Capítulo 18. Daniela se entera en donde esta viviendo Camila.

Daniela salió sin decir nada, sabía que si se ponía a discutir con María en el estado en el que está, sería ella la que siempre saldría perdiendo, así que salió y llamó a Camila.

Camila, disculpa que te llame, solo quería preguntar si puedo ver a mi sobrino.

Sí, Daniela, claro que puedes.

Gracias, gracias Camila, en donde nos encontramos, o puedo ir hacia donde vives.

Sí, es mejor, porque quiero terminar de revisar mis clases, mi pequeño, no es travieso, acaba de despertar, pero estoy segura de que estará feliz de verte.

Gracias, en donde vives.

Oh, la calle es noviembre 723.

Esa, no es la casa de Leonel.

Sí, si aquí estamos viviendo.

Camila, estoy yendo para allá.

Daniela se preguntaba que hacía Camila viviendo en casa de Leonel, por qué se encontraba allí, ella apresuró el paso, al llegar tocó la puerta saliendo a su encuentro Camila.

Hola, Camila, gracias por aceptar que vea a mi sobrino después de lo que pasó la última vez.

No te preocupes Daniela, pasa aún Abelito está dormido, pero ya no tarda en levantarse, así me ayudarás con él, te agradecería mucho, la verdad no avance nada, no pude concentrarme.

Sí, yo lo cuidaré, ¿Camila?

Sí, dime.

¿Leonel, sé encuentra?

No, él no vive aquí, .

No vive aquí, cómo así si está es su casa.

Sí, pero como su mamá no está muy bien, él está viviendo con ella, cuando no tenía a donde ir, él me ofreció, su casa para quedarme, a cambio yo le pagaría una renta, pero se negó, así que tenemos un trato, yo mantengo la casa limpia y le ofrezco desayuno, almuerzo y cena.

Entonces él, si llega aquí.

Sí, Daniela, ya, sé por donde vas, solo estoy alquilando su casa, y si yo tuviera algo que ver con otra persona, no veo nada de malo, también tengo derecho, no, Sergio está haciendo su vida.

Sí, Camila, lo siento por preguntar, no quise ofenderte.

Sí, voy por Abelito, ya se despertó.

Sí, gracias.

Daniela jugaba con Abelito mientras Camila avanzaba con sus clases.

Hola, mi pequeño príncipe, ¡ya gateas!, eso es bueno, pronto caminarás, mi lindo príncipe.

Las horas pasaron Camila terminó sus clases.

Daniela, voy a preparar la cena, que dices nos acompañas.

Si me gustaría, de hecho comer sola en mi casa, ya no es agradable, los extraño.

Sí, Daniela, solo que no podemos ir, no quiero que me ofendan, ni ofendan a mi hijo.

Camila, estoy segura de que Sergio quisiera ver a Abelito, podrías dejarlo ver.

No, lo siento, me imagino que esa mujer está allí, solo quiero protegerlo.

Camila, confía en mí, nuevamente te prometo que esta vez no te fallaré, por favor, yo cuidaré a mi pequeño príncipe, no permitiré que nadie lo ofenda, no volveré a mentirte.

Está bien Daniela, si de hecho pensaba decirte que hicieras que Sergio vea a Abelito.

Gracias Camila, gracias.

No, tienes porqué, ahora terminaré de cocinar mientras ustedes juegan.

Las horas pasaron, ellos cenaron, Daniela quería decirle a Camila, lo mal que la estaba pasando junto a María, pero también pensaba que eso no era problema de Camila.

Qué pasó Daniela, no te agrada mi cena.

Sí, si está muy rico, solo pensaba en...

En qué puedo saber.

Sí, me hubiera gustado que tú y Sergio.

No, no Daniela, ni lo menciones por favor, estoy haciendo mi vida lo mejor que puedo, me estoy dedicando a mi hijo.

Sí, lo sé, lo siento.

Ellas cenaron, luego Camila se despidió de Daniela.

Gracias, por permitirme, estar cerca de Abelito.

Puedes venir las veces que desees, en la tarde, en la mañana se está quedando con una amiga.

Camila, yo lo puedo cuidar.

Sí, estoy segura de que sí, solo que no quiero que la pareja de tu hermano esté mucho tiempo cerca a mi pequeño.

Camila, ella vive junto a Sergio, yo vivo en mi casa.

Dame tiempo, Daniela por favor, dame tiempo.

Sí, tienes razón, recién estás volviendo a confiar en mí y ya te estoy exigiendo, lo siento, es mejor que me vaya, nos vemos.

Sí gracias, hasta luego.

Al día siguiente Leonel fue a su casa, Camila estaba terminando de preparar el desayuno.

Buenos días, sé puede.

Sí, Leonel, adelante estamos aquí en la cocina.

Hola, hola, monstruo, qué estás comiendo.

Son las galletas que siempre le compras.

Ah, entonces ya sabemos que tipo de monstruo eres, eres un pequeño monstruo, come galletas.

Tu, monstruo grande a tomar desayuno, de lo contrario llegaremos tarde.

Sí, ya estoy aquí.

Leonel, disculpa, pero te sientes bien.

Sí, solo que no dormí muy bien, es solo eso.

De acuerdo vamos porque vamos tarde.

Sergio ya pudo asistir al colegio, María no se despegaba, ni un segundo de Sergio, ellos llegaron al colegio, Camila fue de frente a su salón, el director no le decía nada a Camila solo la miraba y miraba a Leonel quien acompañaba a Camila. Sergio logró ver a Camila desde lejos, ella entraba a su salón, los días pasaban, un día viernes que Camila salía del colegio, se encontró en el camino con su hermana Carolina, las dos se abrazaron mucho.

Hermana, hermanita, en donde has estado te extrañamos mucho.

Carolina, cuanto tiempo sin verte hermana.

Sí, fueron mucho, dime, estás bien, como está tu bebé.

Gracias a Dios estamos bien, Jorge está con mi bebé, ya es un niño muy grande y travieso.

Sí, Supongo que creció mucho.

Pues sí, la verdad que sí, mi niño es muy grande, sabes, estoy embarazada.

Sí, que felicidad, me da mucho gusto.

Gracias, hermana, ya me hice la ecografía, va a ser niña.

Felicitaciones, van a tener la parejita.

Sí, tanto Jorge como yo estamos muy felices.

¿Cómo está, papá y mamá?

Ellos están bien muy contentos por mi bebita.

Ellos, no dicen nada de mí.

La verdad ellos ni te mencionan, nosotros también no hablamos mucho de ti porque al parecer les molesta.

Sí, supongo que soy la oveja negra de la familia.

No, no digas eso, hermana, ellos tienen su forma de pensar. Pero dime tú que es de tu vida.

Yo, no, no hay mucho que decir, solo que estoy trabajando como profesora en donde estudiamos.

Mira qué bueno, me da gusto.

Camila no quiso contar nada de Abelito, ya que de seguro ni se interesarían por él.

Sí, estoy tranquila, trabajando allí.

Algún, novio, ¿qué fue con la persona que te casaste?

Estoy separada de él y no, no hay ningún novio.

Estás sola.

Sí, algo así, debo irme.

Hermana, va a ver una pequeña reunión en casa, me encantaría que pudieras venir.

Lo siento, tengo mucho trabajo, no creo poder ir, nos vemos.

Sí, hermanita, te quiero muchísimo, me gustaría que estuvieras con nosotros.

Así se despidieron, Camila tenía un nudo muy grande en la garganta, fue por Abelito, su amiga lady le dijo que sábado y domingo iría de viaje, pero que apenas pueda vuelve, Camila le deseo buen viaje, luego , llegó a su casa, ella sabía que Leonel no estaba, al momento de ingresar se derrumbó abrazando a Abelito, quien venía dormido en sus brazos.

Perdóname mi amor, cuanto me hubiera gustado que tus abuelitos te quieran también a ti, pero yo tengo la culpa de que no sea así, yo los desobedecí.

Justo en ese momento llegó Leonel.

Hola, sé puede.

Leonel, creí que te demorarías más en tu reunión con los padres. Dijo Camila limpiando se los ojos.

Pues no, todos estuvieron de acuerdo y como no había más temas terminamos, y como estás tú, acaso estuviste llorando.

No, piqué un poco de cebolla.

Sí, con el monstruo en tus manos, no voy a insistir, Camila trata de ser feliz.

Suena fácil decirlo, dejaré a mi niño en su cuna, y prepararé el almuerzo.

Sí, no hay problema, solo que sea rápido, tengo mucha hambre, por favor.

Sí.

Camila se apresuró, en la cocina, cortaba las verduras para preparar una sopa de pollo, sin darse cuenta se cortó, ella soltó el cuchillo cayendo al piso, Leonel llegó de inmediato.

Qué sucede, Camila estás sangrando.

Sí, solo me corté no hay problema, solo lo lavaré y dejará de sangrar.

Déjame te ayudo, colocaremos esto aquí y listo, ahora tú te sentarás, y yo terminaré de cocinar.

Tu, tu, cocinarás, sabes cocinar.

Por supuesto, Camila, quién piensas que cocinaba para mí mientras vivía solo.

Yo creí que no sabías, cocinar es por eso que me dijiste para que cocinará.

Pues la verdad, si sé cocinar, solo que quería probar de tu sazón.

Bueno, ya probaste de mi sazón, así que hoy probaré de tu sazón, veamos que tal.

Dame media hora y estarás almorzando.

Está bien.

Mientras tanto, Sergio, estaba sentado en su comedor junto a María, terminando el almuerzo que María ordenó, Daniela se encontraba sola en su casa, después de media hora ya estaba listo el almuerzo de Leonel, ellos almorzaron.

Está delicioso, Leonel, si cocinas muy rico, que afortunada la mujer que esté contigo.

Cuando Leonel escuchó las palabras de Camila, la quedó mirando, Camila se sintió un poco incómoda.

Disculpa si hablé  demás.

Camila, sabes que eres la mujer que me gustaría tener en mi vida.

Sí Leonel lo sé solo Que, yo estoy enamorada de Sergio.

Si Camila, lo sé, sé que no tengo oportunidad contigo.

Leonel, yo.

No, no digas más, escucha, ya se despertó el monstruo.

Camila fue a ver a su hijo, así pasaron las horas llegó la noche, Leonel preparó la cena.

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