capítulo 15- engaño...

Edwin y su escuadrón llegaron a un pueblo cercano a las fronteras, las personas estaban nerviosas por la llegada de estos, saben que a la menor provocación su pueblo puede acabar en las cenizas. El campamento se instalo a pocos metros de dicho pueblo y Edwin ordeno vigilancia toda la noche, no piensa permitir que pase lo mismo y si en realidad esa bruja, esta de lado de Lutzalya, no atacará poniendo en riesgo gente de su imperio. La noche llego, en ese pueblo había un pequeño festival para conmemorar su buena cosecha, lo que ventajoso, ya que así pueden mezclarse en el pueblo, Edwin iba con sus guardias, esperaba en una mesa a que se le sirviera la cena que pidió.

Pero su ojos se fijan en una hermosa rubia que estaba sentada cerca de la fuente, sus hermoso cabello parecía oro brillante debido a las luces que adornaban el lugar. Edwin sonríe y se levanta para acercarse a dicha mujer, al menos encontró algo bueno en ese pueblo y no iba a ir sin antes probarla.

— los dioses deben haberme premiado esta noche al estar ante una hermosa dama.— habla de forma coqueta.

Katerina levanta la vista al escuchar las palabras del príncipe y muestra una sonrisa ladina.

—¿esta seguro que no es un castigo? Mi lord, la hermosura no asegura que sea buena.—

—¿entonces es una mujer malvada o solo me esta rechazando?— muestra una expresión dolida.

— tal vez en realidad soy las dos. — dicho esto, Katerina se pone de pie y comienza a caminar.

Edwin le hace una seña a sus guardias y el camina cerca de Katerina, incluso le ofrece su brazo para guiarla.

— que cortés mi lord, no sabía que los nobles fuesen tan amables con una campesina.—

— ¿campesina? Creí que era la hija de un lord de estas tierras.—

— ¿entonces si no soy hija de un lord, dejará de ser amable? —

— por supuesto que no, a mi no me importa el estatus.—

Para Edwin era perfecto, si ella solo es una campesina, le será fácil conseguir lo que desea de esa mujer.

— si no le molesta, ¿me puede decir su nombre?—

Katerina detiene sus pasos y hace una reverencia algo torpe para disimular.

— Karina, ese es mi nombre, mi lord. ¿El suyo?—

— tercer príncipe de Ketzania, Edwin Linux...—

— por los dioses...¿de Ketzania? ¿Príncipe? Yo...me disculpo por mi descortesía alteza.— Katerina se muestra temerosa y se inclina.

Edwin puede ver su cuerpo temblar, así que se acerca para sostener su mentón y hacerla levantar la mirada.

— tranquila lady, no necesita temer, estoy aquí explorando, no atacando. Además jamás le haría daño a una hermosa dama como tú.—

— ¡oh majestad! No soy digna de su compasión.— expresa Katerina con temor.

— lo eres, una belleza como tú, incluso la llevaría a Ketzania para hacerla mi esposa. Sería el hombre más afortunado.— Edwin sostiene las manos de Katerina, tratando de verse amable.

— no creo merecer tanto majestad, solo soy una campesina huérfana.— Katerina agacha nuevamente la mirada.

Y gracias a su cabello Edwin no podía ver la mirada afilada de la chica, mientras Edwin solo piensa que ha tenido suerte esa noche, pues podrá disfrutar de una hermosa campesina sin tener consecuencias. Tras seguir caminando, Edwin inicia su seducción, hablando de lo hermosa que es su vida en el palacio de la capital de Ketzania, además de que ninguna mujer había llamado tanto su atención como ella, tanto que no le importa que sea de un imperio enemigo, él esta dispuesto a llevarla y hacerla su esposa. Katerina actuaba tímida y se mostraba emocionada ante la propuesta de Edwin, durante dos días, se han estado viendo y este jura que desea llevarla con él.

— no creo que su alteza desee llevarse una pobre campesina, no tengo título, su familia jamás lo aceptaría.— se muestra triste.

— lo hará, mi padre es generoso con sus hijos, aceptará que mi esposa sea usted, sin importar su estatus, mis logros valen más.— asegura.

Edwin se inclina buscando darle un beso, pero Katerina se aparta.

— alteza...sus palabras son tan generosas, no merezco tanto.—

Dicho esto, se da la vuelta y se aleja corriendo del lugar, Edwin frunce los labios, lleva dos días y aún no logra tenerla. Decide seguirla, aunque sus guardias van con él y ven a la joven entrar a una pequeña casa casi en ruinas. Edwin le ordena a sus guardias derribar la puerta, si no puede tenerla por las buenas, lo hará por la fuerza.

—¿que desea en esa casa? Nadie vive en ella...— habla una mujer.

— no se meta anciana o quemare su pueblo.—

La mujer se asusta y se aleja, incluso los que van pasando también tratan de alejarse. Los guardias de Edwin derriban la puerta y efectivamente, era una casa que parece abandonada desde hace años.

—¿donde esta la joven que vivía aquí? — pregunta Edwin a la misma mujer.

— lord, no hay nadie viviendo a ese lugar, la pareja de ancianos falleció hace dos años y no tenían más familia.—

— es imposible, vimos entrar a una mujer aquí, una joven rubia.— menciona un guardia.

— no señor, aquí en este pueblo no hay una joven así, quizás es una visitante.—

Edwin estaba furioso, no logro nada con la mujer y ahora nadie parece saber quien era. Ha perdido el tiempo por nada, así que ordena que el campamento sea levantado, deben marcharse, pues nisiquiera apareció la supuesta bruja de hielo.

****

Katerina estaba ya lejos de aquel pueblo, por el momento esos hombres no parecen querer destruir el pueblo, así que no será necesario intervenir, pero se mantendrá cerca por prevención.

— ya quiero ver la cara de ese sujeto cuando te vea en el campo de batalla.— menciona Thomas.

— la campesina que intento llevarse a la cama, en realidad es la bruja que busca, que tonto.— sonríe con burla.

Pero es divertido jugar con su presa antes de acabarla. Ambos ven a las tropas marcharse, pero los seguirán, no deben perderlos de vista.

En el campo de batalla, la estrategia de Arek había servido bien esta vez, los de Ketzania estaban retrocediendo, perdían terreno durante la batalla, Arek estaba decidido a ganar esa guerra, sin importar cuanto tenga que esforzarse, si Katerina los esta ayudando, él debe demostrar que también puede. Debe de aprovechar que el escuadrón Rose esta de su lado, sus magos eran fuertes y él también podía usar su magia, gracias al líder de los Rose, Arek ha aprendido a aprovechar el potencial de su magia, aunque él mismo sabe, que esa magia que usa, apenas es la mitad de su verdadero poder, el cual lamentablemente no puede usar por completo, debido a que este permanece sellado, si tan solo supiera donde está oculto ese sello, podría liberar su poder.

— alteza, el enemigo retrocede, debemos seguirlos...—

— no Jack, no sabemos si no tienen alguna trampa, déjenlos marchar, no podemos arriesgarnos, además los soldados ya están demasiado cansados.—

Jack cumple con la orden de Arek, dejando que el ejercito enemigo se marche, por ahora deben de estar orgullosos, han logrado ganar esa contienda, mientras más los hagan retroceder, más posibilidades tienen de ganar.

...

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