Capítulo 08. Sergio se acerca a Camila.

Buen día, profesora Camila, no sabía que vendría hoy, me da mucho gusto que pueda integrarse con sus alumnas.

Gracias señor director, con permiso.

Pase, pase usted.

El director estaba muy extraño él fue muy indiferente con el dolor que sentía Camila por su hijo y resulta que ahora hasta le daba la bienvenida, a Camila le pareció muy raro ella se dijo así misma que debía de tener mucho cuidado con él, al llegar a su salón se encontró con Sergio, quien al verla se olvidó que estaba en un salón, se acercó a Camila con una enorme sonrisa, todas las alumnas se dieron cuenta de que algo pasaba entre ellos.

"Camila", dijo Sergio, has venido que gusto que decidieras venir.

Si gracias, te agradezco mucho por haber ayudado con mis alumnas, ahora yo me haré cargo de ellas.

Si, si me da mucha alegría verte Camila, bueno regresaré a mi salón nos vemos.

Si gracias.

Las chicas miraban a la profesora, luego al profesor, hasta que se fue el profesor Camila continuó con sus clases, todo transcurría tranquilo, al terminar las clases, todas las alumnas salieron Camila aún se encontraba en su salón revisando los ejercicios de sus alumnas, cuando apareció Sergio.

Hola, Camila dijo Sergio.

Hola.

No sabía que aún te encontrabas aquí, yo creí.

Si la verdad ya me urge irme, pero debo revisar los ejercicios para entregarle al señor director, ya deseo estar junto a mi pequeño.

No te preocupes, yo te ayudaré, a ver.

Ellos revisaban los exámenes, con la ayuda de Sergio ya faltaban solo unos cuantos exámenes, de pronto apareció María quien entró al salón cuál fuera su casa.

Maria: Sergio, amor, no sabía que estabas aquí, creí que ya te habías ido.

Mientras ella hablaba Camila miro solo un momento a Sergio y continuó revisando los ejercicios, en cambio, Sergio escuchaba a María, pero no quitaba la mirada de Camila.

No, ya ves que aún me encuentro aquí, y aún estoy ocupado, no entiendo por qué te molestas en venir. Dijo Sergio.

Ah si, pues tengo que cuidar, lo que es mío sabes que hay muchas oportunistas.

Sergio se giró hacia donde María se estaba sentando iba a hablar cuando Camila le ganó, al decir.

Gracias profesor Rodríguez por apoyarme ya he terminado si me disculpa me retiro.

Camila recogió sus cosas y salió sin dar tiempo a nada, eso fue muy satisfactorio para María, pero quien monto en cólera fue Sergio:

Te dije que yo no soy nada tuyo, no lo soy ni lo seré, así que aléjate de mí entiendes.

Sergio no me puedes tratar así, acaso ya no recuerdas la última noche que estuvimos juntos, no se que tal si quede embarazada.

Ah Sergio eso fue como si le hubieran tocado una parte frágil en el volteo miro a María, y sin decir nada se fue, ya Camila había entregado los ejercicios al director quien nuevamente fue tan amable con Camila, ella salió de prisa y llego al hospital, encontrando a Daniela quien le cantaba para entretenerme a su pequeño príncipe.

Hola, dijo Camila, como se porto mi pequeño Abelito.

Camila, tan rápido no sabes como nos divertimos mi pequeño príncipe y yo.

Si me imagino, que bueno no tengo como agradecerte.

Ya lo has hecho, el permitirme ser parte de la vida de mi hermoso sobrino es algo que no tiene precio,ah por cierto vino una enfermera y me dijo que el doctor quería hablar con la madre del niño, de antemano te aseguro que yo no hice nada malo dijo Daniela.

Entonces apareció Sergio quien dijo, conociéndote de seguro la enfermera quiere denunciarte, ja, ja, ja, ja, Camila porque permites qué la chismosa esté cerca de tu pequeño.

Hay, no, dijo Daniela porque vienes con ese hermano mio.

Yo no lo traje dijo Camila.

Es cierto, yo vine solo, quería saber como estaba tu bebé, espero no incomodar.

No dijo Camila, de hecho debo conversar con la enfermera, podrías quedarte un rato más con Abelito, yo prometo no demorar.

Si, no te preocupes, tú ve con cuidado, que aquí mi hermanito me acompañará, verdad, feo.

Si chismosa.

Camila fue a buscar al doctor, buenas tardes señorita yo vengo para conversar con el doctor, soy la mamá de Abelito Rodríguez.

Si claro pase, pase, felicidades, son buenas noticias.

Gracias dijo Camila, entro al Despacho del doctor, buenas tardes, doctor dijo Camila.

Doctor: buenas tardes, señora es usted la mamá del niño Abelito Rodríguez.

Si doctor yo soy la mamá.

Bueno señora, tome asiento por favor, la verdad su niño se ha recuperado muy de prisa, de hecho la hice venir porque quería decirle que usted tiene que estar más al pendiente de su niño ya que hoy mismo le daremos de alta.

De verdad doctor, ya me puedo llevar a mi pequeño, qué alegría.

Si, sabe, tal vez, usted no está enterada, pero existe una forma de extraer la leche materna y conservarla para luego dárselo a su bebé, ya que la leche es muy importante en los primeros meses.

No, doctor la verdad nunca me informe sobre el tema.

Bueno, si desea, la enfermera le dará las indicaciones de como lo tiene que hacer, así, si usted trabaja, con la persona que usted deja a su bebé le podrá dar la leche qué usted deja, así su bebé estará bien nutrido.

Bien gracias doctor, no sabe como lo agradezco.

Camila tomo el alta de Abelito, paso con la enfermera quien le explico como tenía que hacerlo, luego fue al cuarto de Abelito, con dos enfermeras, qué al entrar y ver a Sergio no dejaban de coquetear le.

Ellas le decían ¡hay señor ayúdeme!, sostenga aquí, y otras cosas la que no aguanto fue Daniela quien nunca se calla nada, bueno casi nunca, ella dijo:

Ya basta, señoritas, este es su trabajo, así que encárguense ustedes porque mi hermano tiene que ayudar a su querida esposa.

Sergio solo sonrió y se agachó, Camila, se acercó al niño y lo tomo en brazos. Las maletas ya estaban hechas, Camila los iba a tomar, Daniela le ganó y se las dio a Sergio. Las enfermeras terminaron y salieron Sergio tomó las cosas y se las dio a Daniela.

Oye, porque me das todo ayúdame con algo. Dijo Daniela.

No puedo, acaso no ves que tengo que ayudar a mi querida esposa, respondió Sergio y salió del cuarto riendo, tras Camila. Daniela lo alcanzo y le entrego algunas bolsas a Sergio, en unas de las bolsas que tenía Sergio se encontraba el celular de Camila, que empezó a sonar Sergio saco el celular y contestó sin que Daniela ni Camila se den cuenta.

Aló, con quien hablo dijo Sergio un poco alterado.

Disculpe mi nombre es Jaime, soy colega de Camila, llamaba para saber como esta, pero creo que me equivoque de número.

No, no se equivocó, este es su número, yo soy su esposo, ella se encuentra bien, en este momento no puede contestar porque está con nuestro hijo.

Si, claro, disculpe, los felicito, hasta luego.

Gracias, hasta luego.

Sergio terminó la llamada y avanzó, dando el alcance a las chicas quienes ya estaban en un taxi.

Apúrate lento, dijo Daniela a Sergio, este solo sonrió y se apresuró, subió al taxi. ¿A dónde los llevó? Pregunto el conductor.

A las camelias dijo Daniela, Sergio quedo mirando a Daniela.

Acaso vamos a tu casa dijo Sergio.

Sí, dijo Daniela, así es Camila es tu esposa y su hijo vendría a ser como mi sobrino, así que a partir de hoy ellos vivirán conmigo, tienes algún problema con eso.

No, no, yo no dije nada.

Camila, no decía nada, ella no entendía por qué Sergio estaba allí con ellas, porque fue al hospital, si le dejo con su compromiso, pero prefirió no preguntar, al llegar a la casa de Daniela, todos bajaron, Daniela abrió la puerta, pasaron.

Mira Camila aquí dormirás tú y mi sobrino.

Gracias dijo Camila.

No, no tienes que agradecer, mira aquí hay cobijas para arreglar la cama, no lo hice porque no sabía cuando vendrían, así que solo arregle el cuarto, pero la cama no, pero no te preocupes ahora mismo lo hago, mira todo esto vamos a tender.

Entonces tocaron la puerta.

Quien será ahora dame un minuto Camila, pero ponte cómoda, estás en tu casa.

Daniela fue a atender a quien estaba en la puerta, mientras Camila quiso arreglar la cama, así que Sergio le dijo:

Sí gustas yo podría, ayudarte con tu pequeño, si me dejas claro.

Si, dijo Camila, mira así cárgalo así, para que yo pueda acomodar la cama.

Sergio tomó al niño, que se encontraba ya despierto, el pequeño bebé, no dejaba de mirar a Sergio, Sergio se quedó un instante observándolo y después dijo: mira, mira Camila me sonrió, me sonrió, Abelito me sonrió.

Camila se acercó a Sergio y miro al niño, si efectivamente estaba sonriendo, tanta fue la emoción de Sergio que beso a Camila ella se sorprendió y se alejó un poco, entonces entró Daniela, los quedo viendo.

Que pasó, acaso me perdí de algo dijo Daniela.

Si, si Abelito me sonrió, Daniela me sonrió.

No, te sonrió, tarado se rio de ti ja, ja, ja.

Camila tú lo viste, viste que sí.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***