La misteriosa Yeong Soreon (3)

Apenas terminó la reunión con la señora Minhee Park fui a mi casa a empacar mis cosas para mudarme a la casa.

Agradecía que el trabajo fuese por poco tiempo, pues el carácter de la señora Minhee era algo que tenía que tratarse con sumo cuidado, y aún así podías ofenderla.

Me daba curiosidad saber quien era la otra hija de la señora Minhee, la tal Soreon, pero debía tener autocontrol y permanecer en esa casa hasta que pudiese negociar con el señor Yeong Sun.

Le dije a Yeaji por teléfono que había conseguido el puesto y ella se alegró por mi, al final del día le contaría todo con más detalles.

Cuando llegué nuevamente a la casa del señor Yeong Sun me recibieron dos mujeres y una niña como de 10 años vestida con un atuendo de Ballet rosa.

—Que bueno que llegas a tiempo. —Me saludó la señora Minhee dirigiéndose a mi. —Escucha Yeong Yuna, ella será tu nueva niñera Mía Sang.

—Mucho gusto señorita Sang. —La niña me hizo una reverencia que yo correspondí.

Era tierna, y muy bonita, no parecía ser un gran problema como otros niños.

—Encantada de conocerte, Yuna.

—Y ella es la señora Nemi, ella será tu compañera. —Me presentó la señora Minhee a la otra mujer, las dos nos reverenciamos en forma de saludo. —Y eso es todo, llévese bien, no me causen problemas. Adiós.

La señora Minhee se fue así sin más, sin despedirse de su hija o algo, lo último que vi fue como encendió otro cigarrillo. Quizá los litros de perfume que se ponía era para ocultar el olor de la nicotina.

—Ya le indico cual será su habitación señorita Sang. —Me dijo Nemi amablemente.

—Por favor llámeme Mía.

—¿No puedes hacer eso después? ¡Has dejado sola a mi hermana mucho tiempo! —Exclamó la pequeña Yuna preocupada.

—Su hermana estará bien, será un momento que le indique a la señorita Mia dónde queda su habitación y ya.

—No me preocuparía si me dejarás ver a Soreon.

—Sabes que no es adecuado que lo hagas ahora, Soreon todavía debe descansar. —Calmó Nemi, me miró incómoda. —No podemos aturdir a la señorita Mía con este tema…

—¡Pero no entiendo! Todos los días me dicen que Soreon está bien, pero cuando quiero verla me dicen que no está lo suficientemente bien para eso. —Expresó Yuna con frustración.

Me daba hasta lástima, solo se preocupaba por su hermana.

—¡Yuna por favor! ¡No seas terca, ve y cámbiate! —La regañó Nemi.

—¡¿Y si Soreon vuelve a lastimarse?! —Yuna alzó la voz dejándome impactada.

—¡A tu cuarto dije!

Yuna hizo una pataleta antes de irse a las escaleras corriendo. Me sentí incómoda por estar presente en esa discusión que parecía ser muy perjudicial.

—Lamento eso señorita Mia, acompáñeme.

Nemi empezó a caminar y yo la seguí con mi maleta en la mano. Cuando caminaba por el pasillo del segundo piso una puerta me llamó la atención, pues esta tenía varios golpes y letreros de No Molestar.

—Ese es el cuarto de la señorita Soreon, no le gusta que la molesten. —Me informó Nemi.

—Entiendo.

Nemi me indicó cuál era mi habitación y yo comencé a instalarme, aunque todavía seguía pensando en lo que dijo Yuna de su hermana.

"—¿¡Y si Soreon vuelve a lastimarse?!"

Como ya era muy tarde solo cenamos y luego me tocó acostar a Yuna, ella me contó como le fue en la escuela de Ballet y que pronto harían una presentación del cascanueces, su sueño era ser la protagonista y yo la motive a que trabajará duro para conseguirlo. Era una niña buena.

Cuando Yuna se durmió me retiré a mi habitación, quise quedarme un rato despierta con la esperanza de que el señor Yeong Sun llegara pero cada vez se hacia más y más tarde.

De repente escuché un ruido que venía de afuera, pensé que podía tratarse de alguno de los señores por lo que salí a averiguarlo.

Sin embargo cuando salí vi a alguien correr de forma misteriosa, en ese momento sentí miedo ¿Quién había corrido de esa forma?

—¿Yuna? —Llamé pero nadie respondió. —¿Eres tú?

Caminé por el pasillo con cautela, todo estaba en silencio y eso era preocupante. Me asomé por las escaleras cuando repentinamente siento como alguien toca mis hombros.

—¡BOO!

Me sobresalté del susto, pero eso no fue nada a lo que vi después. Una chica de piel pálida, con su corto cabello negro completamente despeinado, vestía una bata de hospital y en su brazo tenía una vía endovenosa.

Pero sus ojos, eran oscuros y tenían algo que me atrapaba...

—¿Eres la nueva niñera? —Preguntó entre risas, pues a pesar de su aspecto demacrado se burlaba de mí reacción.

—E-Eh, pues si…

—Disculpa, sé que me veo horrible, ¿pero quien no lo estaría con un maldito suero encima? —Dijo la chica riendose esta vez de forma exagerada. —Eres muy bonita, ¿Si sabes que mis padres no te pagarán por cuidar a Yuna, cierto?

—No necesito dinero, por eso no te preocupes. —Evadí ese comentario, apenas recordé que no podía hablar con ella si quería estar en buenos términos con Yeong Sun. —Buenas noches.

—Interesante… —Soreon no permitió que me fuera. —Si no quieres dinero, ¿Por qué estás aquí entonces?

Dudé en decirle lo que quería, pues a ella no le importaba, pero si se lo decía iba a sonar descortés y quería tener una buena reputación.

—Quiero debutar en la empresa de tu padre.

Soreon quedó en silencio sorprendida, luego comenzó a reir a carcajadas burlándose de mi. Eso me hizo enojar ¿Quién se creía ella?

—Aléjate de mi padre cariño. —Me dijo para darme la espalda y retirarse a su habitación. —Créeme, me lo agradecerás después.

A pesar de que no la tenía en frente, todavía la sentía frente a mi. Pensar en ella me revolvía las entrañas y no sabía porqué, este sentimiento aumentaba cuando recordaba sus ojos.

Esos ojos tenían un nombre: Yeong Soreon.

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