CAPITULO 13

Hugo: Después de salir del juzgado, fuimos a comer a un restaurante. Ahora estamos llegando a un hotel. Abigail pagó una noche aquí para mañana viajar a Cancún.

Al entrar, veo la habitación decorada. Se ve bonito. Sé que esto es idea de Abigail, pensando en las cosas y en lo que me dijo la señora Soledad, que aproveche el tiempo con Abigail.

Quiero conocerla y que me dé la oportunidad de estar con otra mujer aparte de Karen.

- ¿Por qué? - me repiten que Karen no me quiere, que es mentirosa, a diferencia de Abigail, que ha hecho todo esto por amor.

Abigail: Veo a Hugo perdido en sus pensamientos, así que me acerco a él y le pregunto si le gusta la decoración.

Hugo: Sí, Abigail, todo está hermoso. Gracias, de verdad te lo digo, pero...

Abigail: Pero nada, Hugo. Yo te amo. Déjame demostrarte todo lo que siento por ti. Me acerco a él y lo beso.

Hugo: —Sentir sus labios en los míos me vuelve loco, así que la beso. Ya no puedo ocultar mis ganas de tenerla en mis brazos, de que sea mía, solo mía.

Abigail: —Sus labios me besan tan dulce, tierno que no quiero separarme de él. Me toma por la cintura y me pega a su cuerpo. Sube la intensidad del beso, antes era tierno, ahora es salvaje y me encanta.

Hugo:— Perdí mi cordura con este beso y abandoné mis pensamientos. Sé que mañana me voy a arrepentir después de comérmela completita. Quiero todo de ella esta noche, así que mis manos empiezan a viajar por todo su cuerpo.

Abigail:— Siento cómo deja besos desde mi cuello hasta mi mentón. Jadeo ante su contacto. No sé en qué momento quedamos sin nada de ropa. Me alza y me acuesta en la cama, quitando mi brasier y empieza a jugar con mis dos montañas, repartiendo besos hasta llegar a mi abdomen. Me pierdo en el deseo.

—Me mira con una sonrisa traviesa y baja mis bragas con sus dientes, haciendo que aquella imagen me excite aún más.

Hugo: —Eres hermosa, Abigail, de pies a cabeza. Tu olor a vainilla me ha perdido por completo. Abro sus piernas y me ubico en ella, entrando de una sola estocada me entierro en lo más profundo de su ser, disfrutando este momento.

Abigail: _ ¡Ahhhhh! —Hugo me hace gemir del placer que me está dando, pero sin darle aviso, me doy media vuelta quedando encima de él, donde me siento la Diosa más sexy en este preciso momento.

Continué moviendo mis caderas de arriba abajo, haciendo que mi cuerpo empezara a sentir un cosquilleo dónde llega mi liberación y me hace temblar todo mi cuerpo.

Hugo: — No pares, preciosa, que estamos por llegar juntos a nuestra cima . No terminé de hablar cuando los dos terminamos al mismo tiempo. ¡Fue genial y maravilloso!.

— Abigail se acomoda en mi pecho, dibujando corazones en todo mi abdomen, hasta que la escucho decir: "Eres lo mejor que me ha pasado en la vida, Hugo. Espero que al final del camino te quedes conmigo para toda la vida".

— Ella me mira y me da un beso en la mejilla. "Te amo", me dejó sin palabras y se acomodó para dormir abrazándome.

— Pequeños rayos de luz entran iluminando la habitación. Abro mis ojos lentamente y me encuentro con esos ojos color miel que me encantan. "Buenos días, guapo".

Hugo: — Buenos días, preciosa. Le doy una sonrisa y no dejo de mirarla. Es tan hermosa, así que me acerco a ella y le doy un beso. Voy a intentar tener una relación contigo. Quiero que dejemos que las cosas fluyan.

Abigail: — Gracias, mi amor, por darme una oportunidad. No te vas a arrepentir, guapo. Me subo encima de él y lo beso. Él me corresponde, donde me da la vuelta quedando encima de mí. Abre mis piernas y me embiste de una forma salvaje.

— Haciendo que lo sienta muy profundo en mi ser, rodeo su cintura con mis piernas para sentir sus movimientos aún más. Sin querer, jadeo de placer. Entra y sale de mí de una manera rápida, haciendo que mi cuerpo se llene de sensaciones increíbles.

—Hugo, dame más, por favor, mi amor. —Dame más, no vayas a parar, cariño.

Encontramos un ritmo donde ambos nos movemos. Apreté mis piernas y seguimos con un movimiento , donde empiezo a sentir que mi vientre se contrae. Hugo aumenta sus embestidas y llegamos juntos a nuestra liberacion, donde yo voy gritando su nombre y él gritando el mío.

Hugo: Eres increíble y hermosa.

Abigail: Lo mismo digo, guapo. Él se deja caer en la cama, donde me acuesto en su pecho escuchando el ritmo acelerado de su corazón.

—Hugo me toca la mejilla y me coloca un mechón de cabello detrás de mi oreja. —¿Quieres desayunar?

Abigail: Sí, tengo tanta hambre que soy capaz de comerme una vaca entera.

Hugo: Jajajaja, Abigail, eres un cuento perdido. Me encantas. Le doy un corto beso en los labios y me levanto para pedir el desayuno.

Abigail: Mientras llega el desayuno, me voy a dar un baño. Después de una larga ducha, me pongo un vestido corto para ir directo a Cancún.

Hugo: —Te ves hermosa. Me acerco a ella y le doy un corto beso.

Abigail: —Ya llegó el desayuno, hermoso.

Hugo: —Sí, mi bonita. Mientras desayunas, yo me doy una ducha.

Abigail: —Pero qué ven mis ojos, veo salir a Hugo del baño, todo vestido de blanco. Se ve lindo, hermoso, sexy. Saber que por ahora ese hombre es mío.

Hugo: —¿Cómo me veo, esposa mía?.

Abigail: —Te ves hermoso, ahora vámonos, se nos va a hacer tarde, mi vida.

—Salimos del hotel cogidos de la mano, como si fuéramos una pareja feliz.

—Así me siento, como en las nubes. Ojalá que en unos meses me diga que me ama o me romperá el corazón en mil pedazos.

— Me encanta la playa, la brisa y el mar, pero me gusta más la compañía que tengo a mi lado. Me levanto y me siento en su regazo.

Hugo: —¿Qué hace Abigail?...

Continuará...

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