La noche había caído sobre el reino de los Elfos, envolviendo el castillo de Lúmenor en una oscuridad profunda y silenciosa. En una de las torres más altas del castillo, Elyssia Thalassian se asomaba por una ventana, su corazón lleno de preocupación mientras observaba el horizonte en busca de cualquier señal del príncipe Aldarion. La incertidumbre la consumía, y se preguntaba con angustia dónde podría estar él en ese momento, y si estaría a salvo.
De repente, el sonido de las puertas de la ciudad abriéndose resonó en el aire, interrumpiendo los pensamientos de Elyssia. Se apresuró hacia abajo, con el corazón latiendo con anticipación mientras corría hacia el patio del castillo.
Cuando llegó, se quedó sin aliento al ver al príncipe Aldarion entrando por las puertas de la ciudad, triunfante y victorioso. Su figura estaba iluminada por la luz de antorchas, y la mirada determinada en sus ojos azules la llenaba de un profundo alivio y alegría.
—¡Aldarion! —exclamó Elyssia, corriendo hacia él con los brazos abiertos—. ¡Estás a salvo!
Aldarion se volvió hacia ella, una sonrisa radiante iluminando su rostro mientras dejaba caer los cuerpos de los hombres lobo a sus pies.
—Elyssia —dijo suavemente, extendiendo una mano hacia ella—. Estoy aquí, como prometí que estaría.
Elyssia no pudo contener su alegría y alivio. Se lanzó hacia los brazos del príncipe, sintiendo el calor reconfortante de su abrazo y la seguridad de su presencia.
—Estaba tan preocupada por ti —susurró, apretando suavemente contra su pecho—. No sabía dónde estabas, ni si volverías.
Aldarion acarició suavemente su cabello, sintiendo el latido acelerado de su corazón contra el suyo.
—Lo siento, mi amor —dijo con voz suave—. Pero estoy aquí ahora, y no pienso ir a ninguna parte.
Elyssia levantó la mirada hacia él, sus ojos brillando con gratitud y amor.
—Gracias por regresar a salvo —dijo con voz emocionada—. No puedo imaginar lo que habría hecho si te hubiera pasado algo.
Aldarion le sonrió con ternura, sintiendo una oleada de gratitud y amor por la valiente mujer que tenía frente a él.
—No había nada que pudiera detenerme —dijo con firmeza—. Sabía que tenía que volver a tu lado, donde pertenezco.
Elyssia se estremeció ante sus palabras, sintiendo un cálido hormigueo de felicidad y amor en su pecho. Sabía que, aunque el peligro aún acechaba en las sombras, mientras estuvieran juntos podrían enfrentarlo todo.
Con un suspiro de alivio, se acercó y lo besó suavemente en los labios, sellando su amor y su promesa de estar juntos en las buenas y en las malas.
Aldarion respondió al beso con ternura y pasión, sus labios fundiéndose con los de Elyssia en un momento de pura felicidad y amor compartido.
Mientras se abrazaban en el patio del castillo de Lúmenor, rodeados por la luz de las antorchas y el calor reconfortante de su amor mutuo, sabían que habían superado otra prueba juntos y que, con su amor como su guía, podrían enfrentar cualquier desafío que el destino les deparara.
El príncipe Aldarion y Lady Elyssia entraron juntos al imponente salón del trono, donde el rey Elario los esperaba con una mezcla de alivio y orgullo en su rostro. A su lado, Lord Thalassian observaba con una expresión de gratitud y admiración hacia el príncipe, su hija a su lado.
Al ver al príncipe Aldarion, el rey Elario se levantó de su trono con una sonrisa cálida y abrió los brazos en un gesto de bienvenida. Sin vacilar, Aldarion se acercó y abrazó a su padre con gratitud y respeto, sintiendo el peso de la responsabilidad y el honor que le esperaban.
—Hijo mío, has regresado —dijo el rey Elario con voz emocionada—. Estoy lleno de alegría y alivio al verte a salvo.
Aldarion devolvió el abrazo de su padre con fuerza, sintiendo una profunda conexión y afecto hacia él.
—Gracias, padre —respondió con sinceridad—. No habría podido hacerlo sin el apoyo y la guía que me has brindado a lo largo de los años.
El rey Elario asintió con gratitud, sabiendo que su hijo había demostrado su valentía y determinación en la batalla contra los hombres lobo.
—Has demostrado tu valentía y tu habilidad como guerrero, Aldarion —dijo con orgullo—. Y es por eso que hoy te proclamo como el príncipe Aldarion, el protector de Evergreen y del valle de Lirien, y el terror de los lobos.
Aldarion se sintió abrumado por el honor que se le otorgaba, pero también sabía que con ese título venía una gran responsabilidad.
—Haré todo lo que esté en mi poder para proteger a nuestro reino y a nuestro pueblo, padre —prometió con determinación—. No descansaré hasta que los lobos sean expulsados y la paz sea restaurada en nuestras tierras.
El rey Elario asintió con aprobación, sabiendo que su hijo estaba listo para enfrentar los desafíos que le esperaban.
—Confío en ti, hijo mío —dijo con orgullo—. Y sé que con tu valentía y tu liderazgo, serás capaz de enfrentar cualquier desafío que se te presente.
Con eso, el rey Elario levantó una copa en honor al príncipe Aldarion, y todos los presentes en el salón del trono se unieron en un brindis por su valentía y su victoria sobre los hombres lobo.
Mientras Aldarion recibía el reconocimiento y el honor que se merecía, sabía que su verdadera fuerza yace en el amor y el apoyo de aquellos que lo rodeaban. Con Lady Elyssia a su lado y el respaldo de su padre y su pueblo, estaba listo para enfrentar cualquier desafío que el destino le deparara, y protegería a su reino con toda su fuerza y determinación.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 35 Episodes
Comments