El Nacimiento de una Estrella (14)

...POV MIA...

—¡Seré la primera en darte ánimos, Mia! —Exclamó la pequeña Yuna conmovida. —Seré tu fan número uno, eso te lo aseguro.

—Muchas gracias pequeña. —Abracé a la pequeña niña tratando de comtener las lágrimas. —Te extrañaré mucho.

Me reincopore del abrazo con Yuna y luego le estreché la mano a Nemi.

—Fue un placer trabajar contigo Mia, que tengas buena suerte. —Me deseó la mujer.

—Fue un placer para mí también, Nemi. —Contesté sonriente para después dirigir mi mirada hacia Yuna nuevamente. —Apenas termine el programa te iré a dar porras en tu presentación.

Yuna asintió emocionada. Yo tomé mi maleta y me digné a salir de la casa.

—¡Adiós Mia! —Se despidió la niña.

—¡Hasta luego! —Correspondí.

Miré por última vez la casa que me había cambiado la vida por completo, y agradecida me retiré en dirección a la empresa.

Entre a las instalaciones de la compañía y adentro varios miembros del staff ayudaban a las demás trainees a ubicar su habitación. Al parecer tendría una habitación yo sola, ya que éramos impares, o sea 15 participantes y cada habitación tenía capacidad para dos personas, yo fui la que quedó sola.

Mi habitación quedaba en uno de los pisos más altos, y apenas la vi pude notar que aunque no era la gran cosa se veía agradable.

Comencé a acomodar mis cosas en el armario y en las gavetas cuando de repente escuché como tocaron mi puerta. La abrí y me sorprendió ver a Milly a punto de colapsar.

—¿Por qué tuviste que quedarte tu sola en una habitación? —Exclamó la tailandesa. —A mi me tocó compartir con una china bien rarita.

Yo me reí por sus expresiones, me hice a un lado para que Milly pudiese pasar la habitación.

—¿No crees que me pueda mudar contigo? —Cuestionó Milly sentándose en la cama.

—Sabes que no es conveniente llevarle la contraria a los supervisores, es mejor si no les causamos problemas. —Argumenté sentándome junto a ella.

—Por Dios, no tengo nada en contra de los chinos, ¿Pero me tuvo que tocar una que tiene un bolso de 20 kilos de puro material de skincare? —Cuestionó Milly exagerada. Yo hice mi esfuerzo por no reírme.

—Tal vez es alguien que se preocupa por su imagen, y eso no está mal.

—Mia, ¿Sabes lo que son 20 kilos de cremas, mascarillas y hasta tintes para cabello? Todo eso en una habitación donde con esfuerzo caben las dos camas. —Explicó la tailandesa. —Es una niña fresa que capaz ni sabe mantenerse a si misma, y dudo que me libre de ella porque los del Staff dijeron que yo siempre estaría "a su servicio."

—¿Cuál es su nombre? ¿La he visto antes? —Dudé con interés.

—No la conoces, es algo como Yuki... ¡No, Yuxi! Se llama Yuxi. —Aclaró Milly pensativa. —Bueno, será Yux-creída para mi...

—Jeje... pues ese es tu karma por meterte con Shiera. —Le comenté con diversión.

—Ja, ja, muy chistoso. —Respondió sarcásticamente. —Lo peor de todo es que ella consiguió compartir habitación con Noha, mientras tanto tu quedaste aquí sola... ¿No sabes porque razón será?

Admito que yo tenía la misma duda, pero me alcé de hombros al no saber.

—Asumo que es porque fui la última en integrarme. —Supuse.

—Bien, no te sorprendas si me la paso más acá que en mi habitación. Te dejo Mia, pega un grito en caso de cualquier peligro. —Milly y yo nos levantamos para luego acompañarla hacia la puerta. Milly observó a los lados. —Oh, la oficina del presidente queda justo al lado, que interesante.

La piel se me erizó anunciando un mal augurio, ¿Estaba cerca de la oficina del señor Yeong Sun? ¿Y precisamente sola?

—¡Adiós Mia! —Se despidió Milly sonriente.

Yo la despedí y me recosté en el marco de la puerta viendo como se iba, pero la verdad el ver tan cerca la oficina del señor Yeong Sun me tenía perturbada. Traté de cerrar la puerta con seguro pero el cerrojo no servía.

Ahora sí que no dormiría tranquila. Tendría que dormir pendiente de que nadie entrase a la habitación sin permiso, y el "alguien" que más me preocupaba era el señor Yeong Sun.

Levanté mi mirada por un momento y vi venir a Hyu a lo lejos, quise ignorarla y tratar de cerrar la puerta antes de que llegara, pero apenas me percaté Hyu ya estaba delante de mi evitando que cerrara la puerta.

—Oye Mia, ¿Has visto a Soreon? —Me preguntó Hyu con seriedad. Sin saludar ni nada.

Yo fruncí el ceño confundida.

—No, para nada. —Negué.

—Por favor no me mientas.

—No te miento ¿Qué te hace pensar que me beneficiaria mentirte? —Comenté con disgusto.

—No me sorprendería igualmente. —Me recriminó.

En ese instante su interés me hizo dudar, ¿Por qué Hyu se preocupaba tanto por Soreon? Sabía que podían ser amigas, no digo que no, pero la necesidad de Hyu por ver a Soreon me hacia sospechar.

Últimamente no sé porqué sentía que todos tenían cierta fijación por Soreon, y que eso de alguna forma me disgustaba.

—Hyu, ¿Por qué te importa tanto Soreon? —Solté esa pregunta antes de que Hyu se fuera.

Ella me miró alzando una ceja.

—Porque Soreon es una persona muy importante para mi. —Contestó con simpleza mientras se cruzaba de brazos y me miraba de forma burlona. —¿Celosa?

Yo me exalté.

—N-No, claro que no. Me importa poco lo que tengas con Soreon. —Evadí con molestia.

—Jaja... No te creas tan vulnerable, niña. —Me dijo en burla. A su vez, soltó los brazos y suspiró. —Te diré la verdad, no sé si sepas de mi canción "Badstar", es una de mis canciones más conocidas.

Asentí con la cabeza. En realidad era la única que conocía de Hyu, porque sonó en todas partes y a cada momento, si la admiraba pero no era tan fan a morir de ella como para escuchar todos sus sencillos.

—Bien... Esa canción la escribió Soreon. —Reveló la cantante.

Esa confesión no me la esperaba, ¿Soreon escribió su canción más exitosa?

—Y así como ha escrito esa ha escrito muchas más. La chica es un fenómeno andante. —Continuó Hyu. —No me caes bien Mia, pero no seré mala contigo. Si quieres un consejo, júntate con gente que te impulse al estrellato, no con personas que te absorban hasta dejarte sin nada. Lo bueno de que Soreon se haya fijado en ti es que puedes sacarle un beneficio a tu carrera.

Esa frase me dejó impactada. Por un momento pensé que Hyu era amiga de Soreon nada más para exprimir su potencial.

—Pero hazme un favor, solo hazla feliz. Es lo único que te pido. —Con eso último dicho Hyu se retiró.

...POV SOREON...

Después de un largo rato caminando por la empresa había vuelto al estudio de grabación, que para mí suerte estaba vacía. El estudio era el único sitio donde podía tener paz últimamente, no había obstáculos externos, no estabas al pendiente de si era de día de noche, ni nadie que te juzgara.

Solo era yo, mis ideas y mis programas con los que podía jugar sin cansarme.

—Yeah, yeah, yeah, yeah... —Grabé una parte de la canción que tenía en mente.

Podía grabar lo que quisiera, con mi propia voz y ahí se quedaría, entre esas cuatro paredes siendo escuchada por mis propios oídos.

—Es un buen ritmo. —La voz de un impostor detrás de mi me asustó. —Sería bueno atrasarlo un poco, para que se aprecie mejor.

Volví a enfocar mi atención en el programa, tratando de ignorar al hombre que se hacia llamar mi padre.

—¿Qué quieres? —Cuestioné agresiva.

—¿Por qué tan a la defensiva? —Me pregunté como si fuese la persona más amable del mundo. Hipócrita.

—Nunca te interesó mi música, ¿Ahora vienes a darme consejos de como puede mejorar? —Dije incrédula. —¿Qué quieres?

—Solo quiero hablar.

—Habla y vete. —Pronuncié despectivamente. —¿Quieres que me vaya de nuevo? Tranquilo, solo estoy aquí para escribirle una canción a Hyu.

—Quería decirte que... admito que tienes muchas habilidades para sobrevivir en la industria, lo has demostrado, y muchas veces. —Divagó sin saber exactamente que decir. —Los reconozco, y el público debería apreciarlo también.

Yo lo miré confundida.

—¿Qué quieres decir? —Dudé.

—He pensado en que trabajes en la empresa, como productora y entrenadora de los trainees. Sé que no es mucho o tal vez lo que hayas soñado, pero es un inicio...

Yo bajé la mirada pensativa. Pensé rechazarlo de inmediato, pero pensándolo bien me convenía, sobre todo para vigilar cualquier abuso hacia mis amigas, y hacia Mia también, pero también hacia mis amigas.

No dudaría en exponerlos si así hiciese falta.

—Está bien, pero apenas me harte o vea una falta me iré. —Sentencié.

Yeong Sun suspiró aliviado.

—No podría estar más agradecido por tu aceptación.

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