Ernest.

Ernest Dumont Martin es el segundo hijo de los trillizos de Armand y Amelie, es un hombre lobo jovial, vive enamorado de todas, no importa si es vampiresa, hada, bruja, loba o humana, después que tenga buenos atributos y sea fogosa, es lo que cuenta, es el dolor de culo de sus padres, quienes imploran a la diosa Luna que pronto le envíe a su destinada... cosa que este Casanova sobrenatural, no desea, trabaja de la mano con su primo Sébastien quien es el nuevo alfa real, siendo su beta y confidente, mientras que su hermano es un gran repostero y su hermana siguió los pasos de su tío Renè.

Su madre escogió a su asistente pues si no la elegía ella, él utilizaría sus encantos para seducirla sin miramientos, lo que no saben es que su dulce secretaria es una híbrida que oculta sus esencias para pasar por humana, aunque es una cambiaformas de tigresa, especie que es muy poco común, con su parte bruja se ayuda para protegerse de los que anhelan obtener el poder de los de su media especie. Desde que conoció a Ernest supo quién era él en su vida, pero también supo que el lobo era un tonto superficial que solo sale con chicas voluptuosas, preferiblemente pelirrojas o rubias, muy pocas veces morenas.

- Hoy tenemos que ir a Montblanc Company, Harry Montblanc quiere que le instalemos el nuevo circuito de seguridad en su zona de montacargas, mi pequeña saltamontes. - le dice a Sashi, su asistente.

- Muy bien señor Dumont, ya tengo todo lo que necesita, solo es que dé la orden y los muchachos se trasladarán hasta el lugar. - habla ella tan seria como siempre.

- Perfecto, entonces nos vamos pequeña Sashi, ... - se queda un tanto callado como analizando algo - Mmmm... es curioso, - ella lo mira curiosa ante lo próximo que dirá - tu nombre, ¿qué quiere decir?, nunca te pregunté.

- Mi nombre significa, Luna. - contesta tan seria que a veces piensa que es una robot.

- Es un buen significado, ¿hace cuánto vives en mi país? - ahora resultaba ser, que el lobo estaba curioso.

- Prácticamente desde que nací, mis abuelos me trajeron siendo aún una bebé.

- Entiendo.

Ninguno de los dos mencionó algo más, por alguna extraña razón, Sashi le causaba algo de inquietud, tenía trabajando para él cerca de un año y un poco más, aún no conocía su primera sonrisa, cuando alguna de sus conquistas llegaba hasta la compañía, ella solía tener un brillo de resentimiento en su mirada.

¿Será posible que lo ame en secreto?

¡Nah! ¡Que va!

Esa chica no debe ni de tener corazón, además, él ni se fijaría un poco, su mamá supo elegir más que bien, pues sería la última mujer sobre la faz de la tierra en la que se fijaría. No es ni rubia ni pelirroja, además que está más plana que una tabla y a él le gusta la carne.

Salieron del ascensor y se fueron al auto donde el chofer ya los esperaba para llevarlos a Montblanc Company.

Unos 45 minutos después, el auto se estacionó en la entrada de la compañía de animación. Jefe y empleada se bajaron del vehículo para ingresar al edificio de tres pisos, con instalaciones modernas. Se anunciaron y la coqueta recepcionista, que era una rubia muy voluptuosa, les dijo que podían pasar.

Y ahí estaba de nuevo esa mirada, inquietante de la pelinegra.

Al llegar al piso de presidencia, los recibieron Harry y Claire su asistente. El pelirrojo quedó fascinado con la chica al lado del lobo, a quien no le gustó para nada la manera en como este miraba a su inocente y dulce Sashi.

- Señor Montblanc, podemos comenzar de inmediato, - habló para interrumpir el escaneo que el tipo le estaba dando a Sashi - el equipo que instalará el nuevo circuito de seguridad.

- Muy bien, dirijámonos al lugar para que su equipo pueda comenzar de una.

Los dos hombres y las dos mujeres se encaminaron al lugar, al llegar, el equipo comenzó a retirar el viejo circuito y comenzó a instalar el nuevo. Mientras eso sucedía, Harry aprovechó para entablar una conversación con la jovencita morena de lentes y aspecto dulce.

- ¿Hace cuánto trabaja para Dumont? - quiso saber, cosa que Ernest escuchó, aún estando a varios metros de distancia.

- Llevamos trabajando un año, 3 meses. - respondió seria.

- Mmmm, interesante, he ido varias veces a Dumont Company y jamás te vi allí. - intenta quizás recordar si la vio por casualidad.

El lobo hombre no comprendía por qué lo molestaba que ese humano pecoso, mostrara tanto interés en su secretaria, ella era suya, solo de él, quizás era ese sentido posesivo del que padecen los hombres lobos, sí, a lo mejor es eso, de todos modos, él no iba a permitir que ningún bastardo casanova jugara con la inocente india, él mismo era uno y jamás se permitiría hacerlo.

Sashi y Ernest.

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