Sale el sol (9)

...POV MIA...

—¡Siete y ocho! ¡Arriba!

No me había dado cuenta de que llevaba más de un año sin estar en un salón con bailarines hasta que llegué al estudio de ballet de Yuna.

¿Por qué me encontraba aquí? Asumo que se preguntaran. Pues yo estaba tranquila en la casa hasta que la señora Minhee Park contactó a Nemi diciéndole que la profesora de danza de Yuna la estaba convocando a una reunión. Debido a que la señora Minhee está en Singapur y Nemi tiene que controlar el tratamiento de Soreon, me tocó a mí dar la cara por la pequeña.

Yuna corrió con sus amigas apenas llegamos, y yo un poco desorientada le hablé a la primera mujer que capturó mi visión.

—Buenas tardes, ¿La señorita Midori? —Consulté.

—La misma, en que puedo ayudarle. —Me habló con un acento notable, de seguro era japonesa.

—Soy la niñera de Yeong Yuna, mi jefa dijo que la estaba llamando para una reunión, pero no pudo venir por cuestiones de trabajo. —Expliqué.

—Entiendo, ven conmigo.

La maestra y yo fuimos a una oficina donde estaban esperando dos representantes, me pusieron a esperar a mi también hasta que llegaron tres padres más. Luego entró la maestra Midori para hablar con nosotros.

—Bien, los he llamado a esta reunión porque me gustaría comentarles una situación: la Asociación Coreana de Ballet está inscribiendo a las niñas a una competencia nacional, y he decidido que sus niñas sean las que hagan un solo y com alegréor el título. —Reveló la maestra, dejando a varios padres impresionados. —La competencia se hará a mediados de diciembre en la ciudad de Incheon, por eso algunos habrán notado que sus hijas no participan en el show del cascanueces.

Los padres sonrieron orgullosos de la noticia, yo me alegre también, me emocionaba ver la cara sonriente de Yuna cuando supiese qupor quéa llegado su oportunidad de brillar.

—Pero no entiendo. —Intervino un padre, silenciando todo. —¿Nos llamó para decirnos esto? ¿Y por qué no podemos decirle a los padres de las demás niñas?

—Esa es la cuestión, la razón por la que sus hijas han sido elegidas es porque ustedes tienen los recursos para mandarlas a la competencia. La Asociación no costeará nada, y eso es de lo que se van a quejar los padres que no cuentan con las condiciones económicas. —Dijo la maestra con seriedad.

Eso me desanimó bastante, básicamente las niñas no fueron elegidas por su talento, sino por su disponibilidad económica. Era un asco.

—El que este en desacuerdo se puede retirar, pero esa es la realidad. Yo recomiendo que no desaprovechen la oportunidad, pues se le abrirán muchas puertas a sus hijas. Pero eso depende de ustedes. —Culminó la maestra.

Los representantes se fueron, unos con un semblante frívolo y otros pensativos.

—Por cierto, niñera de Yuna. Me gustaría comentar algo para que le diga a su jefa. —La maestra me detuvo antes de salir. —Sé que ella y su esposo son personas muy ocupadas, pero es obligatorio que alguien de su familia acompañe a la niña a la competencia.

—Entiendo, yo sé lo comunicaré.

—No un chófer o una niñera, no sé si me entiende... —Recalcó la maestra.

—Perfectamente, gracias. —Corté con irritación, y sin más me retiré de la oficina.

Me dio pena por Yuna, era una buena niña. Cuando salí de la oficina y me dirigí al salón de baile pude verla. Con la mera experiencia que tenía en baile, notaba que las piernas de Yuna eran más fuertes que las de otras chicas, y que eso de cierta forma la hacía descordinar de las demás, y había movimientos en los que parecía tiesa.

Pero aún así, ella fue elegida para competir a nivel nacional en lugar de otras niñas que tenían más técnica y talento. Si yo fuese la madre de Yuna no mandaría a mi hija a hacer el ridículo enfrentando niñas con más experiencia que ella.

Pero ese era el otro problema, Yuna no sufría por recursos, sufría de soledad y el desinterés de sus padres.

—¿Qué te dijo la maestra Midori, Mia? —Me preguntó Nemi al llegar a casa.

—Me dijo que Yuna fue elegida para presentar un solo en una competencia en Incheon. Pero me dijo que a juro tienen que estar los familiares acompañando a Yuna, no un empleado. —Informé.

—Eso es complicado. —Nemi apretó los dientes. —¿Cuándo es la competencia?

—A mediados de diciembre.

—Jum, menos. La señora siempre tiene la promoción de su línea de navidad, y el señor Yeong Sun con este proyecto dudo que este disponible. —Respondió Nemi.

Cuando mencionó lo del proyecto me acordé del programa de supervivencia que estaba formando el señor Yeong Sun. Lo pensé mucho, tratando de pensar en otra cosa que no fuese el beso de Soreon, y la verdad ese era mi único chance.

—¿Y acaso yo estoy pintada en la pared?

—¡Ah! —Nemi dio un salto que a mi también me asustó. —¡Señorita Soreon! ¡Debería estar en la cama!

Yo giré para encontrarme con Soreon, seguía peinada con las dos trenzas pero ahora que la veía con la luz del sol la hacía lucir más tierna.

—Acuéstame si puedes. —Retó Soreon haciendo un puchero.

Reí por la ternura que me dio.

—Su tratamiento termina mañana señorita Soreon, no puede levantarse hasta que el doctor lo permita. —Regañó Nemi.

—¿El doctor sabe más que yo como me siento? —Dijo Soreon con ironía mientras revisaba la nevera. —Relájate Nemi, sigamos hablando de Yuna.

—Bueno, la maestra dijo que tenían que ser familiares, no específicamente que tenían que ser los padres. —Añadí.

—Decidido está, la acompañaré yo.

—Señorita Soreon, sabe lo que dijo su madre con respecto a su hermana, usted...

—Mamá no me puede prohibir ver a mi hermana, es mi sangre y vivimos bajo el mismo techo. Además de que tú y yo sabemos Nemi, que mi madre no se toma en serio ni ella misma lo que dice. —Soreon cerró la puerta de la nevera, cargada de una bebida. —Ahora que todo está resuelto, me retiro a ver One Piece.

Soreon se retiró y a Nemi casi le daba un infarto, por lo que se fue al jardín a respirar aire fresco. Me alegraba de que al menos Soreon se preocupaba por su hermanita, así como Yuna se preocupaba por ella.

Tal vez quería remediar el daño que le hizo con ese intento de suicidio.

Pero no quise pensar más en eso, distraería mi mente en otra cosa. Me iba a arriesgar, y lo iba a hacer antes de arrepentirme.

Iría a Sun Entertaiment.

Necesitaba debutar, me urgía de alguna forma, y si lo hacía en Sun era probable que lo hiciese en menos de un año. Porque a decir verdad no quería perder otros 6 años de mi vida en un sueño que nunca cumpliría, y que podría invertir estudiando.

Eso si, lo haría por mis propios medios, y si era un reality tendría al público que decidirá si me quieren o no. No recurriré a otros medios, como los que asumió Hyu por ejemplo.

Cuando llegué a Sun Entertaiment vino la nostalgia a mi mente, a pesar de tener sus diferencias si parecían las instalaciones de GY, Trainees y miembros del Staff caminaban por los pasillos, el movimiento me hizo recordar gran parte de mi uventud.

—Hola querida, ¿qué se te ofrece? —Me saludó una chica alegre.

—Yo... vengo de parte del señor Yeong Sun, quería saber si podía ingresar a la empresa.—Dije con timidez.

—Claro, ¿quieres ser parte del Staff?

—Emm no... como Trainee.

—Bueno, si vienes por parte de Yeong Sun no debe haber ningún problema. —La chica me indicó que la siguiera a un despacho. —Él esta trabajando en un próximo reality para debutar a un grupo de chicas, necesitas esforzarte mucho si quieres debutar antes de que acabe el año.

—El señor Yeong me comentó algo sobre eso.

—Bien, ¿cuál es tu nombre querida? —La chica sacó una planilla que debía completar con mis datos.

—Mía Sang.

—¿Edad?

—20 años.

—¿Tienes experiencia en canto, baile o en presentaciones artísticas?

—Sí, ntrené casi 6 años en GY Entertaiment, no fue hasta el año pasado que me retiré.

—¿En serio? ¿Entrenaste en GY? —Exclamó la chica impresionada. —¿Conoces a Liya de Purplepink? Es mi bias, no sé si lo sepas pero yo también soy de Tailandia.

—¿En serio? Que increíble. Si la conozco, ella siempre tiene la energía a millón.

Respondí recordando que si, nadie sabía de dónde Liya sacaba tantas energías incluso en los momentos más pesados.

Yemi era la mamá del grupo, la que hacía que entráramos en razón en el momento adecuado, admiraba los consejos de canto que me daba.

Rina era la soñadora, la que siempre tenía su mente en las nubes, ella si cantaba por pasión las 24 horas del día.

Y luego estaba Jiwoo, y la verdad ella no tenía nada especial, solo ser bonita, ni siquiera el CEO tenía preferencia por ella.

Tenía que ser yo, no ella...

—Lo lamento, Mia. Pero eras tú, o era yo. —Respondió Jiwoo son seriedad. —Y yo también pasé por mucho para debutar, por esa razón entenderás porqué me elegí a mi.

¿Ah?

De repente recordé la vez en la que hicimos una rutina de baile para el presidente de GY, y como susurraron algo que logre escuchar.

—Siento que alguien sobra en el grupo.

Luego cuando grabamos el demo de una canción para que hicieran las pruebas de canto, sin darme cuenta escuché algo de lo que no me fijé.

—Mía y Jiwoo cantan similar. —Dijo el CEO hacia el productor. —Creo que descartaremos a Jiwoo del grupo...

—¿Hola? —Volví a la realidad cuando la chica de Sun me habló. —Bueno, si quieres ven mañana, es mi recomendación ya que pronto se hará el anuncio del reality y queremos ver si eres apta para continuar.

—¡Bien, muchas gracias!

Me despedí de la chica y salí de la empresa, quería pensar un poco mejor las cosas. No entendía porqué pensaba tanto de mis tiempos en GY.

Tal vez era una forma de darle la bienvenida a mi nuevo hogar.

Dile hola a Sun, Mia.

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