Ya, amiga, ya no sufras, mira él está haciendo su vida, ya es hora de que tú también hagas tu vida, vamos ya no sigas sufriendo por Sergio, que sufra a su pareja, tú sé feliz.
Si amiga, lo mismo me dice Leonel.
Ya vez, aún no lo conozco, pero ya me está cayendo bien ese muchacho.
Si, lady, ya me voy debo cocinar mi almuerzo.
Ah por eso no te preocupes, yo te invito el almuerzo.
No, gracias, debo cocinar, para Leonel olvidas qué te conté que tenemos un trato.
Cierto, ok que te vaya bien nos vemos mañana, amiga, vamos arriba los ánimos, recuerda que tienes derecho a hacer tú vida.
Si, claro.
Camila salió hacia la casa de Leonel, ella se encontraba muy triste, de hecho muy angustiada por Sergio por más que le dijeran que olvidara a Sergio, no podía, como olvidar a una parte de ti, ella sentía que sin él la vida se le estaba yendo. Al llegar a a la casa de Leonel recostó a Abelito en su cama y jugo un rato con él.
Mi amor, yo amo mucho a tu papito, te aseguro que lo amo, pero también tienen razón debo continuar con mi vida, mi amor, espero no me odies, pero necesito hacer mi vida, para que tu papi también haga su vida tranquilamente, mañana llamaré a tu tía para que venga por ti y te lleve a ver a tu papi, tal vez tú seas su fuerza.
Leonel, llegaba al hospital, encontrando sé con María.
Que haces aquí acaso vienés a ver como tu amigo, está tocando fondo.
No, y mucho menos vengo a hablar contigo, así que si me permites.
Un momento, Leonel no vendrás como espía para, esa verdad.
No, no soy espía de nadie, lo que yo haga no tengo por qué informarte, yo hago de mi vida lo que quiera recuerda que a mí nunca podrás manejarme a tu antojo, como lo haces con Sergio, a punta de mentiras.
No, ya cállate y vete.
No me iré sin ver a Sergio, si no te agrada te aguantas o te puedes ir.
No, fíjate de hecho iré contigo, quiero saber que le dices no quiero sorpresas.
Acaso temes que hable más de la cuenta, ja, ja, ja.
Ya te dije que te calles, un día te borraré esa estúpida sonrisa que tienes, ya verás.
Si, como digas.
Ellos entraron al cuarto de Sergio, él se encontraba, ya estable, estaba con los ojos cerrados, no tenía ganas de hablar con ella era por eso que se hacía el dormido.
Ya, lo ves está dormido así que puedes ir. Dijo María.
Si lo veo, pero aquí esperaré hasta que se despierte.
Tú sí que eres terco.
Al escuchar la voz de Leonel, de inmediato, Sergio abrió los ojos.
Leonel, que haces aquí.
Lo mismo le pregunté amor, pero insistió en verte y no decirme nada.
Ya, déjame María por favor, déjame a solas con Leonel, tengo algo muy importante que hablar con él.
¡No!, yo soy tu futura esposa tengo derecho a permanecer aquí.
Ya, oíste, María sabes que yo no aguanto pulgas de nadie, así que te puedes retirar, o no me va a importar en el estado en el que estás, yo mismo te saco.
Eres un atrevido, no entiendo por qué quieres hablar con él, mira como me está tratando, yo soy tu mujer y espero un hijo tuyo.
¡Ya, dije!. Fue lo que dijo Leonel con una voz autoritaria y mirando a María que no le quedo de otra qué salir, renegando.
No deberías de permitir que trate así a la madre de tu hijo.
Fue lo que dijo María antes de salir del cuarto de Sergio, Apenas salió, María, Leonel le dijo a Sergio.
Hay, Sergio, Sergio, en que lío te metiste, ahora.
Si como los viejos tiempos solo que eras tú quien siempre me sacaba de los líos, ahora no sé cómo salir y lo peor de todo a la mujer que amo, no le eres indiferente.
Ja, ja, ja, ja, ay Sergio si supieras.
Si, acaso vienes a restregarme también tú que puedes hacer tu vida junto a Camila.
No, no Sergio, solo vine como amigo, me enteré por Camila que estabas aquí, es por eso que vine a saber como te encontrabas.
Pues ya me ves jodido, muy jodido.
Me refiero porque estás aquí, que te pasó.
Los médicos dicen, que, por qué me desmayé hace mucho me dolió el pecho no le di importancia, ahora otra vez, pero esta vez me desmayé, es por estrés y ansiedad, me da el dolor en el pecho, pero ya estoy mejor.
Me da gusto, Sergio, te voy a ser sincero, Camila no me es indiferente, si ella me diera una pequeña, por más pequeña, qué sea, yo voy a aprovechar para conquistarla.
¡No!, no por favor hermano, es la mujer a la que amo.
Eso lo hubieras pensado antes de acostarte con María.
Sí, tienes razón, yo falle y tal vez estoy siendo egoísta con Camila, Leonel hermano si puedes hacerla feliz hazlo ella se lo merece, yo no tengo ningún derecho de seguir dañando su felicidad.
Sí, quiero que sea feliz, nos vemos Sergio que te recuperes pronto, me voy.
Gracias por la visita, que sean felices.
Gracias, ah y si algún día me necesitas no dudes en llamarme, como los viejos tiempos.
Leonel salió del cuarto encontrándose con Daniela.
Hola Leonel que haces por aquí.
Vine a ver a Sergio, y tú porqué llegas así, acaso recién te enteras de Sergio.
No, no yo olvide mi celular, pero no tiene importancia, solo quiero que mi hermano se recupere.
Si, yo voy de salida, aún no almorcé.
Ah si gustas, te invito almuerzo, así te quedas un rato más no me gusta estar junto a María a pesar de que tiene a mi sobrino dentro, me dan ganas de ahorcarla.
Ja, ja, ja, ja, no gracias, tengo a una persona que me espera con mi almuerzo, no quiero hacerle el desplante.
Sí, entiendo, entonces nos vemos.
Si, y yo que tú, primero espero a que nazca el bebé, para saber si en realidad es hijo de Sergio.
¿Qué, quieres decir Leonel?.
Nada hermosa es precaución, nos vemos, voy tarde.
Si, hasta luego.
Daniela se quedó pensando en lo que dijo Leonel, mientras Leonel se encontró con maría en la salida.
Contigo quería hablar Leonel, no me gusta que andes diciendo que mi hijo no es de Sergio.
Yo, cuándo he dicho eso, yo nunca aseguré.
Como sea, mi hijo es de Sergio y de nadie más.
Sí, solo tu sabes eso, sabes ya tengo suficientes problemas en mi vida como para encargarme de la tuya, adiós María.
Pues espero, no volver a verte cerca de Sergio.
No puedes evitarlo, él es como mi hermano. Dijo Leonel alejándose.
Estúpido Leonel no me conviene que esté cerca a Sergio, ya veré como me deshago de él.
Leonel llegó a su casa se encontró con Abelito qué venía gateando al encuentro de él, a Leonel le pareció muy curioso verlo gatear.
¡Camila! Se escapa el monstruo.
No, dijo Camila saliendo de la cocina. Él está yendo a tu encuentro, dime qué supiste de Sergio, cómo está, sé encuentra bien.
Camila preguntaba levantando a su hijo del piso, quien se puso a jugar con el arete izquierdo de Camila.
Si, Camila, él, ya se encuentra bien.
Que le pasó, porque está en el hospital, es por culpa mía, verdad.
No, no claro que no, esa mujer, María es una persona muy estresante, así que en todo caso es por culpa de ella.
¿Qué es lo que tiene?.
Ah pues fue un desmayó de descompensación por estrés, así que no fue por tu culpa, ahora ya está bien, así que ya puedes estar tranquila.
Gracias Leonel, gracias.
Bueno, ahora me puedes dar de comer tengo mucha hambre.
Si, si disculpa ven, vamos amor, vamos a servir el almuerzo para el tío Leonel.
Camila sentó a Abelito en su silla, mientras servía, Leonel no dejaba de observarla, cada movimiento qué ella hacía él estaba mirándola, Camila se dio cuenta y preguntó.
¿Qué sucede, hay algo que no me hayas dicho?, en realidad ¿Sergio se encuentra bien?.
Tanto te importa aún, sabes él está bien junto a su pareja que no se le despega ni un instante.
Sí, lo suponía.
Y, si lo suponías, entonces para que preguntas, cómo te agrada hacerte daño.
No, no es, eso, solo que, no mejor olvídalo.
Ya veo, aún te importa mucho, no estabas preocupado por el padre de tu hijo, sino por el hombre al que aún amas.
Camila, no dijo nada más.
Gracias, me voy, hoy no vendré a cenar, nos vemos.
Sí, claro, gracias, ve con cuidado.
Al escuchar a Camila decir “ve con cuidado", Leonel se detuvo durante unos segundos, sonrió y siguió su camino. Camila lavó los platos y luego cargó a Abelito llevándolo a que duerma un poco, luego Camila se sentó a revisar sus tareas. En cuanto a Sergio le daban de alta, fue a su casa junto a Daniela y María.
No te preocupes amor yo te cuidaré aquí en casa. Dijo María.
Daniela se dio cuenta de la incomodidad de Sergio, entonces dijo: no te preocupes María yo puedo hacerme cargo de mi hermano.
¡No! Daniela, yo estoy esperando un hijo de tu hermano, entonces es a mí a quien le corresponde cuidarlo.
No te preocupes hermana, estaré bien, solo quisiera dormir, la verdad me siento muy cansado.
Si, amor no te preocupes, lo siento Daniela, es mejor que te vayas porque mi amor quiere descansar.
Sí, nos vemos hermano.
Gracias, Dani, espero me visites.
Amor, no es necesario, yo te cuidaré.
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