Noche

Se quedó conversando con Lena y Briana hasta que cayó la noche, y el hombre que se llamaba Lauren apareció para escoltarla con su señor. Al parecer las sirvientas no se privaban de decir sus pensamientos en su camino para ser escuchadas.

_ Es una zorra está engañando al duque_

_ Debió matarla_

_ Es solo una prostituta, hasta el duque sabe lo que vale_

Lauren las observó dejando en claro que las estaba escuchando a pesar de no tener muchas expresiones, podía esperar en silencio para que se callarán, se regresó y vió que poco le importaba a Aria, solo estaba esperando a que volviera a caminar, Lauren volvió a tomar su camino a los aposentos de su amo pero dijo algo teniendo curiosidad por su falta de interés.

_No parece que le importe_ preguntó sintiendo curiosidad.

¿Por qué debería importarle?

_ Son solo comentarios vacíos para mí, después de todo la única verdad es que estoy siendo obligada a hace esto, pero parece que el odio y la envidia en esas personas es suficiente para creer sus propias mentiras. Ahora que lo pienso parece bastante común en esta mansión _

Y no estaba equivocada, pensó que cuando Alexander tomara el título de duque dejaría de alimentar ese odió que cargaba contra su familia, incluso él vió a Aria Grandwell como un obstáculo cuando sabía que no era una amenaza desde un principio, aunque el echo de que su padre quisiera matarla generaba una incógnita que le hacía tener más preguntas que respuestas, pero a Alexander poco le importaba.

Y si ella desaparecía ¿que le aseguraba que Alexander al fin dejaría de alimentar tanto odio en su interior, era como si estuviera acostumbrado a ese sentimiento desde hacía mucho tiempo, quizás estaba más apegado a él de lo que le hubiera gustado creer y los motivos reales empezaban a perder sentido.

_ Tiene razón, es más común de lo que parece_ dijo Lauren al final, pero Aria vio un pequeño gesto en su rostro de rechazó.

_ Si te disgusta ¿porque haces esto?_

Como si importara, siempre tuvo un único motivo y estaba dispuesto a dejar sus sentimientos de lado si era necesario. Ella no tenía que saberlo, aún así, habló dandole una respuesta a medias, no era su enemigo pero tampoco era su amigo.

_ Por un bien mayor... no importa lo que yo opine realmente_ había una causa que valía mucho más.

Algo a costa de su felicidad, debió haber abandonado muchas cosas y ocultado sus pensamientos e incluso sus sentimientos al tener que trabajar junto a ese loco, sintió un poco de pena por ese hombre que carecía de expresiones y parecía tratar de aceptar la realidad aunque fuera difícil, ella no era diferente con el cuerpo que había adquirido, al principio sentía más calma a la que hubiera estado acostumbrada en su vida anterior, pero con el tiempo se dió cuenta que parecía asemejarse a un sentimiento más parecido a la resignación lo que conservaba en ese cuerpo disfrazado de calma, no era un recuerdo, más bien, una memoria de su cuerpo.

_ Lo lamento_ murmuro Aria llegando a una conclusión.

Lauren se detuvo y se regresó dudando de esas palabras, ¿por qué se disculpaba?.

Los ojos celestes de esa mujer eran fascinantes, sin muchas expresiones pestañas largas que solo asentaban su mirada. Aria volvió a hablar viendo que él estaba buscando un significado detrás de esas palabras.

_ Supongo que tienes que resignarte a muchas cosas por servirle a ese loco_ confesó Aria.

No pudo evitar mostrar una sonrisa débil entre sus labios ante esas palabras, podían considerarse una amenaza contra el duque, pero a esas alturas ni siquiera las costumbres o la etiqueta parecía que le importaran a alguien en esa casa.

No era él quien estaba en desventaja en ese mismo momento.

_ Eso no me hace una buena persona señorita Grandwell, lo ayudo porque me ayuda, nuestro trato es simple. Soy su enemigo señorita, está en está situación gracias a mí, no lo olvidé_ le recordó, así que no debería guardar simpatía con él.

_ No lo haré _

Probablemente el ataque a la mansión la organizó esa persona y claramente ella estaba sufriendo por su culpa.

_ Así está mejor _ dijo Lauren volvió a caminar delante de ella.

Él parecía saber que ella no era culpable o por lo menos podía ver más allá del odió que los demás sentían hacía ella, solo que no podía hacer nada al respecto y tampoco quería que ella lo viera como un apoyo en ese lugar, no necesitaba más problemas de los que ya tenía.

Llegaron a la habitación y Lauren abrió la puerta para que pasara después de tener el permiso de l duque. Al ingresar la puerta volvió a cerrarse a espaldas de Aria.

El cuarto era oscuro, no había ninguna luz cálida en esa habitación prendida para iluminar el lugar pero tampoco parecía necesario, las enormes ventanas permitían que la claridad de la noche iluminará la habitación.

El palpito se sentía extraño, calmado y tranquilo a pensar de saber que seguramente ese hombre también se encontraba en ese lugar.

Alexander la contempló por un momento mientras la vió ingresar.

Su piel blanca resaltaba a pesar de estar cubierta por una tela fina transparente y su cabello parecía la nieve en las noches de invierno, estar siendo dibujada por la luz de la luna la hacía una mujer aún más hermosa de lo que ya era, una que lamentablemente no podría disfrutar, la sangre y su pasado era lo único que los distanciaba a uno del otro dentro de esa habitación.

No podía olvidarse de eso solo por su belleza.

_ ¿Cuánto por descubrir tus brazos?_ dijo Alexander.

Aria lo vió salir de las sombras y vió su sonrisa dibujada tenuemente por la luz, después de todo ese loco quería jugar con su hermana realmente.

Afortunadamente Lena le contó el procedimiento, mientras que conversaban, pero Brina la retaba porque para ella nada podría suceder como dijo el amo Sebastián. Brina se veía más madura pero en realidad Lena parecía ser la que veía mejor la realidad entre las dos.

Tenía que seguirle el juego a ese loco o probablemente si lo arrinaba volvería a golpearla.

Acarició el chal rojo transparente que cubría sus hombros con delicadeza para indicarle cual sería la primera pieza.

_ 100 de oro, amo _

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