Capítulo 6, un paseo por los jardines

El príncipe Aldarion y Lady Elyssia caminaban juntos por los exuberantes jardines del castillo de Lúmenor, rodeados por la fragancia de las flores en plena floración y el suave murmullo del viento entre los árboles. El sol brillaba en el cielo azul, bañando todo a su alrededor con una luz dorada y cálida mientras los dos enamorados disfrutaban de su tiempo juntos.

Aldarion caminaba con paso seguro y decidido, su mirada fija en el horizonte mientras su mente trabajaba en sus planes y preocupaciones. A su lado, Elyssia irradiaba belleza y gracia, su cabello dorado brillando bajo el sol y sus ojos verdes llenos de amor y tranquilidad.

—¿Qué piensas, mi amor? —preguntó Aldarion, rompiendo el silencio mientras se perdía en sus pensamientos—. ¿Qué esperas para nuestro futuro juntos?

Elyssia sonrió suavemente, su mano deslizándose con ternura en la suya mientras caminaban juntos.

—Imagino una vida llena de amor y felicidad, Aldarion —respondió Elyssia, su voz resonando con determinación—. Quiero ver nuestros hijos corriendo por los jardines, riendo y jugando juntos como una familia feliz.

Una sonrisa radiante iluminó el rostro de Aldarion ante la visión de un futuro tan brillante y prometedor.

—Sí, quiero eso también, mi amor —dijo con entusiasmo—. Imagino días llenos de aventuras y risas, compartiendo cada momento juntos como una familia unida.

Elyssia asintió con fervor, su imaginación volando hacia el futuro que anhelaban compartir juntos.

—Y cuando seamos mayores, quiero mirar hacia atrás y ver una vida bien vivida, llena de recuerdos felices y momentos preciados —continuó, su voz llena de emoción—. Quiero envejecer a tu lado, Aldarion, y ver crecer a nuestros hijos y nietos, rodeados de amor y alegría.

—Yo también quiero eso, mi amor —dijo Aldarion con voz suave—. Quiero mirar al futuro con esperanza y alegría, sabiendo que estaremos juntos en cada paso del camino. Quiero envejecer a tu lado, Elyssia, y ver nuestra familia crecer y prosperar, sabiendo que hemos construido un legado de amor y felicidad que perdurará por generaciones.

—Eso me haría muy feliz —Dijo Elyssia inclinándose y dándole un beso en los labios —. Quiero vivir contigo y que juntos seamos los mejores reyes de toda la historia de Evergreen.

Aldarion asintió, su corazón hinchándose de alegría ante las palabras de Elyssia.

—Yo también imagino ese futuro, mi amor —dijo con suavidad—. Pero últimamente he tenido un extraño presentimiento, como si algo estuviera a punto de cambiar.

Elyssia apretó suavemente la mano de Aldarion, sintiendo su preocupación pero decidida a tranquilizarlo.

—No te preocupes, querido —dijo con voz tranquilizadora—. Mañana será nuestra boda, un día lleno de amor y alegría. Todas esas dudas y presentimientos desaparecerán cuando estemos juntos, sellando nuestro amor ante los ojos de los dioses y nuestro pueblo.

Aldarion sonrió, sintiendo la calidez reconfortante del amor de Elyssia llenando su corazón.

—Tienes razón, mi amor —dijo con gratitud—. Mañana será un día para recordar por siempre, un día en el que seremos uno para toda la eternidad.

Con esa promesa de amor eterno en sus corazones, Aldarion y Elyssia continuaron su paseo por los jardines de Lúmenor, sabiendo que juntos podrían enfrentar cualquier desafío que el destino les deparara.

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