Capítulo 6. Camila es descubierta.

Daniela respondió, acaso a mí, no pensabas decir nada, Camila él es mi sobrino, también tengo derecho de estar con él, él es mi sangre Camila por favor (hablaba con lágrimas en los ojos) no me alejes de él, déjame estar cerca a mi sobrino, te ruego, por favor.

Camila vio tan mal a Daniela, parecía como si le estuviera quitando a su propio hijo, así que dijo: Daniela yo, no te voy a alejar de Abelito, si él es tu sobrino, es el hijo que tuve con Sergio, él no lo sabe y espero que tú también me ayudes a guardar ese secreto.

No te preocupes cuñada, yo no diré nada, solo te pido que no me alejes de mi sobrino.

No, no lo haré él es tú sobrino, mira amor llego la tía Daniéla élla es la hermana de papá, ves mi amor, si mi niño, dijo Camila.

Es realmente hermoso, Camila, mi sobrino es precioso, sabes creo que Sergio también tiene derecho a saberlo, es su hijo.

No, dijo Camila no, él no tiene ningún derecho él solo jugo conmigo, consiguió lo que quería de mí y luego de que me botaran de mi casa vine junto a él, y lo veo besándose con otra mujer afuera de su casa, yo no quiero que él sepa de Abelito, que él sea feliz, yo soy feliz con mi niño.

Camila así que mi pequeño príncipe se llama Abelito.

Sí, dijo Camila, yo enseñaba en lima y mis alumnos, empezaron a buscarle nombre para mi bebé, de todos los nombres quedaron entre rayo veloz y Abel, así que ya te imaginarás.

Daniela se quedó un poco pensativa; rayo veloz dijo, pues tal vez cuando crezca sea un rayo muy veloz, verdad mi pequeño Abelito, Camila, ¿por qué mi sobrino está aquí, digo que le pasó?.

Camila agachó un poco la cabeza, y dijo: es culpa mía lo descuide, tenía que conseguir trabajo y no lo alimente como debía y le dio anemia por falta de hierro, yo.

Daniela muy preocupada: pero él está bien ahora verdad, dime que ya está mejor que no le pasara nada.

Si dijo Camila, él está bien ahora, de hecho fue Sergio quien lo salvo, mi niño tiene el mismo tipo de sangre que su padre, es por eso que yo no puedo donarle.

Así que es el mismo tipo de sangre que de Sergio, pues bien yo también tengo el mismo tipo de sangre así que de ahora en adelante, cuenta conmigo para todo, yo por mi angelito, daré hasta la última gota de mi sangre, dijo Daniela muy animosa.

No, espero ya no sea necesario, yo estaré más al pendiente de él, yo no trabajaré hasta que él esté mucho más grande.

Daniela no estaba de acuerdo con Camila: no cuñada, tú puedes trabajar tranquila yo me quedaré cuidando a mi sobrino lo haré como si fueras tú misma, si, a partir de hoy nada le faltara a mi sobrino.

Camila observaba muy emocionada a Daniela y sabía que lo que decía Daniela era cierto de tan solo verla, sabía que si cuidaría a su pequeño como hijo de ella misma, entonces dijo: está bien Daniela te tomo la palabra, esperaré que Abelito cumpla los seis meses y buscaré trabajo.

Bien tienes en donde quedarte cuñada dijo Daniela.

Si, si me estoy quedando en la pensión de una amiga, ella también me ayudaba con Abelito.

Entonces no se diga más a partir de hoy tú y mi pequeño príncipe se vienen a vivir a mi casa, si mi casa es ahora la casa de ustedes.

Espera Daniela yo no quiero importunar tu tranquilidad, tu espacio.

No dijo Daniela muy decidida: no cuñada esta dicho ustedes vivirán conmigo, así que apenas den de alta a mi pequeño, los quiero en la casa yo vendré todos los días a ver a mi pequeño.

Está bien Daniela, no creo poder convencerte de lo contrario dijo Camila.

Claro que no, además así estaré muy cerquita a mi pequeño príncipe, verdad, mi bebé hermoso.

Ellas se quedaron conversando un buen rato mientras Sergio se encontraba llegando a su casa muy, mareado casi sosteniendose de la pared, mientras Camila y Daniela conversaban, como dos grandes amigas el día pasaba muy rápido Leonel fue al hospital para estar cerca a Camila, pero al llegar vio a Daniela junto a Camila así que decidió retirarse : tal vez hoy no es un buen momento para que te vea hermosa Camila vendré otro día, dijo Leonel. Luego de un par de horas como a las 5 se fue Daniela vendré mañana cuñada.

Si gracias dijo Camila, ya sabes que puedes venir las veces que desees, tu sobrino y yo te esperaremos.

Daniela se despidio y fue a la casa de Sergio quien ya se encontraba despierto y con una resaca única, tocó la puerta.

¿Quien es?, ya basta, (al abrir la puerta se dio cuenta de quien se trataba) ah eres tú, tenias que ser tu eres la única loca que toca así.

Si dijo Daniela, tengo que tocar así por si te encuentras con alguna víbora para que se aleje de ti.

Ya basta hermanita loca, dime ahora que pasó porque tengo el honor de tu visita después de tanto tiempo, dijo un sarcástico Sergio.

Aaahh si chistoso, ayer estuve aquí si, seguro ni te acuerdas, por que estabas muy mareado, verdad dijo una muy molesta Daniela.

Sergio tenía un fuerte dolor de cabeza y dijo: ya no grites por favor, esta que quiere estallar mi cabeza.

Mira hermanito es mejor que tengas mucho cuidado con esa tal Maria Estela.

¿Porqué lo dices?, no entiendo nada.

Ah no entiendes se metió en tu cama, yo los encontré a los dos, ¡no! Ya ni me quiero acordar, tú solo aléjate de ella y ahora con mucha mayor razón, que crees que va a decir tú.

Ya Daniela, mi quién, pregunto Sergio.

Tu, tu esposa, estoy hablando de tu esposa.

No se puede contigo Daniela ya te dije que ella ya tiene un hijo de otro hombre, de seguro que me pedirá el divorcio, uno de estos días.

¡No! Ustedes no se pueden divorciar ahora más qué nunca tienen que estar juntos por tú. Daniela no dijo más se dio cuenta de de que casi habla demás.

Sergio dijo: ya te dije que mi esposa me pedirá el divorcio, yo ya no le negaré nada tiene el derecho de estar libre para poder casarse con el padre de su hijo.

Bueno, pero tú si que eres un idiota, Sergio acaso viste al bebé, pregunto Daniela.

Si dijo Sergio, si lo vi es realmente hermoso, muy hermoso como su mamá.

Acaso no te parece a alguien que conoces, dijo Daniela.

No, no le vi parecido a nadie, además todos los bebés se parecen.

Rayos Sergio, tú si, menos mal que te perdiste el concurso de los más idiotas, porque ganabas en una, le dijo Daniela a Sergio.

Ya metiche, deja de fastidiar, ya te vas.

Ah así que ahora estás botando de tú casa a tu querida y única hermana.

Quien te dijo que eres mi hermana a ti te adoptaron.

Al menos a mí me eligieron de entre muchos niños, en cambio, a ti te recogieron de un tacho, feo.

Ya metiche, no te estoy botando, solo quiero descansar y contigo aquí no puedo, hablas mucho.

Ah si entonces prefieres la compañía de esa víbora de María verdad.

No, ay vas de nuevo, sabes metiche no estoy bien, no me encuentro bien, quisiera correr y abrazar a Camila, deseo tanto tenerla entre mis brazos.

Hermano, porque no le dices lo que sientes, ella también te ama, ustedes deberían de estar juntos, el bien dé.

Por el bien de quien, ya metiche deja de hablar por partes.

Pues por tu bien, por el bien de ustedes dos, no ves que esta que te ronda las víboras, como María.

No, no se puede contigo, mejor me voy a dormir.

Oye una última, mañana es domingo crees que podrías ir a visitar a Camila al hospital mañana.

No, como para que, quieres que vaya para que me encuentre con su marido, no gracias.

Ayyy, contigo ya no puedo Sergio si, me sigo quedando de seguro que te mato mejor me voy, nos vemos.

Si anda que quiero dormir un poco, no te apures en volver, metiche.

Sergio fue a su cama, abrazo su almohada, como si fuera Camila, él deseaba tanto tenerla entre sus brazos y volver a tenerla como aquella noche, ese recuerdo lo atesora, el sentir la suave piel de Camila, sentir su cuerpo temblando entre sus brazos, siempre son bonitos recuerdos que ayudan dormir a Sergio. Mientras tanto Camila se encontraba en ese frío hospital cuidando del pequeño Abel, ella también pensaba mucho en Sergio, al final se quedó dormida junto a su pequeño, al día siguiente era domingo ese día solo permitían la visita a las 2 de la tarde, Leonel llego a esa hora al hospital a visitar a Camila poco después de que llegara Leonel llegó Sergio, quien al acercarse al cuarto de Camila, escuchó conversar a los dos.

Hola hermosa dijo Leonel, como estás, como está tu hijo.

Camila volteo y vio a Leonel entrando, hola Leonel, no sabía que vendrías, gracias por preguntar estamos bien.

Si hermosa era una sorpresa mi visita es por eso que no sabías, o acaso pensaste que era Sergio.

No, no la verdad solo me sorprendiste, yo estoy bien, también mi niño, está ya mejor.

Leonel dijo, pasaste la noche aquí.

Si dijo Camila, es mi hijo estos días me tengo que quedar con él.

Aquí es muy frío, la verdad a mí no me agradan mucho los hospitales, pero por ti estoy aquí visitándote.

Gracias, por venir, pero no tienes que sacrificarte por nosotros, ya pronto mi niño se recuperará.

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