Sirvientes

Era el tercer día que tenía que bajar a comer con ese extraño hombre que decía ser su hermano, una sirvienta caminaba delante suyo por esos gigantescos pasillos y bajaron un piso hasta llegar al comedor principal donde se servía la cena y los almuerzos.

En el camino trató de hacerle una pregunta a esa sirvienta pero no obtuvo una respuesta, era lo mismo para cuando le habían llevado trapos y un balde de agua para limpiar su habitación por la mañana, aunque agradeciera nadie le respondió, no le hablaban o le dirigían la palabra en lo absoluto, solo miradas y gestos.

Por suerte había llegado antes que ese hombre al comedor y eso la tranquilizo, pero sabía que su suerte no duraría demasiado.

Nadie a excepción de ese hombre le hablaba en ese extraño lugar, los sirvientes solo se mantenían en silencio. Mientras que algunos parecían apenados con su situación otros estaban molestos como si vieran un animal desagradable en su camino y el hecho de que se sentará en las misma mesa que su señor era claro que les disgustaba aún más.

Sentía que su pecho volvía a acelerarse pero está vez no entendía el motivo, hasta que sintió la voz de alguien en su oído y se tensionó.

_ Algunos aquí son traidores para tí, después de todo dejé vivos a quienes me ayudaron a ingresar a la mansión_

Era la primera vez que ese hombre se le había acercado tanto que su pecho no dejaba de latir a toda prisa por el terror, pero era extraño también comenzaba a sentir algo diferente más allá del miedo, algo más profundo que hacía que sus latidos resonarán y ser conciente de esa adrenalina antes de darse cuenta de la presencia de ese hombre era extraño, sabía que llegaría pronto al salón pero fue algo involuntario, en algún punto parecía ajeno a sus emociones solo que antes lo confundía con su situación.

_Bienvenido... hermano_ No se regresó solo lo dijo en voz baja.

Quería estrangularla por detrás, acercó su mano y después de pensarlo terminó acariciando su cabello, ella no era así, nunca lo fué.

Verla temblar de miedo hizo que su animo mejorara, porque sabía que algún día esos gestos le corresponderían con justa razón, pero sin sus recuerdos solo se veía como una víctima.

_ Al parecer también te has olvidado de la etiqueta, no me llames hermano _ dijo mientras se dirigió a su asiento.

No conocía la etiqueta de ese mundo, probablemente todo habría sido más fácil con recuerdos de la persona anterior, en qué estaba pensando habría sido más fácil si la persona anterior se hiciera cargo de la situación, pero aún así, tenía que adaptarse si quería seguir viviendo.

_ ¿Cómo desea que le diga?_ pregunto ella.

Alexander fingió una sonrisa.

_ Tienes razón, ni siquiera sabes mi nombre. Qué falta grave la mía, solo te he dicho que soy tú hermano_ dio la orden con la mano para que los sirvientes le sirvieran la comida_ Dime duque, después de todo ya tomé el titulo de esta familia como el duque Alexander Grandwel y tú hermanita eres Aria Grandwell mantendrás el apellido pero no serás nada más en esta vida... a lo sumo un esclavo o basura _

Solo disfrutaba hablar con ironía y le molestaba pero no podía dejar que viera eso en ella o estaba segura de que solo sería para alimentar su locura.

_ Si duque _

_ Dejame que te presente a alguien que puede decirte más sobre ti. Yo me fui por algunos años de la mansión así que ella sabe mejor que nadie quien eras antes de nuestro reencuentro. Acércate Delena _

Una de las sirvientas se aproximó llevaba un rodete en alto cabello castaño y ojos verdes, una mujer que parecía ser alguien exigente por su apariencia y al parecer ella tampoco le agradaba, porque el desprecio era claro en sus ojos cuando la observaba, después de inclinarse para asentir al pedido de su señor se acercó a la mesa.

_ Si mi señor_

Alexander dejó el cubierto y la señalo_ Fue quien me ayudo más que nadie desde dentro de la mansión. Me aseguraré de que seas recompensada como es debido por eso Delena_

Se ruborizó _ Solo hice lo correcto mi señor_

_ Antes eras una sirvienta pero esta vez tomaras el lugar de Felder y serás la ama de llaves de la mansión, te has convertido en alguien de confianza_

_ Se lo agradezco_

_ Ahora dile a mi hermana que clase de persona era antes de que perdiera la memoria_

_ La señorita era alguien que no hablaba mucho en sociedad e incluso se mantenía lejos de los eventos públicos. Pero en la mansión era conocida como la zorra de Grandwell, siempre apoyando los planes del duque anterior y descargaba su irá contra los sirvientes_

¿La verdadera Aria era una mala persona?, probablemente fué criada de esa forma, pero ¿por qué evitaría los eventos públicos si era una noble? ¿no ganaría mayor atención y reconocimiento en esos eventos si era como esa mujer mencionaba? además su belleza no la habría hecho quedar mal, acaso ¿era prisionera del duque anterior también?.

No conocía su historia y solo podía deducir su vida, pero habían incoherencias en lo que esa mujer estaba diciendo.

_ ¿No vas a decir nada Aria?_ pregunto Alexander.

¿Quería que se defienda de algo que no recordaba y mucho menos de algo que no hizo? Y aunque algo de esa mentira fuera verdad no era ella realmente. Está vez tenía la palabra de ese hombre para hablar, pero no levantó la vistas de su plato y mencionó lo que pensaba.

_ Es lo mismo que pedirle a un ciego que vea los crímenes que ha cometido _

_..._

Se escuchó un fuerte silenció en la habitación y después un golpe rompió el silencio, esa sirvienta se acercó y la golpeó de una cachetada en la mejilla.

_ ¡No le hable así a su exelencia!, después de la amabilidad que ha mostrado hacía una basura como usted. Debería estar muerta, estoy segura de que solo esta buscando la forma de vengarse de mi señor_

Trato de darle otra cachetada después de decir esas palabras, pero esta ves su mano fue sujetada en el aire, ¿cómo si fuera a permitirlo?, la miró molesta y volvió a hablar.

_ Imponer sus ideas a través del abuso solo la convierte en una hipócrita después de lo que acaba de decir sobre mí_

¿Estaba segura que estaba hablando de Aria o era de ella misma?

Y más que nada dejaba en claro que estaba mintiendo, solo quería hacerla quedar mal. Delena levantó la voz enfurecida, pero no le soltó la mano.

_ ¡Maldita Zorra!_

Alexander habló molestó

_Aría, estas arruinando mi comida. Recibe el castigo y guarda silencio_

Su agarre se aflojó cuando escucho esas palabras y al ver nuevamente esa mirada llena de resentimiento la sorprendió, recibió un segundo cachetazo con más fuerza que el anterior.

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