Siempre sentía la mirada de los sirvientes llenos de disgusto y odio en su dirección, pero esta vez una mujer en particular tenía su atención, una marca en su ojo morado dejaba en claro que su resentimiento era más que personal por haberse tomado el atrevimiento de haberle puesto un dedo encima.
Era tonto pensar que ella se quedaría quieta y esperaría pacientemente que la azotarán, pero gracias a su resentimiento y odio al verla comer en el comedor ya tenía un plan. Se levantó de su asiento para regresar a su habitación y no disminuyo su paso para retirarse, solo necesitaba que la observara un momento, suficiente para regalarle una sonrisa llena de satisfacción cuando sus ojos se cruzarán mientras repasaba su mirada sobre el hematoma de su ojo.
Alimentar ese odio y resentimiento era su más grande deseo y lo consiguió sin mucho esfuerzo, así que siguió su caminó hacía el pasillo sin perder el ritmo mientras estaba de espaldas a ese loco.
Esa persona seguramente no esperaría a que alguien le de una orden o se quedarse de brazos cruzados al saber que fué humillada, el problema era que no fuera sola a su habitación, dos personas o más sería demasiado difícil de manejar y más en su estado.
Lanzo un suspiro estando sola en su habitación y precedió a preparar todo, después de acomodar la cama para que pareciera que estaba durmiendo, buscó un palo que había arrancado de la mesa y se paró a un lado de la puerta para esperar a esa mujer, iba a tener que quedarse despierta.
Ya caída la noche, lo único que iluminaba esa habitación húmeda y fría era la luz de la luna, había un gran silencio parecía que el día ya había terminado para la mayoría en esa mansión, un sonido desde la puerta le indicaba que debía prepararse para recibir a los invitados.
La sirvienta que ingresó a su habitación en medio de la noche lanzó un comentario en voz baja al ingresar y ver gracias a la luz de la luna el bulto sobre la cama.
_ Maldita perra _ murmuro la sirvienta.
Después de cerrar la puerta para que no la descubrieran y sin siquiera poder dar tres pasos hacía dentro de la habitación recibió un golpe sordo por la espalda que la mando al piso.
Aria agradeció que apenas hubiera lanzado un gemido cuando cayó y no hubiera gritado, se acerco para ver si aun seguía con vida, sintió un gran alivio saber que aun respiraba.
_ Tengo que darme prisa _ murmuro y empezó a desatar el lazo del cuello de esa sirvienta para tomar su uniforme, después de todo ya estaba por amanecer y posiblemente el servició ya estaba por empezar su día.
Después de cambiarse salió al pasillo en dirección a la cocina, se acerco a las ventanas en su camino, claramente sería más fácil saltar por una para dirigirse al jardín pero parecían que las ventanas de la planta baja estaban trabadas y un fuerte ruido para romperlas solo llamaría la atención de inmediato, sería más fácil de día saltar por una ventana pero más difícil con tanta gente a su alrededor.
Por suerte había llegado a la cocina y era como se había imaginado, solo rogaba que estuviera la puerta de servicio en ese lugar y tuvo suerte, incluso estaba abierta para que algunos empleados pudieran ingresar por la mañana y dejar mercaderías.
Pudo escabullirse del cocinero que estaba con una sirvienta preparando pan y bocadillos. Paso entre unos hombres que estaban ingresando mercadería y no le prestaron atención al verla con el uniforme, agradeció que no la llamarán mientras se alejaba del lugar.
Ya estaba afuera y segura donde se encontraba, después de los nervios y la tensión de la situación pudo darse cuenta de que era un gran cambio para ella, se sentía libre en el exterior pero a la vez un vació inmenso invadió su pecho.
Trató de no darle importancia a esa sensación extraña y ese palpito que la oprimía, ese sentimiento no parecía que pudiera matarla pero se sentía como algo amargo para su vida, después de todo probablemente ella si tenía mágia y estaba conectada a ese extraño objeto.
¿Por qué la verdadera Aria ocultaria que tenía mágia?, ¿era malo?. A excepción de ese hombre parecía ser algo que todo el mundo deseaba, incluso él lo deseaba aun que culpara su suerte, dijo que la magia había maldecido a la familia seguramente había mucho más por detrás pero no se iba a quedar a averiguarlo, solo tenía que escapar.
Se oculto entre unos arbustos para analizar su alrededor, seguramente habrían guardias cerca de la salida. Pudo ver que las rejas que rodeaban ese lugar eran enormes, no era algo que pudiera trepar fácilmente, si la entrada principal estaba al frente debía haber alguna secundaria en los laterales o en dirección contraria.
Estaba por dar un paso y sintió que esa sensación de vacío y ansiedad disminuía a cada momento, no era una buena señal, ya conocía esa extraña sensación. Estaba conectada a ese objeto y eso solo podía significar que ese hombre se estaba acercando.
No era bueno sentir que ese palpito regresara de una forma brusca e intensa, era la misma sensación que tenía en el comedor cuando estaba cerca de ese loco. Tenía que escapar, seguramente ese hombre estaba corriendo en su dirección, sin pensarlo dos veces se levantó para salir corriendo, unos pasos y una presión invadió su estómago mientras evitaba que avanzara, ese loco la estaba abrazando por la espalda después de todo y la levantó del piso con demasiada facilidad.
No era posible, ¿cómo era posible que fuera tan fácil para él?, ¿había usado mágia para localizarla?. Alexander se acercó a su oído con una sonrisa divertida y susurro mientras que la sujetaba.
_ No me imagine que tuvieras estos gustos por disfrazarte hermanita _ bromeó.
_ ¡Suéltame! _ exclamó molesta.
Alexander sonrió ante la imposición y molestia de su hermana, la maldita personalidad de Aria le gustaba y eso le molestaba de igual forma, pensar que por un segundo creía que la había perdido lo perturbo.
Ella se estaba defendiendo para que la soltara a pesar de que ya la había sido atrapada, lo seguía intentando pero no tenía más fuerza que él, era débil pero sus palabras no tenían temor ante el reclamo de que la soltara.
_ ¡Suéltame maldito loco¡ _ dijo molesta.
Acababa de arañarle el brazo y eso ni siquiera parecía molestarle a ese hombre, la fuerza en su abdomen aumento lo que hizo que se detuviera y Alexander volviera a acercarse a ella.
_ Nunca vas a escapar de mí Aria _
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Comments
Gris Lopez
¡¡Me encanta!!..¡¡Esta buenísima!! ...Alexander ¿En verdad es su hermano?...porque lo que hace no parece tan de hermano...más parece un pretendiente posesivo o tóxico...
2024-02-09
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Mitsuki G
En verdad ese loco se me hace que es más sádico que le gusta ver qué se le resista y que no se queden calladas aún sabiendo que no tenían oportunidad en verdad le sentí rato al ver que se le iba en verdad espero que en un momento se escape de él para que Alexander cambie algo en sus objetivos
2023-12-31
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