Estando ahora frente a frente, Mary baja los escalones hasta estar a la misma altura que ellos y hace una corta reverencia con la cabeza. Silfide y Daha están más que sorprendidos, pues tenían muchas cosas en mente.
— Debo decir... Que te vez más joven de lo que esperaba. — Dijo Daha.
— Todos lo dicen muy seguido. — Dijo Mary sonriendo.
— No somos como los humanos que dejan grandes responsabilidades en personas poco maduras como menores de edad. Tu esta claro que no llegas ni a los 100 años. ¿O si?.— Dijo Silfide.
— Apenas cumpliré 20 años. Pero eso no es el punto... El punto es que estan aquí por lo que significa que aceptaron mi petición. — Dijo Mary.
— Pelear contra los humanos... Debes estar loca o tener un gran plan contra ellos. — Dijo Silfide.
— Quizá las dos. — Dijo Mary sonriendo.
Los tres se miraron, Daha y Silfide aun tenian sus dudas pero aun asi Mary se mantenía firme. Justo en ese momento, a la sala irrumpió Ezequiel quién se acerco hasta ella.
— Una armada de cinco mil soldados se acerca, tienen armas y están acercándose por el lado este. — Dijo Ezequiel. Daha y Silfide escucharon preocupados pero Mary solo trago saliva y suspiro.
— Prepara a todos... Iremos ahora mismo a detenerlos — Dijo Mary.
— Cinco mil soldados?... Es demasiado... — Dijo Silfide preocupada.
— En realidad es poco... Hace poco atacamos un lugar con más de quince mil cazadores... estos parecen ser soldados ordinarios.— Dijo Ezequiel. Mary le hizo una seña a un guardia y este se acercó a ella.
— Por favor llévalos a la sala de reuniones. — Dijo Mary. El guardia asintió, Daha y Silfide siguieron al guardia para después ver a Mary caminando para salir del castillo a lado de Ezequiel.
En la sala de reuniones, estaba una gran mesa, allí Runa, Cirene, Calisto, Priscilia, Roxana, Angelina y Kanack miraban los soldados acercarse a través de una nube que mostraba lo que pasaba.
— no deberíamos de estar preparándonos para pelear?... son muchos — Dijo Calisto.
— ¿Que tiene planeado?... — Preguntó Runa.
Al ver a Daha y Silfide todos se quedaron callados y todos tomaron asiento. Se veian confundidos por las acciones de Mary, pero se notaron preocupados al ver a Roxana, Angelina y Priscilia preocupadas, no querían ver lo que pasaba.
– Oigan ustedes... Diganos, que esta pasando. — Dijo Silfide poniéndose de pie.
Una fuerte retumbar los hizo preocuparse, miraron hacia la nube y vieron que pasaba. En medio de los soldados una fuerte explosion se había detonado y allí había aparecido Mary en su forma de zorro.
Todos quedaron impactados al ver aquel enorme zorro, tan grande que los muros quedaban cubriendo solo hasta su abdomen.
El zorro comenzo a atacar a los soldados, cuyas armas no hacían una sola herida en Mary. Todos miraron esto sorprendidos por su poder destructivo.
— Es impresionante — Dijo Runa con una sonrisa.
Incluso Silfide, Daha y Calisto se notaban impresionados, era claro que Mary era la pieza que por siglos habian necesitado para acabar con la tiranía de la humanidad.
Tras varios minutos, todos los soldados estaban muertos. Roxana, Priscilia y Roxana estaban partidas en mil pedazos, Priscilia no soporto y había soltado en llanto, cosa que confundio a los Atlanteanos y Elfos.
Al mirar de nuevo a la nube notaron algo que les sorprendio pero a su vez les hizo sentir remordimiento. Ese enorme zorro que se veía poderoso en el campo de batalla, estaba llorando...
...
Paso un buen rato, el silencio en la sala los inundó. Mary entro a la habitación y camino hasta tomar asiento al frente de la mesa.
— Gracias... por esperar. — Dijo Mary. Todos la miraron y finalmente Priscilia se puso de pie y camino hasta ella.
— Ya detente... — Le dijo Priscilia. Mary mantuvo la mirada al frente manteniéndose sería. — No te hagas más daño. — Dijo Priscilia. Mary suspiro, Roxana se acercó a Priscilia y le hizo salir de la habitación con ella.
Apenas se fueron Mary miro a las personas sobre la mesa y mostró una sonrisa.
— Tengo entendido que mañana temprano llegarán nuestros últimos aliados... El reino de Petrified. — Dijo Mary con una sonrisa.
— El hogar de las Gorgonas que nacieron de medusa?. — Dijo Cirene sorprendida.
— Así es. — Dijo Mary.
— De ser asi tendríamos posiblemente el suficiente personal militar para empezar y triunfar en la guerra con los cazadores... eso es increíble. — Dijo Runa.
— No lo es completamente... Quizá tenemos mucho contra los humanos. Pero les adelantare quien es nuestro verdadero enemigo. — Dijo Mary mientras ponía su mano en la mesa, de inmediato algo similar a un holograma aparecio, este mostrando a Raikam. — Ella es nuestra principal enemiga... Es una vampira que en su momento fue humana y nos odia con el alma... — Dijo Mary.
— Un vampiro es sencillo de derrotar, es simple acabar con ellos. — Dijo Calisto cruzado de brazos.
— HAHAHA~ — Rió Kanack en el fondo para después mirarlos. — Fue el subestimarla~ lo que hizo fracasar a las razas hace mas de 500 años~ — Dijo Kanack entre risas pequeñas.
— Hablas de... La guerra de hace 600... en la que los cazadores lograron tomar el poder del mundo dándole el triunfo a la humanidad ?.— Dijo Daha sorprendido.
— Yeah~... — Dijo Kanack.
— Raikam parece haber traído a su poder algo más allá de nuestro conocimiento total... Más específicamente... Del Infierno. — Dijo Mary.
— Traer fuerzas del infierno... No puede ser... Acaso?... ¿Hablas de Demonios? — Dijo Silfide sorprendida y a su vez alterada.
— Así es... Parece ser que... Raikam tiene de su lado fuerzas demoníacas. Por ello no debemos de tomar esto a la ligera... Debemos de pensar a la perfección cada paso que demos. — Dijo Mary. En ese momento todos se fijaron en ella notándose preocupados y sorprendidos al ver algo en ella.
Mary miro una gota de sangre caer sobre la mesa en donde ella estaba apoyada, llevo su mano hasta su nariz misma que estaba sangrando. Raikam se acercó y le dio un pañuelo con el cual ella limpio su sangre.
— Ama mia... debería de descansar. — Le dijo Kanack.
— Supongo que tienes razón... Gracias a todos por venir... Vayan a descansar, mañana será el día de nuestra gran reunión. — Dijo Mary sonriendo. Todos hicieron una seña de agradecimiento y después se marcharon dejando a Mary y Kanack solos.
Apenas se fueron Mary suspiro y por fin se rompió, unas cuantas lagrimas comenzaron a salir y solto pequeños quejidos.
— Ahh... Ya no aguanto más. — Dijo Mary. Kanack se mantenía dándole la espalda, apreto los puños y trago saliva para después mostrar una sonrisa y girarse hacia ella.
— Tranquila...~ estarás bien neh~! — Le dijo mientras le abrazaba suavemente.
Puso su mano en su cabeza y activando su poder la hizo dormir.
— No sentirás dolor... No en mi presencia..— Dijo Kanack mientras acariciaba suavemente sus cabellos para después cargarla en sus brazos y sacarla de allí.
...
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