capítulo 8- plan...

El templo comenzó con la investigación en contra de la marquesa, mientras que a esta ya se le permitió salir de su reclusión y apenas lo hizo, comenzó a quejarse con el marqués cuando supo que Katerina no estaba tomando las clases que ella le había puesto, además la vio practicando esgrima en el salón de entrenamiento y aunque le grito a la joven, esta solo le dijo que su padre lo permitió.

— es suficiente, está es mi casa, ella también es mi hija y en estos días, una mujer puede hacer lo que ella quiere, si mi hija quiere ser un soldado o una modista, lo será. Ahora largo que tu sola presencia es un dolor de cabeza.— la grita furioso.

La marquesa se queda pasmada ante los gritos de su esposo y más al verse observada por los empleados de la casa, es obvio que esto se sabrá muy pronto por todo la ciudad. El marqués le ordena al mayordomo que saque a la marquesa de esa sala, mientras ella grita furiosa, no puede creer que su esposo la trate de esa manera y nunca quiera darle la razón, restando su autoridad en la casa y con su hija.

— eso pasa cuando solo deseas someter a todos a tus órdenes. Madre, yo tengo mis propios sueños y ser una esposa sumisa, no esta en esos sueños.— menciona Katerina.

— todo esto es tu culpa, solo debes callar y obedecer, ¿no lo entiendes? Es tu futuro.—

— no necesito que planees mi futuro, además, el futuro que yo planeo es mejor.—

La marquesa podía ver la sonrisa arrogante en los labios de Katerina, mientras la mira con superioridad, ¿desde cuando esa niña era así? Siempre agachaba la cabeza y hacía lo que decía, no pudo cambiar de un día para otro.

— eres una hija mal agradecida, te he conseguido un buen compromiso, agradecida deberías de estar.—

— ¿acaso no sabes decir nada más? Si tanto te gusta el príncipe heredero, cásate con él, yo tengo mejores gustos.—

Dicho esto, la joven sigue su camino y cuando la marquesa intente alcanzarla, Jane se interpone en su camino, la marquesa se detiene, pues sabe que esa guardia, es fiel al marqués.

***

En el palacio, Arek está en una reunión con el emperador y el príncipe heredero, así como los generales de sus tropas, en una mesa se veía un mapa del país, donde un general llamado Graham, le enseña la posición de las tropas de Ketzania, pues todo parece ser que el conflicto es inevitable y que debería enviar más tropas en caso de que inicien con un ataque.

— el príncipe heredero, podría guiar a nuestras tropas.— sugiere Graham.

Ante esto, Rowan aprieta los puños, no piensa ir a una batalla, nisiquiera sabe usar bien una espada.

— es verdad, estoy seguro que si su alteza va, elevará la moral de nuestros soldados.— menciona Arek con una sonrisa burlona.

— en eso tienen razón, tenemos que pensar en eso.— menciona el emperador.

Esto pone más nervioso a Rowan, así que tan pronto acaba la reunión, corre hacía el palacio de la emperatriz para decirle, pues el emperador parecía considerar la idea. La emperatriz por supuesto, no iba a permitir que su hija sea enviado al frente del conflicto, su lugar es el trono, no el campo de batalla y fue justo lo que le dijo al emperador tan pronto lo fue a ver.

— si él muere, ¿quien heredera el trono? No tenemos otro hijo y ese...ese niño no tomará el lugar que le pertenece a Rowan.—

El emperador se queda pensativo por las palabras de la emperatriz, pues tiene razón, si Rowan muere en el campo de batalla, Arek sería quien luche por tomar el trono y no pueden permitirse algo así.

— ya sé, envía a ese niño, no importa si muere, a nadie le va importar. Mientras represente a la familia real, los soldados estarán felices.—

Es la oportunidad perfecta de deshacerse de Arek y justo como pensaba, nadie podrá culparla, seguramente ni se hará una investigación, pues en la guerra muchos perecen. Era el plan perfecto.

— tienes razón, lo enviaré a él, diremos que Rowan enfermo y será enviado Arek mientras Rowan se recupera.— menciona el emperador.

Así nadie podrá decir que su hijo solo se está escapando de ir al frente. El plan era decir que Rowan iría, pero dos días antes caera enfermo y no podrá guiar a las tropas, por lo que se enviará a Arek. La emperatriz estaba feliz por eso, su hijo jamás irá a la guerra.

****

Dos días después, Katerina se había reunido de nuevo con Arek, este le comunica que es justo como ella dijo, los emperadores están planeando algo, según el príncipe heredero será enviado para guiar las tropas, pero sus espías le han dicho que Rowan ha salido del palacio para solucionar un asunto privado, seguramente planean mantenerlo lejos para evitar que vaya a la frontera.

— ve, usaremos esto a nuestro favor, haremos que el príncipe heredero, quede como un cobarde ante todos.—

— si es que regreso con vida, si se inicia una guerra, nada asegura que volveré. Sus planes podrían irse a la basura, mi lady.— sonríe con algo de burla.

— eso jamás pasará. Me encargaré de que regreses con vida.—

Arek puede notar la seguridad en las palabras de Katerina, sin duda es una chica interesante y eso que apenas tiene 14 años, pero sabe manejar bien la situación en la que esta.

— por cierto, supe que su madre esta siendo investigada por el templo, espero no le moleste que yo haya facilitado ciertas evidencias.—

— ¿lo hizo? Que dulce, es un detalle tan romántico alteza, no sabe lo feliz que me hace.— Katerina le mira fijamente a los ojos y Arek no aparta la vista.

En ese momento detesta ser solo una joven de 14 años y que Arek tenga solo 15, de lo contrario, no perdería la oportunidad de degustar de ese manjar, pero ya tendrá su oportunidad en un par de años. Tras acabar con la platica, Katerina se retira y al llegar a la mansión de su familia, los carruajes del templo ya estaban ahí, parece que es justo como Arek dijo y les facilito la información necesaria. Al entrar escucha los gritos de la marquesa, negando todo y voltea hacía la puerta viendo a la rubia.

— ahí estás, hija mía...ven, diles a estos hombres que tu mana divino es real.— menciona con nerviosismo.

— no es así, yo no tengo poder divino...mi madre me obligo a usar un cristal especial con esa clase de mana.— menciona de manera tímida.

— maldita mocosa, ¿como te atreves? Después de lo que hice por ti, sin mi no serías la prometida del príncipe heredero.— la marquesa se fue contra Katerina.

La tiro al suelo y comenzó a golpearla, rápidamente los guardianes del templo sostienen a la marquesa y el marqués ayuda a su hija, pidiéndole a Jane que se la lleve.

— no me toquen...esposo, sabes que esto es una calumnia...por favor.— pide la marquesa.

El marqués la ignora y habla con el cardenal, quien asegura hay pruebas suficientes y se llevará a cabo el juicio en el templo, ellos decidirán la sentencia de la marquesa, pues los emperadores, solo son espectadores.

***

Para el siguiente día, se estaba llevando a cabo el juicio, se menciona el delito de la marquesa y se presentan las pruebas, las piedras que la marquesa le daba a su hija, las cuales fueron compradas en el mercado negro, ahí, los testigos aseguran haber visto a la marquesa y el dueño de la tienda, muestra una libreta de clientes, donde esta apuntado el nombre de la marquesa y sus pedidos. Cuando llaman a Katerina a dar su testimonio, menciona lo mismo que le dijo al cardenal.

La emperatriz estaba molesta, era humillante saber que la madre de la prometida de su hijo, estaba siendo juzgada y no era cualquier delito, era uno que le causará problemas, pues si Katerina no es la santa, ella y Rowan ya no tendrá apoyó del templo.

...

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