar a nuestra mesa. Habían colocado algunos bocadillos, ante la amargura era necesario equilibrar los sabores en la boca.
-Quiero pedirte un favor, Flexv- suspiré mientras tomaba mi taza- Necesito que seas el general superior, te voy a necesitar Flexv- esperé su respuesta-
-Siempre voy a estar para vos, Ask. Pero, ¿qué es general superior?- sus mejillas enrojecieron-
-Vas a estar arriba de los generales, y por debajo de mí. En el ducado del sur, vas a ser el segundo noble más importante. Si aceptas, vas a tener que ir al palacio imperial para ser ordenado como tal. Cuando te conviertas en el general superior, y yo tenga que ausentarme, estarás a cargo en caso de que yo falte.- lo miré esperando que reaccionara de alguna forma-
-Yo no deseo ni la gloria, ni el honor, mi mayor deseo es servir a la princesa más noble del imperio y en batalla, morir a su lado.-tomó mi mano y depositó un tierno beso-
-Que así sea- tomé sus mejillas- Tenés que ponerte duro-golpee sus frágiles brazos-
Él hizo un gesto de desagrado.
-Todavía no soy un hombre, sigo siendo un niño- reprochó-
Y así, fue que nuestro día terminó en risas y alocados momentos de guerras.
En los próximos días, fue nombrado el segundo noble más importante del ducado del sur. Sabía que a mucha gente le costaría aceptarlo, incluyendo a los soldados del regimiento. Flexv, había sido un plebeyo, y de alguna forma terminó siendo un noble. Era algo casi inaceptable.
Para que sea aceptado, tuve que mandarlo como apoyo a una pequeña batalla, en donde se mencionaba que era el que mayor número de vidas cargaba en su espada. Me sentía mal por él, pero era la única forma que fuese aceptado por el pueblo del sur.
Pasaron algunos meses, y llegaron dos cartas. La primera, en donde se celebraba la mayoría de edad de Lik. El emperador actual, había tomado mucho cariño a él y Vlix. Por lo que le permitió a Ezelik, festejar en el palacio esta tradición tan preciosa. De alguna manera me sentía celosa, ya que quería que se celebrará en el ducado, pero sabía que las comodidades se brindarían allí.
Y la segunda, en donde se redactaba que hace un mes, falleció mi madre. La mayor culpable, que con sus manos miles de veces tapaban mi ki. Por lo que ese mismo día, decidí hacer una fiesta en el ducado. Lugar, que todos los residentes pudiesen estar presentes y disfrutar de las comidas y bailes.
-Miel- le llamé mientras las frías bebidas eran servidas- Tengo que volver a la capital por unos pequeños meses. Ahora que no estoy, voy a pedirte que estés a cargo de todo hasta que llegue Flexv. Tal vez este acá en dos meses, eso es según sus cálculos.- tomé algunos bocados ligeros-
-Princesa, ¿Quién le acompañará?- su rostro se llenó de preocupación- ¿No sería más confiable que yo esté a su lado?-
-Querida, ya no sos una sirvienta de 15 años. Ahora, perteneces a la nobleza, además tenés hijos que cuidar. E intuyo que el maestro se sentirá muy triste sin vos.- tomé su mano -Por favor, no estés preocupada. Vloy, es quien estará a mi lado, aún no puedo mostrar mis poderes. Incluso aún no están en su completa libertad.-tomé un vaso de té- Quiero que le digas a Flexv, que cuando vuelva festejaremos su mayoría de edad si así él lo desea. Luego, estaré en reclusión por tres años en la montaña. Miel, esto es confidencial, ni el maestro puede saberlo. Solamente Flexv y vos, todo esto no se sabrá hasta que yo vuelva.-
Ella asintió, las palabras sobraban hasta ese momento. Estaba decidida, desde algún tiempo deseaba de forma desesperada derramar el líquido brillante de la vida.
Los soldados más competentes, se quedarían a hacer frente en el ducado del sur hasta que volviera. Por lo menos, no estarían desprotegidos. Y los soldados más nuevos, irían conmigo, tal vez así podrían ganar mayor experiencia. Porque sabía que a la vuelta, me esperarían para tomar mi cabeza.
Esa misma noche, descansaron. Pero a la primera hora del amanecer, nos marchamos. Atravesando miles de recuerdos de esta vida y la anterior, veces en donde la sangre era el principal guía. Heridas, muertes, remordimientos, amor y deseo: todos esos sentimientos fueron eliminados y remplazados por el deseo del guía. ¡Oh, mi adorada capital, pronto estarás en el sufrimiento más profundo! En donde, ni las aguas de los vastos mares, ni las lluvias más fragantes, serán capaces de apaciguarte. Y solamente serás, amiga de la tierra seca y muerta.
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Comments
Jenifer 🤓💫
me encanta 👏👏👏👏
2024-07-06
5