CAPÍTULO XII

Los planes fuero puestos en marcha, y con ellos el objeto de crear un populismo con supuestos de trabajo. La gente que no tenía dinero ni ninguna otra actividad para percibir dinero, podrían llegar a obtener un empleo siempre y cuando el dinero no saliera del tesoro nacional, y generaran dinero del extranjero. Es decir, que las personas externas del imperio, encontraran la zona sur aún más atractiva que el norte y se manejaran flujos de monedas y otras de liquidez. Y lentamente, ir obteniendo aumento en los ingresos del tesoro y hacer del sur la ciudad más importante del imperio.

-Joven princesa, el erudito nuevamente quiere verle. Además, está su alumno queriendo disculparse- una mujer se inclinó para dar el mensaje-

Le agradecí y pedí que les dejasen entrar a la sala común, allí conversaría con ellos sobre lo que desearan decir. No obstante, no tenía muchas de recibir al joven alumno.

Sabía que sus pies vendrían a golpear mi puerta, aunque realmente quería saber lo que tenían por hablar. Al ingresar, estaban los dos esperándome sentados, al verme me saludaron con respeto y se sentaron después que yo. Era la costumbre que todos debíamos hacer, pero que en mi caso no era certero hacia el rango de ellos.

-Bueno, me vi en la obligación de aceparlos en mi casa.- suspiré algo molesta mientras bebía agua caliente-

Ambos estaban callados, y se podía decir que incómodos era la respuesta más acertada.

-¿Qué desea decirme erudito Dleon Ñeslf?- me levanté y le serví agua caliente- Estuvo muy eufórico para que supiera su respuesta, pero ahora los ratones han devorado su lengua- me burlé un poco-

- Mi querida princesa\, lamento que mi alumno le haya causado molestias. Creo que su bondad es imparable y le suplico que tenga misericordia de él- intervino-

Miré a Ezelik, se mostraba igual de altanero.

- Erudito\, no sé si usted es padre o no. Pero a mi corta edad\, lo básico que me han enseñado las personas a mi alrededor son los modales. Usted no debe de intervenir en mis decisiones ni pensamientos\, si él ha hecho algo torcido debe disculparse de sus errores. No usted.- suspiré- Sé que usted no tiene maldad\, y sus conocimientos son vastos como el cielo y profundos como un volcán. Pero la rama torcida es difícil de enderezar- susurré en su oído-

Él se sorprendió, sus ojos parecían entender el mensaje.

-Princesa, concédame ser su maestro- se arrodilló en conjunto a su alumno- Este viejo hombre aprendí su lección-

Bien, las cosas marchaban bien. Por mis adentros era todo una fiesta.

-Cuando arregle el árbol, gustosamente aprenderé sus lecciones- lo ayudé a ponerse de pie- También, quiero que me ayude con unos niños que los he tomado como compañeros en otras actividades. Su ki y conocimientos-  recordé esos momentos- Van a ser una ayuda para su majestad- en referencia a mi futuro-

-Lo que usted desee, será realidad- sonrió marcando algunas arrugas en sus mejillas-

-¡Maestro!- Ezelik exclamó-

-¡Silencio! Recuerda la lección que te dio la princesa, y no olvides que el conocimiento no sirve cuando se guarda para uno mismo, sirve cuando se comparte- dijo para finalmente marcharse y no volver hasta que el árbol sea derecho y firme-

Desde ese último encuentro, al pasar el tiempo; había tenido noticias que Los planes fuero puestos en marcha, y con ellos el objeto de crear un populismo con supuestos de trabajo. La gente que no tenía dinero ni ninguna otra actividad para percibir dinero, podrían llegar a obtener un empleo siempre y cuando el dinero no saliera del tesoro nacional, y generar dinero del extranjero. Es decir, que las personas externas del imperio, encontraran la zona sur aún más atractiva que el norte y se manejaran flujos de monedas y otras de liquidez. También, habían tenido noticias de que Ezelik se había vuelto un joven más apacible y humilde. Pero hasta ahora no iría a ver al erudito.

En conjunto a mi maestro de medicina y otras actividades de cuerpo y mente, conseguimos lograr que el artefacto elaborado por el arquitecto Ryes. El agua que circulaba por mi cuerpo lograba que el ki fuese abriendo pequeñas puertas que para mí eran las más dolorosas y punzantes, había momentos en donde mi cara era cubierta de las sales de mi frente y las calientes lágrimas de mis ojos. Aunque era un método eficiente, y brindaba protección a los niños para que no se expusieran al frío de la montaña, en mi cuerpo era la mayor tortura.

-¡Señorita!- tocó mi pierna- ¿Qué es eso?- Señaló un gran machucón-

-Sucedió cuando practicábamos en las montañas, no es grave. Es parte de mi desarrollo como niña- sonreí-

-Pero princesa, ¿no es usted una noble, y además de ser la más joven? En su cuerpo no debe haber marcas- buscó una crema para que sanara lo más rápido posible-

¿Esta era la vida que llevaba? Para alcanzar mi amada oscuridad, mi cuerpo debía de sufrir. Antes, quería alcanzar la luz y brillar sin dolor. Ahora, no es posible. Es el momento de sufrir y abrazar con redención a mi opaca oscuridad.

-Lamento angustiarte Miel, pero no que viste en aquel día en la sala demuestra que en mi futuro van a ver situaciones en la que saldré lastimada. Debo intentar ser fuerte para que nada malo suceda- ella era como una madre, me criaba y me daba el cariño que nunca me dieron-

Se veía angustiada, pero sabía que confiaba en mí.

Me vestí con las protecciones y el pelo fue recogido con una cinta blanca, mis vestidos fueron ceñidos de negro, el azul de la tela hacía contraste con el gris del cielo.

Los soldados golpeaban el suelo con sus escudos, y el polvo de sus calzados se divisaban a lo lejos. Todos estaban  mi alrededor para observar mi primer entrenamiento.

-¡ATENCIÓN!-gritó a gran voz- Desde este momento, nuestra princesa entrenará para defenderlos de las futuras guerras y ayudarlos a ser el ejército más grande del imperio- se escuchó un gran ruido de voces-

Está bien, pronto será mi oscuridad.

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