Capítulo 18

JOAN

Cuando llegue a casa lo primero que vi fue a mi papá y a Betty en la isla de la cocina, me acerqué a ellos y los saludé

—Hola, Buenos días—, dije.

—Hola hijo—, me dijo mi papá—, por lo visto estuvo buena la fiesta de ayer—, me dijo con el ceño fruncido.

—Si papá estuvo buena, por que crees que no llegue a dormir—, dije sonriendo y yo sabía que el entendía a lo que me refería.

—Bueno ya, vete a tu cuarto y date una ducha haber si así se te quita esa carita que traes—, me dijo para que ya no siguiera con esa conversación, que por la manera en que Betty se dio la vuelta para verme, entendí que ella al igual que mi padre entendió a lo que me había referido.

Subí las escaleras para ir a mi habitación y por un momento me quede parado frente a la habitación de Mairim, quería ver como estaba después de lo que había pasado, pero no tuve el valor para tocar y verla, así que me fui a mi habitación, cerré la puerta y me tiré a la cama, ja que idiota como estará? me pregunte pues dolida, triste y con el corazón roto por lo imbécil que fuiste me dije a mi mismo, solo a mi se me ocurría pensar verla y preguntarle como esta, así me quede pensando un rato hasta que ya no pude más y me quedé dormido.

Dormí todo el día y parte de la noche, cuando desperté eran aproximadamente las 3 de la madrugada, así que me levanté y bajé a la cocina por un vaso de agua y de paso prepararme algo de comer por que mi estómago me lo pedía, salí de la habitación y baje las escaleras rumbo a la cocina , lo que no contaba es que me encontraría en la cocina a Mairim, por lo visto pensamos igual por que ella llevaba un sándwich y un vaso de jugo, ella me miró sorprendida creo que no esperaba encontrarme ahí, sus ojos estaban hinchados y rojos, su mirada era triste, sentí un nudo en la garganta verla así tan frágil, tan rota, quería decirle muchas cosas decirle que me perdonara que nunca fue mi intención lastimarla.

Que la quería de verdad, la quería pero que entendiera que esto no era correcto lo que sentíamos, que por favor me entendiera, pero no pude decirle nada ya que ella solo me ignoro y me paso de lado, sentí un nudo en la garganta ya que días antes todo era tan diferente, pero con que cara le pedía que no lo hiciera, con que cara le pedía que no me odiara después de lo que le había hecho.

A la mañana siguiente, baje a desayunar con papá y Betty , Mairim aún no bajaba por lo que decidí sentarme con ellos y esperarla para llevarla al colegio, ya que aunque no quisiera verme y hablarme no iba a dejar que se fuera sola y estaba completamente seguro que Betty apoyaría en que yo la llevara.