Franchesca: —¿Me dices, metida Rosa? —le pregunto con una sonrisa.
—Sí, amiga, no te metas. Abigail le brillan los ojos cuando ve a mi niño y nosotras sabemos qué significa cuando eso pasa.
—No puedo creer que mi nieta se haya enamorado de Hugo, no lo creeré hasta que no lo vea con mis propios ojos, Rosa.
—Sería la abuela más feliz al ver a esa pareja junta y enamorada.
—Donde nadie pueda destruir ese amor. Pero pienso en Karen, esa mujer no se quedaría quieta. ¿Qué estaría dispuesta a hacer? —me pregunto, amiga.
Narradora:
Mientras Franchesca y Rosa hablan de sus sueños de que sus nietos se enamoren el uno al otro, soñar no cuesta nada para estas dos mujeres.
Mientras tanto, Hugo se encontraba con su amada Karen, que de amada no tiene nada.
Hugo:— Estoy con Karen y me duele verla llorar por terminar nuestra relación.
Preciosa, escúchame muy bien, es por un año que voy a estar casado con Abigail. Nos vamos a divorciar, por eso te pido que me esperes un año. Después tú y yo nos casamos.
Karen: —Está bien, te voy a esperar un año, mi amor, porque tú eres el hombre de mi vida. Ve a pagar la deuda de la operación de tu abuela. Y voy a convencerlo para que le quite hasta la mitad de la empresa a Abigail.
—Esa es la vida que me merezco. Eso sí, seguiré con mis amantes. La verdad, nunca he estado con Hugo. Siempre lo he drogado, así que él cree que pasó la noche conmigo.
Narradora:
Hugo llegó al juzgado vestido para su matrimonio. Tenía una pelea interna consigo mismo. Se sentía feliz y no entendía por qué.
Por otro lado, tenía rabia en su corazón por haber hecho llorar a Karen. Se sentía el hombre más despreciable por hacer sufrir a una buena mujer. Pero él quería tener a Abigail en sus brazos. Sabía muy bien que después de esa noche no iba a olvidar a esa mujer.
Daniel: —Amigo, dime que no es verdad que te vas a casar con mi prima Abigail.
—Es que no lo creo. Por fin te enamoras de una buena mujer. Me alegra, amigo, que hayas dejado a Karen. Ella no te ama.
Hugo: —Gracias, amigo. Te gané en casarme.
Daniel: —Sí, hermano. Me gano, pero el próximo mes me caso con mi ratoncita. El amor que le tengo a María es muy grande. Desde que tenía 12 años, ya la quería. Soñaba con ser más grande para pedirle que fuera mi novia. Ahora será mi esposa y la madre de mis hijos.
Hugo: —¿Sebastián vendrá a la boda? —pregunta Alex.
Daniel: —Sí, amigo. Él es el padrino. Aceptó. La verdad, no sé por qué se alejó tanto Sebastián.
Abigail ya había llegado al juzgado para la ceremonia civil, junto a sus dos cómplices, María y Ángeles. Las tres mujeres se veían hermosas.
Al verlas entrar, Daniel, Hugo y Alex, que estaban en el baño, quedaron sin palabras las tres se veían hermosas .
Ángeles: —Buenas tardes, caballeros.
Alex: —Amor, te ves hermosa. Pareces un ángel caído del cielo.
Ángeles: —Gracias, guapo. Tú estás como para comerte con un exquisito vino tinto.
Alex: Jajajaja, mi amor, sí que te has vuelto pervertida. Te amo cada día más.
Daniel: —Mi ratoncita hermosa, bella, llevándole las locuras a Abigail.
María: —No, amorcito. Lo que quiero es que Hugo tenga una mujer a su lado que en verdad lo ama, no que esté con esa mentirosa de Karen. Algún día el teatro se le va a caer y ahí descubrirá que casarse con Abigail fue la mejor decisión que ha tomado en su vida.
Daniel:— Ojalá, mi amor, que Abigail logre que ese hombre se enamore de ella. Sabes, ratoncita, que lo veo y no lo creo que Abigail esté tan enamorada de Hugo.
María: —Así es como el amor llega cuando menos te lo esperas, mi bello hombre.
Ángeles: —El juez está listo y ya podemos entrar para la ceremonia.
El Juez: —Estamos aquí para unirnos por el matrimonio a Abigail y Hugo.
—En primer lugar, voy a dar lectura al acta matrimonial, siendo las 16 horas del día 10 de noviembre del 2023.
—Repita conmigo: "Yo, Abigail Santino, vengo con voluntad propia para casarme y aceptar a Hugo Fernández como mi esposo, para cuidarlo, amarlo, respetarlo, estar con él en las buenas y en las malas, en la enfermedad y en la salud, hasta que la muerte nos separe".
—Repita conmigo: "Yo, Hugo Fernández, vengo con voluntad propia para casarme y aceptar a Abigail Santino como mi esposa, para cuidarla, amarla y respetarla, estar con ella en las buenas y en las malas, en la enfermedad y en la salud, hasta que la muerte nos separe".
El juez: —Con el poder que me da la ley los de claro marido y mujer Hugo ya puede besar a la novia .
Hugo : —Me acerco a ella y la beso suave probando sus labios que me saben a miel no puedo negar que me moría por este momento , pero no puedo aceptar lo que siento por ella .
Abigail: Sentir los labios de Hugo en los míos es como ir al paraíso. Me encanta la forma en que me besa, siento cómo me abraza desde la cintura.
No puedo callar más lo que siente mi corazón, así que se lo digo entre nuestro beso: te amo, Hugo, no tienes idea de cuánto.
Él se separa de mí y me mira a los ojos. No me dice nada, solo me toma de la mano para salir del juzgado. Pero al salir, no puedo creer lo que ven mis ojos.
—¡Mamá! ¡Papá! ¿Qué hacen aquí?
Gabriela: Te ves hermosa, Abigail, vestida de novia.
Leo: Abigail he dejado que hagas lo que quieras en toda tu vida, pero esto es demasiado.
—Un matrimonio sin amor es vivir en el infierno. ¿Eres tonta o estúpida?.
Giacomo: —Leo, cálmate amigo. No tienes por qué gritar de esa forma...
Continuará...
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 76 Episodes
Comments
Marshaan Sanchez
ahy no esté con síndrome de novicia unos por son de todo el mundo y otros por qué no prestan el lavadero 😝
2024-03-18
1
Elvira Fretes
lo que no entiendo es porque los amigos no investigan a Karen y le dan las pruebas, todos hablan pero sin pruebas 🤷🏻♀️
2024-03-04
2
Elvira Fretes
Ay Abigail, comienza tu calvario, cómo se enteraron los padres 🤔
2024-03-04
0