Que hice

Pía.

— Si amiga, fue genial, ese hombre me devoró por completo todo lo que me dijiste que podía pasar, se quedó pequeño.— Le digo a mi amiga Sabrina por teléfono.

— Ahhhh, Amiga, qué maravilloso, bueno y ahora que se te quitó la obsesión.— Dijo y deseaba tenerla cerca en este momento pero para matarla.

— Hay Sabrina en lo que te vea, te voy a asesinar, tu maravilloso consejo no funcionó, al contrario, quiero que me posea a cada momento.— Dije gritándole a la muy loca.

— Bueno, amiga, pensé que lo tuyo era obsesión, pero no ya tengo tu diagnóstico.— dijo y yo quedé confundida.

— De qué hablas Sabrina, según tu doctora demente cuál es el diagnóstico.— Pregunté ansiosa por la opinión de la loca de mi Amiga.

— Si no funcionó lo del sexo, no hay dudas amigas, estás rotunda e irrefutablemente enamorada de tu hermanastro.— Dijo y el teléfono se me cayó de las manos a la cama.

Mierda, mierda y recontra mierda, esto no puede ser... No, no, por favor debo escapar o esto se puede salir de control, pero como si mi padre no me dejará, no Pia tú no eres una cobarde enfrentarlo, por favor tú puedes ignorar ese sentimiento y coexiste con Alexander.

— Aló, Aló, Pía deja de hablar sola y contesta el teléfono.— dice Sabrina y reacciono.

— Dime demente sabes lo que significa.— le pregunto alterada.

— Sí que te vas a divertir mucho y que yo te apoyaré, pronto viajaré a nueva York que te parece.— dice y yo grito.

— Ahhh qué emoción mi loca te espero con ansias.— Digo emocionada.

— Bueno, pero a lo importante, tienes que sacar a la novia de su vida y ya ese bombón será tuyo.— dice y mis nervios regresan.

— Somos familia y mi padre está feliz con su mujer, no los quiero separar.— digo afligida.

— y no tienes por qué hacerlo, lo importante es que él quiera lo mismo que tú, por qué se casa no tienes por qué matarte pensando.— Dice y suspiro.

— ese es el detalle, me salió con que no se casa amiga.— digo y suspiro agotada.

— ya Pia no pareces tu despierta y disfruta, quieres eres adulta y él también, déjate llevar y si funciona nada más importa.— Dice Sabrina.

— No lo sé mi bruja.— contesto.

— A ver se te olvido quién eres, eres Pía Rossetti y...— comienza Sabrina.

— Siempre consigo lo que quiero.— Digo más segura.

— Esa es mi amibrujis.— Dice y las dos reímos.

— Bueno Amor, hablamos luego.— Le digo a mi loca.

— Está bien mi Amor, más tarde te llamo.— dijo y corte la llamada me fui a acostar, pues, necesitaba recuperar energías.

Una risa y muchos besos me despiertan, abro mis ojos y veo al hombre más guapo de todos sentado a mi lado dándome besos para que despierte.

—. ¡Papito hermoso, volviste.! Te extrañé mucho— Dije y lo abracé muy fuerte.

— y yo a ti princesita, no sabes cuánto te amo, por esto jamás pienso dejarte ir, no podría soportarlo.— Dijo llenándome de besos.

— Hola hermosa como estás yo también te extrañé.— Dice la ya no tan bruja novia de mi papi.

— Hola señora bonita, que bueno que regresaron.— Digo y la abrazo, pues sí hace feliz a mi padre, a mi igual.

Luego bajamos a cenar, sí había dormido más de la cuenta, al bajar estaba Alexander sentado en la mesa y trate de no mirarlo, nos sentamos y empezamos a cenar y a hablar.

— La pasamos muy bien y conseguimos todo para nuestra boda, cierto mi amor.— Dice la señora y mi padre asiente feliz

— Madre, debo hablar contigo sobre algo.— dice Alex y yo sigo comiendo.

— espero y sea sobre la boda hijo, pues, para eso vine.— dice su madre.

— Sí, es sobre la boda mamá.— dice y mi cara se entristece, pero así debe ser, él se debe casar y yo seguir mi vida.

— Madre yo... Ya no quiero casarme con Olivia.— Dice y me ahogo, enseguida mi padre empieza a ayudarme y luego le hago señas con la mano y me calmó.

— Descuida, papi, no fue nada — Le digo a mi papá.

— Como, qué rayos estás diciendo Alexander, como se te ocurre hacer eso a pocos días de la boda.— dice su madre molesta.

— Mamá, tú te vas a casar con Roberto por amor cierto.— Pregunta Alex a su madre.

_ Si mi vida, amo a Roberto con mi alma, pero eso que tiene que ver con que no te cases.— Pregunta su madre confundida.

— Pues verás, ya no siento lo mismo por Olivia y no es justo que me case sin amarla, porque más adelante vendrán las infidelidades madre y sabes bien dé que te hablo.— Le dice y su madre asiente.

— Entiendo mi amor, pero pobre de ella, y cuando le dirás por qué hasta ayer se casarían en un mes.— Dijo su madre preocupada.

— temprano hablé con ella madre y no quiso entender razones, pero su padre oyó y ya se está encargando de cancelar todo.— Dijo Alex y yo me quería morir, me sentía una perra, pero bueno, yo no le dije que no se casara.

La señora se levanta y lo abraza y él a ella.

— Hijo, espero que sepas lo que estás haciendo tú la amabas mucho.— Dijo ella

— Pero ya no madre, ya no la amo.—Dijo Alex y me miró fugazmente.

Me sentía muy mal, yo no quería esto, nunca imaginé que desharía su matrimonio por mi culpa, no tiene lógica, otro en su lugar o me deja pasar o me toma de amante, hay no Pia que hiciste

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