Postre (16)

...POV MIA...

—¡A sus posiciones!

La instructora de baile no nos dejaba ni respirar cuando ya nos llamaba nuevamente a bailar. No sabía si esa profesora estaba insoportable o yo la percibía así debido al molesto dolor de cabeza con el que amanecí.

—¡Vamos Mia, concéntrate! —Reprendió la instructora hacia mi. Hago lo que puedo, pero si me muevo mucho me mareo. —¡Mueve los labios, quiero más energía!

Sentía que mientras más pensaba en el dolor de cabeza este se intensificaba, traté de enfocarme en lo que pasaba a mi alrededor cuando de repente noté que la mayoría tenía su vista fija en mi.

"Tu puedes, Mia"

Traté de animarme, ¿Pero cómo? No tenía de donde sacar energías, mi dolor de cabeza provocaba que quisiese qquitármela

Me sentía derrotada, débil... Y la forma despectiva en la que todos me miraban se notaba que también lo veían.

Apenas se acabo la música no pude más, me desmorone en el suelo y me sujete la cien adolorida.

—Pareces cansada, Mía. —Me habló la instructora.

—Lo siento, dormí muy poco anoche. —Expresé en un hilo de voz.

—Necesito más compromiso de tu parte. No puedes subir al escenario estando distraída, aprende de Noha. —La instructora procedió a llamarla.

"Por favor no, quien sea menos ella."

—Noha, enséñale a Mia como moverse.

Noha le sonrió de forma altanera antes de dirigirse al centro de la pista y mirarme con aires de superioridad. Yo solo baje la mirada decaída cuando empezó la música.

Los demás trainees la animaban y gritaban encantados, incluyendo a la instructora.

Ojalá bailara como ella, con esa seguridad, con esos movimientos inesperados pero no menos sorprendentes, con esa belleza que cautiva a cualquiera.

No era profeta, pero para mí Noha ya tenía un puesto principal en Six Lion. El público y los jueces la amarían.

......................

A una poca distancia de los trainees en entrenamiento, el Presidente Yeong Sun los supervisaba atentamente. Sin embargo, miraba con seriedad a Mia, con quien ya compartía cierto disgusto.

Junto a él llegó la instructora, que lo saludó con una reverencia.

—¿La reprendiste bastante? —Le preguntó Yeong Sun, refiriéndose a Mia.

—No fue tan difícil, se mostró muy distraída durante la práctica. —Se sinceró la mujer.

Yeong Sun asintió complacido y continuó mirando a Mia sentada en el suelo, siendo consolada por una Trainee tailandesa. La razón por la que el presidente se mostraba tan molesto fue porque anoche se coló en la habitación de Mia, pero para su sorpresa estaba vacía.

No podía reclamarle nada, porque lo primero que iban a preguntar era el... ¿Qué hacía ahí? Y eso no les incumbia.

De todos modos estaba prohibido que los trainees salieran de la empresa sin permiso, y si había algo que le disgustaba era no saber los secretos o rumores de su empresa.

No le molestaba tener que expulsar a quien sea, ni los ingresos que perdería con tal de tenerlo todo bajo control.

...POV SOREON...

Cuando escribo una canción me concentro de sobremanera, tanto que no le presto atención a mi alrededor.

Por eso no noté cuando Hyu entró al estudio de grabación, ni me digne a levantar la mirada de mi libreta, que solo tenía anotado unos garabatos que más que complacerme los he ido descartando.

—Mujer, te vas a arrancar el poco pelo que tienes. —Exclamó Hyu haciéndome sobresaltar.

—Perdón Hyu. —Me reincorporé, un poco desanimada. —Me pediste solo una cosDejarásoy fallando.

—Oye, sé que no es fácil dejar de componer y de repente volver de la nada. —Hyu se sentó a mi lado para consolarme. —Descansa, toma algo de aire. No hay presiones.

Refunfuñé con incredulidad.

—Debes presentarle la canción a mi padre antes del fin de semana, y si no aprueba la canción no podrás sacar un álbum hasta el próximo año. No, no hay presiones. —Contesté sarcastica. Hyu rió y yo volví a reproducir lo poco que tenía grabado en la pista. —¿Dejarás el rapeo de Jin?

—Si, será muy bueno que sea una colaboración. —Accedió la cantante. —Se que puedes Soreon, confío en ti.

"Tu puedes, Soreon" Me animé. "Así no tengas inspiración y necesites hacer un hit que convezca a una persona tan agridulce como tu padre, puedes hacerlo"

Quería que me cayera un rayo, y que este la matará o le diese la iluminación suficiente para lograr el objetivo.

...POV MIA...

Sentí un ligero alivio por primera vez en el día cuando entré a mi habitación, fue un día realmente agotador y las pruebas de fuego estaban a punto de empezar.

Hoy me sentía realmente agotada, a veces me pasaba y la manera en que lograba salir adelante era hablando con mis padres, pero justo en la mañana nos habían quitado nuestros dispositivos electrónicos.

Extrañaba hablar con ellos con tranquilidad, extrañaba no mentirles y darles una certeza de que mi esfuerzo finalmente daría frutos.

Me bañé esperando que se me calmara el dolor de cabeza, cuando salí noté que el sol se había escondido oscureciendo el exterior. Mientras me estaba vistiendo me encontré con el bolso que Soreon cargaba la noche anterior.

Asumí que lo había olvidado, no sé en qué circunstancias porque cuando desperté ella no estaba conmigo. Lo dejé a la vista para que se lo llevara si llegase a venir, pero de repente la curiosidad se apoderó de mi.

¿Y si le doy un vistazo a lo que hay dentro?

Solo sería una miradita, nadie se dará cuenta.

Abrí el bolso y lo primero que hice fue sorprenderme al ver que contenía una gran cantidad de comida deliciosa; frituras, dulces, chocolates, malvaviscos, galletas, latas de gaseosas, postres...

Se me hizo agua la boca.

—¡No puede ser! ¿Esto es...?

Tomé un tarro con un líquido espeso de color naranja que llamó mi atención. ¡Era Miel!

Yo adoraba la miel, y el tiempo que llevo sin comerla es espantoso. De niña solía echarle a los waffles, a los hotcakes, a las galletas.

No Mia, no puedes comerte la miel, es de Soreon. Además de que debes mantener tu dieta.

Traté de dejar el tarro en el bolso, pero mi mano no quiso desampararse de ella.

Solo será una probadita, nadie se dará cuenta.

Abrí el tarro y probé un poco con el dedo. Estaba deliciosa, esponjosa ¡Sabrosa! Un poquito más y ya.

Pero si le doy tres tampoco es que pase nada.

¿Y si me arriesgo con cuatro?

¡Con cinco no pasará nada!

El sexto me quitará el dolor de cabeza.

¿Y si escondo el tarro y digo que el bolso no trajo miel?

De repente escuché como tocaron la puerta, yo rápidamente escondí el tarro de miel en el bolso y lo oculté bajo mi cama.

Abrí la puerta y me reconfortó que fuese Soreon, quería que se llevara ese bolso o no quedaría nada.

—¿Hola? ¡Jaja! —Soreon se reía de mi y yo no sabía el porqué. —¿Qué hacías?

—Nada, terminaba de bañarme. —Evadí con seriedad.

—Jeje... ¿En qué, en miel? —Soreon siguió riendo.

Yo iba a negarlo de inmediato pero Soreon pasó su pulgar por mis mejillas, y ahí noté que me había embarrado de miel. Me sonroje de la vergüenza.

—Que niña tan tierna. —Me sonrió Soreon.

—¡Toma tu bolso y déjame en paz!

—¿Por qué me darás algo que no es mío? —Cuestionó Soreon entrando a la habitación y cerrando la puerta para que no nos escucharan. —Eso lo conseguí para ti.

—Yo no puedo comer todo eso, si alguien descubre que he roto la dieta me mataran. —Exclamé alterada.

—Te ayudo si quieres.

—Si, ayúdame desapareciendo la bolsa por favor. —Saqué la bolsa de su escondite y se la extendí a Soreon, pero me la rechazo.

—¿Estás bien, Mia? —Soltó Soreon repentinamente.

Era el peor momento para hacerme esa pregunta.

No podía decir que estaba bien, porque era falso. Estaba cansada, decepcionada de mi misma, con un dolor de cabeza que no quería dejarme.

—Voy a fallar, Soreon. —Murmuré mientras bajaba la mirada y abrazaba el bolso de dulces. Traté de contener las lágrimas. —Fracasaré de nuevo, elegirán sobre mi a chicas mucho mejores que yo. No importa cuanto me esfuerce, no importa lo que haga. A veces me pregunto si... ¿En verdad merezco estar aquí?

Soreon no dijo nada, sin expresión alguna se acercó a mí y me arrebató el bolso.

—Tu lo que mereces, es un postre. —Abrió el bolso dejándome ver su delicioso contenido. —Tu lo has dicho, te has esforzado mucho para llegar hasta aquí pero no por eso debes dejar de vivir, de ver a tu alrededor y disfrutar de aquellas cosas. Es malo sobreexigirse, debes liberarte un poco.

Soreon no apartó los dulces de mi vista, y yo sin poder contenerme tomé un chocolate. Ella me invitó a no tener miedo, que me relajara, y lo necesitaba. Me sentía presionada.

—Mi hermana te mando saludos, me llamó esta mañana preguntando por ti. —Me informó Soreon.

—¿Cómo está ella? —Pregunté.

—Muy emocionada con lo de su solo. Sé que ella podrá, saco el talento de su hermana. —Dijo con orgullo.

—Perdóname señorita perfecta. —Exageré, despertando las risas entre ella y yo.

Las dos nos sentamos en la cama y comenzamos a comer los dulces del bolso.

—¿Estás de ánimo para ver una película? —Cuestionó Soreon.

Me alcé de hombros.

—No tengo con que, a los trainees les quitan todo dispositivo electrónico.

—Olvidas el hecho de que yo no soy trainee. —Soreon sacó su teléfono. —Si en algún momento necesitas comunicarte con alguien puedes decirmelo, ¿vale?

—Lo que tu digas...

En su teléfono Soreon tenía una aplicación de streaming en la que nos pusimos a ver una película de comedia, en verdad muy buena.

Yo no paré de comer el contenido de la bolsa, y quedé enamorada de una bebida que parecía ser jugo de mango.

—Veo que te gustan los dulces. —Comentó Soreon divertida.

—Un poquito. —Dije soltando una leve risilla. —¿Sabes el tiempo que tengo sin comer algo dulce? Desde que entrené en GY mi dieta siempre fue estricta.

—Está bien, aprovecha pero no te atragantes. —Quiso bromear quitándome mi snack, pero yo lo evité antes de que pasara.

Las dos reímos por eso, pasamos toda la noche divirtiéndonos, incluso cuando a Soreon se le cayeron las palomitas cuando se asustó mientras veíamos una película de terror.

Nos acurrucamos en las sábanas cuando terminamos de comer hasta que nos quedamos dormidas.

Ni me fije en qué momento se me quito el dolor de cabeza.

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