Caminaba por el estrecho sendero para encontrarme con el asqueroso príncipe, pero mi mente estaba en la familia Lucio. Uno de los niños que estaban presente era Flexv, aunque no sabía cuál de ellos era. Tal vez si prestaba atención a ambos niños, podría acertar que tenían diferentes habilidades y que solo tal vez podrían ayudar a mis propósitos.
-Princesa- Miel apareció a mi lado con una tetera de té verde y menta- El príncipe está esperando por usted-
-Vamos- caminé por el suelo de madera-
Ahí estaba el infeliz, sentado con toda la paz y la magnificiencia. Sus ropas era tan blancas que me llegaban a molestar, se podía sentir a distancia el olor a limpio que desprendía él.
-Me alegra su alteza que le guste utilizar mi ducado para distraer su mente y su cuerpo- hablé de forma sarcástica-
Él se puso cabizbajo, y con temor y sumisión hablo.
-Me gustaría que la princesa me llevara a ver como va todo en el ducado-
Con mi orgullo por el piso lo llevé a recorrer el lugar, hablaba con la boca llena de estupideces y se reía como una dulce sirena.
-Princesa, ¿ya no deseas ser mi amiga?- mostró unos ojos de cordero-
No quería girarme, porque estaba segura de que arrancaría cada diente de leche que el sujeto tuviera guardado entre sus encías.
-Príncipe, como su súbdito, me preocupo por usted. Como su majestad y usted saben, estamos tratando de arreglar este parte de su territorio. No me siento tranquila sabiendo que usted puede estar en peligro. Le suplico que mañana vuelva a su territorio- sonreí con la falsedad más grande-
-Querida princesa-una doncella habló con un determinado sarcasmo-¿Está echando al príncipe?-
Él se giró a verla con un leve enojo.
-Solo le respondo porque sos una mujer que está al lado del príncipe y tengo bondad con los de menor estatus- con rapidez observé a Miel que casi se abalanza a sobre la mujer- Como sabrás mujer, esta zona no es del todo segura, gracias a que casi me secuestran para algo que no debería haberme enterado a esta edad. Como no tengo como defender al príncipe, ¿vas a tomar vos la responsabilidad si algo malo sucede?- paré justo enfrente de ella-
La mujer se inclinó en forma de súplica ante mí.
-Lamento princesa, mi falta de respeto, prometo nunca más volver a meterme en la comunicación con su alteza y usted- comenzó a sollozar-
Miel se acercó a mi oído, me informó que era un lacayo de mi hermana Elsa.
-Levántate, no puedo dejar que una sirvienta de mi hermana esté en el suelo- el príncipe frunció el ceño confundido, mientras que la mujer estaba sumamente colorada de vergüenza- Por favor, envía saludos a mi casa- caminé hasta encontrarme junto a mis próximos compañeros-
-Hola- saludé mientras les sonreí con mi mejor sonrisa- Espero que se sientan a gusto, y pueden venir a verme para jugar las veces que ustedes quieran. Si necesitan algo, pueden venir a mí o a Miel- les di unos caramelos que tenía escondidos-
Ellos aceptaron felizmente, y con una sonrisa tan hermosa me cautivaron de ternura. El príncipe carraspeo incómodo.
-Les presento al príncipe, lamentablemente mañana partirá- hablé mientras bebía un poco del té amargo- Mañana temprano, vengan a verme a mi sala personal, vamos a desayunar y estudiar juntos-
Ellos se despidieron de forma respetuosa y marcharon a sus aposentos.
Mientras disfrutaba caminando por mi bella mansión, vi que el príncipe estaba agotado al igual que yo, pero no me importaba sufrir si él lo hacía el doble. Lo llevé hasta la zona donde ingresé por primera vez, incluso por algunos lugares donde había mendigos y él se negaba a tocar. A diferencia de mí, que los veía, al igual que en mi pasado, abandonados o menospreciados por la sociedad. La actitud del príncipe, solo demostraba que nunca más cambiaría sus ridículos pensamientos y siempre sería alguien de mal corazón. Por esa actitud, lo llevé a caminar por todos.
-Es su deber de conocer a sus súbditos y sus necesidades- sonreí mientras les daba comida a las personas- Ellas también sufren- suspiré- Volvamos, debo de trabajar para mañana-
Mientras caminaba por los alrededores fui tomando notas, sobre posibles medidas que podríamos a llegar a tomar. Se podrían construir casas, buscar recursos gastando lo mínimo y obtener recursos para los que habitaban las calles. En este lado del ducado, había dos nobles contando conmigo, los demás estaban en la capital y alrededores de la misma. Tal vez, la señora que me ayudaba a construir mi mecanismo de autoayuda, podría serme de utilidad y obviamente la opinión de alguien en el tema.
-Príncipe, ya sabe como debe de regresar, mis escoltas le acompañarán a usted y la señora que le sirve. Me disculpo, pero el trabajo es esencial- me incliné y seguí caminando a un lugar donde vendían todo a un bajo precio.
Era difícil de buscar precios, quería regatera algunos costos, y utilizar mi influencia era algo que iba en contra de mi moral. Miel me comentó que el doctor, es decir, mi maestro, tenía unos conocidos que eran constructores y que sabían de materiales.
Quería evaluar los puestos de trabajos que había en la muralla, sabía que existían los recaudadores de impuesto que llevaban el tesoro nacional directamente sin antes ser verificado por mí. Estaba al pendiente que muchas estafas a gente inocente estaban sucediendo frente a mis narices. Pero ahora, era la hora de la auditoría. Para ello necesitaba que el anciano volviera y me aceptara como su alumna, era de sumo interés que la princesa menor del ducado, hiciera bien su trabajo. Demostrar a una edad temprana que era capaz de realizar grandes cosas, tener mi propio ejército y rebelarme contra todos los desgraciados que me hicieron infeliz y no me permiten vivir.
Sabía que pronto mi regimiento estaría en mis manos, no dejaría que se quedaran sin su maestro una vez más, abogaría por ellos y moriría por su honor.
-Miel, regresemos, necesito hablar con la señora que dejé al lado del maestro-
Conseguimos un caballo, y montamos hasta donde se entraba el joven maestro.
-Mi princesa- el empalagoso maestro vení casi al trote- La señora está fascinada con su metodología, y espera trabajar gustosamente con usted- miró a Miel rápidamente mientras su rostro se teñía de un leve rosado-
Eran dos personas muy dulces.
La señora se acercó algo tímida.
-Me presento ante la princesa, soy la arquitecta Ryes- se inclinó- Me honra estar trabajando para usted y me sorprende su habilidad para realizar esta maravilla- al sonreír unas arrugar rebeldes se apoderaron de su dulce rostro-
Era una señora que, a pesar de los años, la belleza no la abandonaba.
-El placer es mío, señora Ryes- me incliné también- Me alegro de que sea capaz de resolver esta aniñada idea, quiero que hable en detalle con mi maestro y mi familiar Miel- la señora se sorprendió al escuchar decir que Miel era mi familiar-
-Lamento no saludarla señorita West- la señora se inclinó hacia Miel-
Me pareció divertido y solo una leve sonrisa, audible solamente para mí, dejé escapar.
-Perdón la confusión, Miel es mi dama de compañía. A pesar de su estatus, ella es tan querida por mí como una madre y toda una familia completa- sonreí- Por favor, venga mañana, necesito hablar sobre un trabajo sumamente delicado con usted. No quiero que se preocupe, su salario van a ser dos, ya que se trata de trabajos diferentes, regrese con cuidado y a salvo-
La mujer se marchó, dejándonos a Miel y al joven maestro.
-Señorita, no debe de decir esas cosas delante de la gente- Miel me regañó-
Lu Clien asentía con su cabeza mientras me hacía señas extrañas y confusas.
-Miel, nadie en este imperio te va a rebajar. En mi corazón, sos mi familia completa, y cada cosa que desees se va a ser realidad, sos como la madre que nunca tuve- le abracé-
-Mi dulce princesa, su madre vive. ¿No se sentirá mal si le llega a escuchar?- el inoportuno maestro habló con inocencia-
-Mi dulce maestro- respondí con sarcasmo-
Vi su rostro como si hubiese comido un caramelo ácido.
-Hay veces que primero tenés que investigar antes de hablar. Mañana, después que el sol aparezca nos encontraremos en mi sala personal.- me marché para dejarlo solos-
-¡Eso es algo que debo de decir yo, princesa!- gritó como un niño lleno de caprichos-
Mientras Miel estaba dada vuelta, le señalé con el dedo del medio, su boca casi cae al suelo mientras yo reía por sus extrañas muecas.
¡Clic! Escuché como una rama se caía, por el aroma y el ruido del corazón acelerado supe que era el príncipe, pero hoy no quería compartir más momentos con él. Solamente mis libros y yo.
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Comments
Irene Nievecita
La verdad me da risa cuando algunas lectoras dicen que la historia está buena y se quejan que es muy lenta la trama. Sería ridículo que al volver al pasado y tener apenas 8 años la autora ocupará apenas 5 páginas para contar todo el trabajo que tiene ella que lograr para cambiar por completo su pasado y cumplir su objetivo de vengarse con cada una de las personas, que la utilizaron sin asco para lograr sus metas y acabar con su vida de manera tan sangrienta . [[Qué arrogantes ]]].
2024-10-01
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Mirna Luz Sierra Sanchez
yo soy de la q disfruto de las buenas historias
está está buena
lastimosamente va muy despacio la trama ,es q el tiempo debe pasar para así estar más entretenida en la lectura ,odio cuando todo se ve pausado
2024-08-16
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