Luna.

... entonces, ¿me dices que yo soy tu destinada? - Sandra no podía creer que ella haya sido elegida para ser la compañera de ese ser tan maravilloso frente a ella.

- Sí, eres Mía, mi destinada. - contesta Paris quien ahora esta presente, aunque conserva la forma humana.

- Bueno, creo que debo procesar toda esta información, siempre creí que ustedes solo eran historias inventadas para darle emoción al asunto. - habla ella con sinceridad - Dime algo, - Sébastien asiente en señal de que responderá lo que sea - ¿Sashi también es una mujer lobo? - Ya nada le sorprende, o eso cree.

- No, ella es una tigresa. - la mandíbula de Sandra quiere salirse de su encaje.

- ¿De verdad? Ay Virgen Santa, ¿y cuántas especies hay? - cada vez está más curiosa.

- Bueno, cambiaformas hay varias, entre ellas lobos y gatos. - le dice - También hay especies con categorías, etc.

- Veo, es demasiada información para un solo día... - se queda en silencio un momento como pensando algo, luego lo mira y sonríe - ¿Puedo acariciar tus orejitas otra vez? Es que son todas suavecitas. - habla con voz un poco aniñada.

Paris rueda los ojos y se transforma, a quién quiere mentir, le encantan los mimos de su Flaquita.

Por otro lado, Sashi está hospedada en la casa de su mate, desde que llegaron a Lune de Sang, él se la llevó a su casa, no quería que los interrumpieran por nada del mundo.

- Haré la cena mi tigresa, ¿algún gusto especial? - pregunta el rubio.

''A ti, bañado en caramelo para lamerte todo'' - habla Baghira desde su mente.

- Recuerda que te puedo escuchar mi linda gatita, así que no me tientes. - le advierte con coquetería.

- Ujumm... - carraspea de morena - nada que contenga carne de res, a pesar de ser carnívora, también mantengo mis tradiciones.

- ¿Te prepararé un pollo a curry que me enseñó a preparar mi hermano, es el mejor cocinero que conozco. - vuelve a hablar Ernest, con orgullo, sobre su hermano.

Preparó la cena, que tenía el delicioso aroma del curry, provocando que Sashi quisiera probarlo pronto.

- Mmm, este pollo al curry está muy bueno, - lo mira sonrojada - ¿puedo repetir?

- Jajajaja... - suelta una sonora carcajada el rubio - puedes tomar todo lo que quieras, ternura.

La tigresa volvió a servirse otra buena ración, la cual comenzó a devorarse de inmediato, degustando los sabores.

Ya satisfecha, comenzó a sentirse somnolienta, había salido a correr más temprano junto a Orión.

Baghira y él estuvieron jugando y haciendo otras cositas no aptas para menores.

Ernest la tomó en brazos, en lo que ella metió su rostro en el hueco de su cuello. Al llegar a la habitación, la depositó con suavidad en la cama. Al tenerla así, tranquila, le pareció la criatura más hermosa del mundo. Su piel tenía un hermoso color y una textura suave, sus labios eran una invitación a besar.

No entiende, cómo es que jamás se dio cuenta de la belleza que posee su tierna Sashi, suya, porque así lo decidió la diosa Luna.

Se levantó de la cama y se encaminó al baño, se dio una ducha. Luego de colocarse su boxer, se acostó al lado de su tigresa, la atrajo hacia sí y ella se acomodó, abrazándose más a él.

A la mañana siguiente, cuando Sashi abrió los ojos, se topó con los azules de su lobo.

- Buenos días, ternura. - le dijo él, regalándole una sensual sonrisa.

- Buenos días, jefe, ¿siempre duerme así con sus secretarias? - pregunta coqueta.

- Solo con una, - la tigresa ruge por lo bajo, haciendo reír a Ernest - con una linda gatita de piel preciosa. - aclara y la morena deja de rugir - No seas celosa mi tigresa, ven aquí, que quiero darte los buenos días con muchos besos.

La pareja comenzó a besarse con ternura, pronto él se subió encima de ella, simulando embestidas suaves.

- Te quiero hacer completamente mía, gatita hermosa. - le dice mientras besa su boca.

- ¿Qué te detiene lobito mío? - ronronea.

- Quiero que hagamos el ritual de unión, mereces lo mejor, mi abuela nos enseñó que nuestra destinada merece una ceremonia por lo alto. - le explica entre besos.

- Nos comemos la torta y después celebramos jejejejeje. - dice divertida.

- Jajajaja, eres demasiado traviesa Baghira, pero quiero hacerlas mías cuando las proclame así, delante de todos.- le aclara - Vamos a la mansión, supongo que quieres ver a la luna.

- Sí, me encanta la idea, así podemos hablar sobre mi naturaleza, supongo que tiene curiosidad sobre mí, también. - dice la morena.

- Supongo que si. - dice de acuerdo.

Luego de darse una ducha y ponerse ropa cómoda, salen rumbo a la mansión Dumont. Iban a aprovechar pasar el día en familia, ya mañana debían volver a la compañía.

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