Capítulo 11; ATLANTIS

En algun lugar del enorme océano...

En un hermoso arrecife se escuchaba una hermosa voz por todos lados. Animales de todos los tipos se acercaban a ese lugar como si alguien los llamase. Y allí recostada entre las algas marinas se encontraba una bella sirena.

Su cabello era de un azul claro, ondulado y muy largo, sus ojos azules como el océano y escamas en su rostro que cubrían toda su mejilla derecha y subían por un costado hasta cubrir su frente. Su aleta de Sirena era enorme, haciéndola medir casi dos metros, esta misma era dorada y realmente hermosa.

Con su canto, los animales se acercaban ella parecía charlar con ellos con mucha felicidad.

— No es hermosa esta vista~!...— Preguntó risueña mientras miraba hacia arriba, podía verse el reflejo del sol en el agua, como si fuese el cielo. — Seguro el resto del océano... es tan hermoso — Dijo ella.

Su nombre era Cirene. Un delfin se acercó a ella y con mucha alegría ella lo acaricio.

— Cuanto tiempo sin verte!... ¿Cómo has estado? Cuentame!. — Dijo Cirene feliz, el delfin hizo un simple sonido como si le respondiera y ella entendió. — Ahh!! POR TODOS LOS MARES ¡ENSERIO?!— Dijo ella levantándose feliz. El delfin asintió y señaló hacia una dirección. — Wow... Debo de ver eso con mis propios ojos! —

Con suma emoción, Cirene comenzo a nadar en esa dirección, el delfin hizo un último sonido, parecía querer advertirle algo.

Cirene no lo escucho y nado por un buen rato hasta que por fin encontró a la distancia algo que la fascinó.

Una embarcación recien hundida. Con suma alegría Cirene se acercó y comenzó a inspeccionar, miro un símbolo y supo que era una embarcación humana.

Sin más ella entró en esa embarcación por una de las ventanas rotas y miró dentro algunos cadaveres, lejos de asustarla ella se acerco a uno y dio un leve golpe con sus dedos.

— ( La barrera funciona a la perfección!..) — Penso emocionada y con una sonrisa. Siguió inspeccionando el barco hasta encontrar una habitación en la cual se encontraba una mujer, habian muchas cosas allí. Pudo nadar hasta encontrar una fotografía misma que mostraba a esa mujer con un bebé.

No le dio importancia y se acerco a la ventana de esa habitación y alli miro su propio reflejo. Se mantuvo tranquila hasta notar en el reflejo el de otra persona.

Se giro de inmediato pero al instante resivio un impacto que la estampó con la ventana.

— ¡Agh!..— Jadeo de dolor y después miro frente a ella. Un humano estaba con vida.

De inmediato ella le dio un golpe con su aleta mismo que lo estampó contra la pared.

Al instante Cirene comenzo a nadar para salir de alli, siendo perseguida por el hombre pero ella le dejó atrás en un segundo.

Logró salir de la embarcación y logró notar algo que le sorprendió. Arriba se había oscurecido un poco, notando la silueta supo que era otra embarcación por lo que nado hacia otra dirección, por donde había venido para lograr entrar en la barrera.

Antes de poder llegar un montón de enormes proyectiles se interpusieron, retrocedio un poco y miró arriba, una enorme red se lanzo hasta ella y por el peso termino por tumbarla hasta el suelo.

— ¡Aahh!!..— Grito Cirene de dolor, la red tenia un Hechizo que le causaba dolor.

Algunos humanos bajaron, eran cazadores quienes con trajes especiales se aproximaron hacia ella.

— Tenemos una!— Dijo uno de ellos. Cirene les miro con notorio temor y miró hacia la barrera buscando arrastrarse hasta esta.

— ( No... No quiero morir... No quiero que me pase lo mismo... ¿Moriré... igual que papá...? ) — Preguntó mientras sus lágrimas salían funcionandose con el agua de mar.

Mientras intentaba escapar, logró escuchar algo, quejidos de esos mismos hombres. Miro tras de ella y logró notar a alguien que le alegro la vista.

Un hombre de cabello oscuro y largo en una caleta, cuya forma de sirena tenía largos tentáculos de un pulpo y además tenía cuatro brazos en lugar de dos.

— Humanos... No son bienvenidos... Además... Su tarjeta de presentación no es para nada de mi agrado. — Dijo este. Los cazadores atacaron pero este se movio a una velocidad increíble, sus tentáculos tocaron la piel de estas personas mismas que comenzaron a debilitarse, al estar allí en el agua comenzaron a ahogarse lentamente. Como cereza del pastel se dirigio hacia la embarcación misma que logró atravesar y después ataco a quienes estaban allí con una lanza acabando con sus vidas al instante.

La embarcación comenzó a hundirse con todas esas personas muriendo. Usando su don Cirene llamó a un enorme grupo de tiburones mismos que se dirigieron a las personas.

Aquel hombre se acerco hasta Cirene y se cruzo de brazos frente a ella mientras que sus tentáculos le quitaban de encima la red.

— Calisto... Gracias por venir — Dijo Cirene.

— Cuál gracias... Princesa Cirene... Ya se le había dicho que no este cerca de aquí. — Dijo Calisto mientras comenzaba a nadar lentamente hacia la barrera.

— Por favor no le digas a mi madre. — Dijo Cirene.

— No prometo nada, pero ahora... La Reina tiene un asunto que discutir con usted así que por favor venga ya — Dijo el mientras nadaba.

Cruzo la barrera y comenzo a nadar hacia esa dirección. Cirene nado detrás de el con bastante calma mirando de reojo el agua teñirse de reojo debido a el banquete que esos tiburones se daban...

...

Pasando un rato, habían llegado a un hermoso lugar, una gigantesca isla llena de avanzada tecnología. Allí ahora usando sus piernas ambos caminaron al salir del agua hasta un extraño carro que estaba conectado en el suelo.

— Suba por favor — Dijo Calisto abriendo la puerta. Cirene entró y tomo asiento para después ver a Calisto sentarse frente a ella.

Aquel pequeño carro comenzó a avanzar a una buena velocidad de una manera que ni se sentía que estuviese avanzando. Cirene miro por las ventanas la ciudad de todo ese lugar.

Era la muy llamada en leyendas "Atlantis".

Tras un viaje de alrededor de 10 minutos, habían recorrido un buen tramo de la ciudad y ahora estaban entrando a lo que era el gran castillo.

Al llegar ambos bajaron y caminaron recorriendo el palacio hasta llegar a una enorme sala en donde se encontraba una mujer hermosa de cabellos rubios y muy largos, además de tener una mirada seria y fría.

— Madre... ya llegue — Dijo Cirene. La mujer le miro quitando la vista de la mesa en donde tenía muchos papeles y después suspiro

— Cirene... ¿Donde estabas?— Preguntó la mujer.

— Ahm.. fui a nadar un rato — Dijo Cirene.

— Los humanos atacaron... Hay cazadores en la barrera por diferentes partes... La princesa estaba en el lado este... fue atacada y casi capturada por ellos. — Dijo Calisto. La mujer frunció el ceño y Cirene miro molesta a Calisto.

— Cirene... Cuantas veces debo de repetirte... Que no debes acercarte al limite? — Dijo ella. Cirene miro a otro lado y agacho la cabeza.

— Perdon... Pero... Queria... Ver...— Dijo Cirene.

— El mundo allá afuera es muy peligroso... Ya olvidas lo que sucedió hace 200 años?... — Preguntó la mujer. Cirene agacho la cabeza notándose triste mientras que Calisto le miro de reojo. — Hija... — Le dijo la mujer acercándose hasta abrazarla. — Ya perdí a tu padre... no te perderé a ti... Además... justo ahora... Viene el juego final — Dijo su madre después de alejarse para volver hasta la mesa en donde había un escrito.

— ¿A que te refieres?— Preguntó Cirene.

— Tú madre resivio una invitación... Para unirse a una alianza con otros dos poderosos reinos, estos buscan por fin erradicar a la raza humana... Para traer la paz que merecemos — Dijo Calisto. Cirene quedó sorprendía y miró a su madre.

— Dime que aceptaste...— Dijo Cirene. Su madre le miro y mostró una sonrisa.

— Acepte... Esta vez... Tomaremos venganza por nuestros personas caídas...— ...

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***