Doctor

Había regresado su oficina, solo unas horas de trabajo del ducado y ya sentía que quería ir a la tumba de su padre, traerlo del infierno y volver a matarlo. Era un maldito estafador, no le quedaba mucho seguramente para que su propia gente se volviera en su contra, bueno Lauren era uno de ellos después de todo y se había convertido en su sirviente incluso antes de convertirse en duque para que al duque actual.

Siempre odió su sangre y su suerte, pero al final sirvió de algo, ya que pudo tomar sin problemas ese lugar ante el rey como un descendiente de los Grandwell.

Lauren observó el collar que su señor tenía en su cuello, se lo había arrebatado al antiguo duque cuando lo mató.

_ ¿Qué hay del sello de los Grandwell?_ pregunto Lauren.

_ Si no reacciono antes cuando estaba en esta mansión, dudo que lo haga ahora_

_ Debería proponerse tener un desendiente ahora que es duque _ le aconsejo su ayudante como si fuera lo más lógico del mundo.

Esas palabras le molestaron, sacó de su cuello un sello que parecía de plata con una gema celeste incrustada en el centro, casi cristalina como sus ojos.

_ ¿Para que esta mierda pueda elegir su destino?, prefiero destruirlo_ gruño.

Entendía que su señor no haya tenido una buena infancia pero perder la mágia de la familia principal los dejaba en desventaja, incluso ante la corona.

_ El rey apoyo que destituyera a su padre porque apuntaba a la corona, pero dudo que haya perdido el interés en la espada de los Grandwell_

Presiono la cadena sobre su mano, toda una vida de sufrimiento, todo por esa maldita magia hereditaria que él nunca recibió de niño y de igual forma a causa de eso nunca más recibió el amor de su familia.

_ Cada hombre Grandwell solo puede tener un único varón entre sus desendientes que controle el poder de la espada, después de que haya nacido no volverá a procrear hijos varones. Y yo, soy el resultado fallido que le dará final a esta profecía _ decreto Alexander.

Hizo el proceso mil veces en su infancias y la espada al igual que la magia que se le prometió a través de esa profecía nunca apareció en su cuerpo.

_ ¿Cómo está tan seguro? Incluso su heredero podría seguir con la tradición y obtener la bendicion de los Dioses_ dijo Lauren.

_ Si es así, debería hacer que mate al rey si es que yo no lo hago primero_

¿Matar al rey? ¿no habían destituido a su padre por traiciónar a la corona?

_ Ni siquiera le interesa la corona porque quiere matar a su majestad_

_ Es molesto_ no tenía más motivos realmente.

Menos mal que él solo tenía que escuchar sus tonterías, si alguien más lo escuchará podrían ir a la guerra contra la corona solo porque escupió una estupidez.

_... Iré a llamar a un medico para que cure a su hermana. Le informo que tendré que cambiar la dieta que le ha dado o morirá antes de que consigamos un antídoto que le regrese los recuerdos_

_ Ni siquiera tiene una semana con esa dieta_ Mostró una pequeña mueca de disgusto mientras le recordaba ese hecho a su asistente.

_ Entonces elimine a la ama de llaves, esa mujer me está dando problemas, usted elija_

_ No me haces las cosas más fáciles Lauren_ dijo Alexander.

_ Me pidió que la mantuviera con vida hasta que le regrese los recuerdos y respete los caprichos de Delena mientras la vigilo _ También tenía cosas más importantes que hacer que seguir los juegos de esa mujer y los de su señor.

_ Estoy empezando a creer que ella te agrada_ poso sus ojos en su asistente.

_ Me retiro_ Lauren lanzó un suspiro de resignación lo que le molesto a Alexander

Ya había llamado al doctor y caminaba rumbo al cuarto de Aria Grandwel, observó que Delena caminaba en la misma dirección un poco más adelante y su actitud era completamente sospechosa.

_ Señora Delena_ la interrumpió en su camino Lauren.

La mujer tembló y se regresó preocupada como si tratara de ocultar algo.

_ Señor Perlent ¿puedo ayudarlo con algo? _

¿A quién más había golpeado esta vez? Su vara de madera al parecer no había sido limpiada correctamente por la prisa y habían quedado algunas manchas rojas en la base. Un pequeño bulto en el bolsillo de su vestido llamó su atención.

_ Evite matar a la señorita, dudo que una simple disculpa sea suficiente para el señor de esta casa señora Delena_

_ Nunca haría algo como eso Señor Perlent, se que su vida está en manos de su gracia _ Esa mujer tembló por la rabia ante esas palabras pero trato de ocultarlo lo mejor que pudo.

Probablemente atacó a otra criada de la mansión, se estaba tomando demasiadas atribuciones desde que se había convertido en la nueva ama de llaves.

_ Solo espero que considere la advertencia_

Cuando el secretario del duque salió en dirección al cuarto de esa mujer con un médico por detrás, su rabia solo aumento y menciono algo en voz baja

_ Solo se está dejando llevar por el rostro de esa zorra _

El doctor termino de vendar su espalda y dió su pronóstico.

_ Por suerte las heridas no son profundas, lamentablemente le quedaran algunas cicatrices, pero no habrá infecciones si lo mantiene limpio. Ledejare gasas y algunos medicamentos y tiene que descansar_

Después de todo quedó en claro que sí se producía una infección en su espalda la culpa recaería sobre el asistente de ese hombre pero estaba tranquila sabiendo que en poco tiempo podría levantarse de nuevo.

_ Gracias Doctor_ dijo Aria.

El hombre se sorprendió un poco y afligió la mirada.

_ De nada señorita espero que se mejore_ se acerco a Lauren_ Sería bueno si alguien pudiera atenderla, dudo que ella misma pueda vendar las heridas correctamente.

_ No es algo que el señor desee_ Lauren le contesto sin vueltas.

_ Perdimos a un animal para que otro tome su lugar después de todo_ dijo disgustado.

_ Tenga cuidado con sus palabras doctor_

_ Esta bien, esta bien, mándale mis saludos a su padre y dígale que pasaré a verlo la próxima semana_

_ Se lo agradezco_ respondió Lauren

No pudo evitar sonreír al escuchar las palabras del doctor, le gustaba pensar que al fin pudo conocer a una persona normal en ese maldito mundo.

Lauren se sorprendió al ver su sonrisa al igual que el doctor, incluso fue algo que le robó unos segundos de su tiempo mientras se retiraban del cuarto, algo que realmente no le gustaba perder por nadie al menos de que obtuviera algo a cambio.

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