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Al otro lado de la ciudad, recostado en su cama King en su lujosa habitación, estaba Vítor, mirando el celular en sus manos.

—¿Qué pasa, hijo? ¿No me vas a decir que te da vergüenza acercarte a la chica, a tu chica?-preguntó Guilherme mientras sonreía levemente.

—No pasa nada papi-"es que este número se parece al número de mi dulce fugitivo, ay que estúpido fui", pensó Vítor mientras recordaba a Helena.

Vítor se arrepintió de haber actuado tan cobardemente, debía buscar a Helena y presentarla a su padre, pero borró el contacto con Helena y aunque la tenía en su corazón, Vítor decidió que haría todo lo posible para hacer feliz a su futura esposa.

—Estos fueron los dos millones mejor gastados en la historia de la familia Medina, dijo Guilherme mientras miraba la cara de estúpido de Vítor.

Al escuchar esas palabras, Vitor dejó escapar un largo suspiro y luego habló:

—Ahora me siento humillado jajaja

—Deja de decir tonterías, creo que te llevarás bien, ahora ve a intercambiar mensajes con tu prometida-dijo Guilherme y luego se fue sonriendo.

Al estar solo en la habitación, Vítor finalmente se armó de valor y le escribió un mensaje a su prometida.

—Buenas noches señorita Sales, soy su prometido, así que llámeme querida jajaja.

Vitor escribió todo torpemente, unos minutos después Helena finalmente respondió.

—Buenas noches, señor Medina.

A Vítor le sudaban mucho las manos y estaba nervioso, pero nadie podía explicar por qué, Helena se mantuvo neutral.

—No me gusta que me llamen cariño o mi amor, creo que es un poco falso, ¿empezamos las presentaciones de nuevo?-escribió Helena.

—Listo, las damas primero🥰- respondió Vitor.

—Está bien, mi nombre es Helena Sales, soy estudiante, no soy bonita, pero sé bailar y hago pasteles deliciosos 😂😂

Al leer esas palabras, Vítor se perdió en sus pensamientos, recordando a Helena y ni siquiera se acordó de responder el mensaje de su prometida.

Helena se enojó mucho y luego terminó la conversación e incluso bloqueó a su prometido.

Después de eso, Helena se dio una ducha caliente, se puso un sencillo camisón y luego se arrojó en la cama, planeando dormir.

..

Cuando Helena se despertó esa mañana soleada, el reloj en su muñeca marcaba las 6:30 de la mañana, Helena saltó de la cama y luego comenzó a arreglarse, vestida con jeans negros, una camiseta blanca y zapatillas del mismo color.

—Lo bueno es que espanto a los falsos, dijo Helena sonriendo mientras se miraba en el espejo.

Resulta que unos jóvenes cortaron el flequillo que antes cubría la cicatriz de su frente y Helena usó un sombrero para esconderse, pero Helena ya no quiere hacer eso.

Una vez lista, Helena tomó su celular y sus materiales y pronto salió de la habitación y se dirigió a la cocina.

—Buenos días Marta, dijo Helena y luego se sirvió un poco de café.

—Buenos días señorita Helena, ¿qué quiere comer?- preguntó Marta mostrando una pequeña sonrisa.

Helena simplemente negó con la cabeza, queriendo decir que no tenía hambre y luego prácticamente salió corriendo de la cocina.

Mientras se acercaba a la puerta principal, un gran guardia de seguridad habló de repente.

—Está expresamente prohibido que salga sola, señorita Helena —dijo el hombre con la frialdad típica de los guardias de seguridad.

Al escuchar esas palabras, Helena se enojó mucho y pronto dijo:

—¿Y cómo voy a ir a la universidad? ¿Crees que los profesores se compadecerán de mí y vendrán aquí a enseñarme el material de los días perdidos?—dijo y luego le dio una patada en las partes bajas al hombre.

El guardia de seguridad casi lloró de desesperación.

—Iba a decir que el conductor fue a buscar el auto. Ah, y solo sigo órdenes - dijo el guardia de seguridad con la cabeza gacha y con expresión de dolor.

A Helena se le acabó la paciencia y no volvió a interactuar con el guardia de seguridad.

“¿Qué está haciendo Elías? Bastardo”, Helena resopló mentalmente al recordar el repentino cambio de Elías.

Unos minutos más tarde el conductor finalmente trajo el auto, iba a salir planeando abrirle la puerta a Helena, pero ella lo despidió y pronto se subió al auto y para su sorpresa, dos guardias de seguridad hicieron lo mismo, se acercaron. en uno a cada lado.

Ese acto casi hizo llorar a Helena de desesperación, les lanzó una mirada mortal.

—Solo nos acabamos...

—Está bien, entonces pasa al asiento delantero y podrás alejarte de mí – gritó Helena, toda enferma y haciendo gestos con las manos, solo perdió la esperanza de escapar de este bendito matrimonio.

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Comments

Elide Rubio

Elide Rubio

que familia tan horribles

2024-03-24

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