Ritual de unión.

Lune de Sang nuevamente se prepara con alegría, para la unión entre el alfa real y su luna.

Sandra se ha ganado el aprecio de cada miembro, todos la respetan. Suele visitar mucho el orfanato, hay una pequeña lobita que la tiene enamorada, ya Sébastien lo ha notado, y la verdad es que a él también le encanta esa cachorra, hasta está pensando en la adopción, sabe que Sandra será muy feliz.

La pequeña es de los pocos que ha conseguido un hogar, él sabe que se debe al problema que presenta en una de sus piernas, sería una loba defectuosa, pero a Sandra eso no le interesa, solo le importa cuanto amor puede dar esa pequeña lobita.

- Amor, voy al orfanato a visitar a Juliette, le llevo muchas cosas. - ama la forma en que sus ojos brillan y su sonrisa se ensancha al hablar de la cachorra.

- Recuerda que esta noche es nuestra unión. - le recuerda.

- Lo recuerdo, amor, jamás podría olvidar mi propia boda con el amor de mi vida. - le dice mientras rodea su cintura con sus delgados brazos.

- Esta noche por fin serás mía en cuerpo y alma. - besa esa parte del cuello donde irá pronto su marca.

Se despiden y Sandra sale rumbo al orfanato en compañía de Sashi e Irina, con quien han hecho amistad. Las tres llevan presentes a los niños, quienes felices las reciben a besos y abrazos que ellas aceptan con mucho cariño.

- Hola luna Sandra. - saluda la pequeña Juliette.

- Hola princesa, ¿cómo has pasado? - devuelve el saludo con mucho cariño, mientras acaricia el cabello rizado de la pequeña trigueña de ojos miel.

- Estoy muy bien, hace 2 días vinieron por Simón, una familia lo adoptó, se le veía muy feliz. - se ve en sus ojos tristeza.

- ¿Y tú quisieras que te adoptaran? - le pregunta curiosa, la mayor.

- Debe ser lindo, pero he escuchado cuando le dicen a la directora que yo soy una omega y no soy muy fuerte. - esas palabras duelen a Sandra, pensó que las discriminaciones solo existían entre humanos, ahora se da cuenta que es un mal general.

- Ya verás que pronto vas a tener una linda familia que te amé tal y como eres. - trata de reconfortarla.

Ya quisiera ser ella quien la adopte, no sabe por qué, pero ama a esa pequeña y quisiera poder adoptarla.

Salen del orfanato rumbo a la mansión, ya las están esperando los maquillistas y la diseñadora.

Una vez lista, salió junto a Sashi, quien llevaba un vestido tradicional de su país. Ambas llegaron al altar de la diosa Selene, donde las esperaban sus destinados.

Hoy no solo se unirían el alfa real y su luna, si no que también se unirían el beta y su luna.

Cada una llegó a su pareja, quienes se notaban orgullosos por lo bellas que lucen. Primero fue el ritual de Sébastien y Sandra, ambos estaban nerviosos, pero felices de estar juntos.

Bebieron del cáliz, la sangre que fue extraída de ellos, así mismo lo hizo el consejo que era la representación de la manada.

Sashi y Ernest, también hicieron su ritual, con la diferencia que a la tigresa, Ernest le colocó la pasta amarilla que en la India simboliza que ella ya es una mujer casada.

La celebración fue amena, asistieron varios alfas, algunos con sus lunas, los solteros fueron con sus padres o hermanos, hubo algunos que asistieron con sus betas. Entre los alfas estaban Weiss, Ben y David, quienes habían desarrollado una bonita amistad en estos últimos años.

Las mujeres Dumont acapararon a Sandra y a Sashi, quienes se sintieron en familia por primera vez, en mucho tiempo.

- ¿Qué haces mi hermosa luna? - pregunta Sébastien, susurrando a su oído, mientras la abraza desde atrás.

- Pensaba en mis viejitos y mis hermanos, en que espero que desde donde estén, estén felices por nosotros. - dice con nostalgia.

- Sé que es así, mi flaquita. - le da un beso en el cuello, justo donde va a marcarla.

Su piel se vuelve trémula ante aquella demostración de cariño.

- Te tengo una sorpresa, pero te la daré mañana, antes de irnos a nuestra luna de miel. - le dice.

- ¿Y qué será esa sorpresa? - pregunta ella con curiosidad.

- Ya mañana sabrás, ahora ven, que esta noche te haré toda mía.

Otra par que estaban escapando del bullicio y la multitud, eran Ernest y Sashi. Una vez estuvieron en la habitación que era de él, los besos comenzaron a volverse candente. Eran dos especies territoriales y posesivas, en la lucha cuerpo a cuerpo del s3xo, alguno de los dos debía dominar.

Ernest la lanzó sin ejercer mucha fuerza a la cama, trepó hasta volver a atacar su boca.

- Por fin mi dulce Sashi, hoy vas a ser mía y yo seré tuyo. - le dijo mientras iba quitando la ropa.

Admiró la belleza de su tigresa, la piel ocre de ésta, se veía tan suave con se sentía al tacto, su aroma era aún más potente y eso lo excitaba aún más.

Bebió toda su esencia, después de hacerlo, entró en ella, rompiendo aquella barrera que ella había guardado celosamente para su destinado. Pronto los dos estuvieron disfrutando del placer y la entrega de sus almas y cuerpos, justo en el momento en que alcanzaron el clímax, ambos se marcaron, llegándoles un orgasmo descomunal. Por la energía de ambos, cayeron rendidos hasta el día siguiente.

En otra habitación, Sébastien, tenía sentada a horcajadas a una Sandra que movía instintivamente sus caderas. El Alfa estaba fascinado por su estrechez y profundidad, bien le habían dicho alguna vez, que las flacas tienen un encanto único, y él lo estaba descubriendo. De vez en cuando se llevaba a la boca uno de sus pequeños senos, sacándole gemidos de placer, cuando el clímax llegó, le pidió permiso para marcarla y ella ciega de pasión, se lo concedió. Así, Sébastien clavó los caninos en la unión entre el cuello y clavícula. Al ser humana, él era consciente de que ella se desmayaría hasta el día siguiente.

Al día siguiente las parejas despertaron tarde, Sashi y Ernest observaron sus tatuajes en la espalda, con solo verlos, ya se sabía quién iba a dominar.

Por otro lado, Sandra pegó un grito cuando se disponía a ver la marca en el cuello, notó que su espalda también tenía algo, entonces vio el gran tatuaje de un lobo aullando a la luna.

Sandra y Sébastien

Tatuaje de Sandra

Sashi y Ernest.

Tatuaje de ambos

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