capítulo 17- estrategia...

Tras lo sucedido en la sala de conferencias, el emperador solo tenía esperar noticias del mensajero, pero realmente le preocupa el hecho de que el marqués haya amenazado con brindarle su apoyo a Arek, algo que le puede ser perjudicial, debido a que otro nobles podrían seguirlo, en especial ahora que los rumores sobre Rowan siguen en pie, pues aunque al principio no fue a la guerra porque estaba enfermo, hoy en día se le ha visto bien y sigue sin ir al campo de batalla.

La emperatriz ahí presente también estaba preocupada, no podía perder el compromiso de Rowan con Katerina, no cuando nisiquiera han encontrado a la verdadera santa, pues aún cuando llevan años buscando, esta sigue sin aparecer y la única pista que tenían, fue inútil, el lugar donde vieron a una joven que parecía tener poder divino, estaba abandonado y nadie sabía a donde había ido la familia.

El mensajero anunció su regreso y al estar ante los emperadores, este le dio de regreso la carta enviada, mientras les dice que en la villa flower, no esta Katerina, incluso los sirvientes le comentaron que ella se marcho hace un año.

— maldita sea...¿como se atreve esa chiquilla ha hacernos este desplante? Ella tiene un compromiso que debe de cumplir.— grita furiosa la emperatriz.

— haré que la busquen y la traigan a la fuerza si es necesario, el marqués no puede faltar a su palabra, él acepto el compromiso.— menciona el emperador.

Y es que años atrás, antes de que Katerina cambiará de alma, el marqués aceptó ese compromiso porque su hija insistió, claro, bajo la influencia de su madre, pero eso es algo que nadie más sabrá. La emperatriz ya no sabía ni que hacer, Rowan solo estaba perdiendo apoyó de los nobles y aunque el propio emperador le entregue el trono, los nobles pueden meter demasiada presión como para evitar que Rowan pueda ser tratado como emperador y más si hay la posibilidad de alguien más de la familia tome ese lugar y la emperatriz no esta dispuesta a permitir que Arek suba al trono.

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Por otro lado, Arek había recibido una carta, una que le indicaba al lugar que debe ir, así que hizo que algunos soldados lo acompañarán, el lugar citado era un pueblo a un par de horas del campamento, claro, yendo volando, porque a caballo llevaría un día entero. Tras llegar al pueblo, ordenó a sus guardias esperar, mientras que el acude a una mansión a las afueras del pueblo, al llegar, una doncella le guía a la sala privada, donde al entrar, las puertas se cierran.

— quien diría que el chiquillo que conocí hace años, ahora ya es todo un hombre atractivo.—

Arek se acerca al escuchar la voz femenina, esta era calmada y con un toque de coquetería. Al estar frente a la dueña de dicha voz, Arek había quedado fascinado con la belleza de dicha joven, aquel cabello rubio brillaba como hebras de oro y hacían una combinación perfecta con aquellos ojos azules, afilados y llenos de malicia.

— lady Rosesky...usted esta...hermosa...—

El corazón de Arek no dejaba de saltar, sentía una emoción inigualable al tenerla ante él, aquella chica que tanto anhelo ver, ahora estaba justo ante sus ojos. Katerina camina cerca de él y hace una reverencia.

— agradezco su halago y debo decir que no esperaba encontrarme con un hombre tan atractivo...— Katerina no dudo en pasar su mano sobre la mejilla del Arek.

Este sostiene la mano para evitar que la aparte y cierra los ojos, disfrutando de aquella cálida caricia. Katerina por su parte, estaba atenta a las reacciones de Arek y puede notar el interés que este muestra por ella.

— no sabe cuanto ansiaba poder verla y ahora aquí esta, ante mí.—

— así es, también me da gusto verlo, alteza. He de suponer que ya se enteró sobre, la pequeña ayuda que les he dado.—

— si, pero no era necesario exponerse. Si es demasiado peligroso, no se exponga, no soportaría que algo le llegase a pasar.—

Arek lleva la mano de Katerina hasta sus labios y deja un beso en el dorso de esta.

— nada me pasará majestad y ayudarlo, le da ventaja, así la guerra podrá acabar pronto.—

— que más quisiera que así fuese, pero no parece acabar nunca. Aunque tenga al escuadrón Rose y buenos magos, el enemigo también es poderoso, y yo...mi poder esta limitado...—

— lo sé, pero no importa, con o sin ese poder ganará esta guerra. Se lo había dicho antes ¿no? Usted saldrá victorioso.—

— usted me tiene demasiado confianza, así que no desperdiciare su apoyo.— afirmo con cierta confianza.

Katerina también le comenta que sabe que el emperador ha limitado sus provisiones, por lo que tomo ciertas precauciones con respecto a ese tema, así que las provisiones necesarias ya deben de estar en camino.

— Jane jamás me ha decepcionado. Tendrá lo necesario pronto, mientras tanto, hay que distribuir bien lo que el emperador envió.—

— sin duda, tendrá mi lealtad por siempre mi lady.— asegura Arek.

— eso me gusta, un hombre leal, es lo que cualquier persona desearía.—

Katerina se levanta de la silla para caminar hacia donde esta Arek y acaricia suavemente la mejilla de este y se inclina dejando un beso en su frente.

— hagamos que esta guerra acabe y tomemos el trono de Lutzalya.—

— así será...— Arek toma nuevamente la mano de la joven y besa el dorso de esta.

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Una explosión estruendosa se escucho en una zona del palacio, los guardias de inmediato comenzaron a movilizarse. Cuando el emperador busco al jefe de la guardia para pedir información, este le comenta que hay un incendio, pero que los suministro del palacio han sido robados, no había quedado nada debido a que, lo que el ladrón no pudo llevarse, fue quemado y en cuestión de horas se anuncia que varios nobles han sido sufrido el mismo robo.

Pero, aquel robo no era lo preocupante, pues en la noche, una fuerte nevada había caído en la capital, una muy inexplicable nevada, pues aun estaban en primavera. Al día, en el palacio, ya se preocupaban porque el palacio y varios nobles se habían quedado sin suministros, y con la nevada, no podrán tener más cosechas. Ante esto, el emperador inicio una orden donde los plebeyos y nobles deben de donar parte de sus suministros al palacio. Esto causo una gran revuelo, muchos plebeyos apenas tienen para pasar algunos meses y ahora desean quitárselos. El emperador incluso sw enteró que el marqués no sufrió robo alguno, así que pedía una donación de su parte.

— me temo majestad, que mis suministros van camino al campo de batalla, mi hija me solicito ayuda, porque hace más de cinco meses, que las tropas no reciben suministros.—

Ante esto, el consejo comenzó a murmurar, no era posible que el emperador dejará a sus tropas sin suministros.

—¿que significa eso marqués? ¿Acaso nos esta acusando de abandonar a nuestras tropas?— pregunta molesta la emperatriz.

— usted ha tocado ese tema majestad, yo jamás insinue eso.— responde el marqués con una leve sonrisa.

La emperatriz guardo silencio al ver como el consejo reaccionó observándola con desaprobación.

— aún si envío suministros, deben de quedarle algunos...quienes no sufrieron el robo, deben compartir.—

— ¿y mi gente? ¿Los dejaré sin alimento para alimentar a otros? Me temo majestad, que primero esta mi territorio, la solución a este problema, es meramente responsabilidad suya y no creo que quitarle a quienes apenas tienen, sea la solución, a ese paso, la gente morirá, ¿de que sirve luchar en la guerra si de todos modos matará de hambre a su gente?— pregunta el marqués.

Definitivamente el hombre estaba dejando sin argumento alguno al emperador, y claro, otros se unieron a él, al igual que el marqués, no pueden dar la poco que tienen para solucionar el problema del emperador, cada quien esta a cargo de velar por su territorio y no por el de otros. Los emperadores estaban furiosos, pues tenían una bodega de suministros extras, pero quieren mantenerlo para el palacio, si lo entregan, se quedarán con menos y no saben cuánto durará esa nevada, pues nisiquiera los del templo tienen respuesta sobre lo sucedido.

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