El cascarrabias.

Pía. Enojada, molesta, impotente, así me sentí al oír la conversación de ellos, yo estaba causando problemas, yo molestaba, yo no pedí este maldito cambio, bajé con mis maletas y la señora esa trato de detenerme, pero no preste atención y entre tanto hablar llegó un Adonis hermoso Dios que belleza de hombre.

Alto, guapo, con barba, ojos hermosos color miel, su cabello negro, era un Adonis y esa sonrisa por Dios quedé boba al verlo sin contar sus labios que incitaban a pecar. Se presentó y se llama James Olson es muy lindo

James.

Claro, el idiota de Alexander también estaba chupa, cogí, comí como dice mi amiga Sabrina, estos hombres me iban a enloquecer o yo a ellos quién sabe, el bombón se ofreció a llevarme, pero el idiota se atrevió a decirme a mí, que no me podía ir, mucho igualado él, le dije que quién se creía y me dispuse a salir, pero para mi mala suerte el príncipe de mis ojos estaba entrando y se imaginarán que pasó, no me pude ir primer intento por irme a vivir sola fallido, idiota uno, Pía cero nooo.

— Princesita a dónde vas con esa maleta mi amor.— dijo mi padre acercándose a mí.

— ¡Papito regresaste!, te extrañé un mundo y medio.— dije llenando su cara de besos.

— Si amor yo también y mucho, pero dime ¿a dónde vas, sucedió algo?.— preguntó mi papá preocupado.

— Nada papito es que aquí no estoy cómoda, la señora me ha tratado muy bien, pero no es igual.— le digo y este frunce el ceño.

— Dime mi amor que es lo que cambió, que no entiendo.— Dice papá entrando y cerrando la puerta detrás de él.

— Papito de mi vida, sabes cómo me gusta vestirme para estar en casa, en pijama, en ropa interior, pero aquí no puedo, ya llegó ese hombre que no me acuerdo cómo se llama y no puedo hacerlo más.— le digo haciendo pucheros y veo como el idiota le molestó que no recuerde su nombre aunque mentí el nombre de él si lo recuerdo el de su mami no.

— Mi niña, pero tienes que acostumbrarte, allá estabas sola, aquí no, no quiero que vivas sola mi amor, así que no te vas está claro.— dice y me abraza.

— Está bien papi, por ahora lo está.— este niega con su cabeza y yo lo miro entrecerrando mis ojos, mi padre va a saludar a la señora y se van a su habitación.

— Bueno, ahora subiré mis maletas yo misma, no voy a molestar al chófer después que las bajó.— digo en voz alta, pero el bombón de hace rato se hace presente.

— No, señorita, yo las subo por ti te parece.— Dice y yo sonrío.

— Claro que sí y te quedas un rato hablando conmigo, puedes es que aquí me aburro mucho.— digo haciendo ojitos y sí, me lo quiero comer, pero lo hago por qué al parecer él casca rabias de Alexander le molesta está rojo y no creo que sea por sonrojarse.

El guapo toma las maletas, pero Alexander le quita una y los dos suben conmigo, una vez en el cuarto el chico empezó a hablar conmigo y Alexander no se fue.

— Por qué te querías ir no entiendo.— pregunta el guapo de James.

— Verás, me gusta estar cómoda, si abres esa maleta verás que su setenta porciento son pijamas, me encanta estar en pijamas, pero al señor Alexander le incomoda, por eso me quiero ir para andar como me gusta.— Digo y este ve a Alexander como si estuviera loco.

— Mmm, ya veo, bueno, pero por ahora tendrás que dejarlas para cuando estés en tu cuarto.— dice James y yo me río.

— Eres un genio, eso haré es más ni saldré hasta comeré aquí solo para andar cómoda, por cierto ahora no lo estoy, me voy a poner cómoda y seguimos hablando, te parece.— describir la cara de Alexander, es imposible estaba rojo y hasta sudaba, sus puños estaban apretados, pero ¿por qué le molestaba, a caso tanta rabia me tenía?

— James no te puedes quedar aquí, viniste a trabajar, recuerdas.— Dijo don amarguras y James se disculpó.

— Lo siento bonita, pero él tiene razón, pero otro día te visito, te parece.— Dijo con su maravillosa sonrisa.

— Está bien, ven cuando gustes estaré aquí en mi habitación, cuídate guapo y gracias por traer mi maleta.— Dije y James se retiró primero, Alexander me observó y dijo.

— Yo también traje tu maleta.— dijo y le respondí fría.

— Muchas gracias.— Dije y él se acercó a mí, sé que quería decir o hacer algo, pero se arrepintió y se retiró azotando la puerta, por Dios con qué psicópata bipolar estoy viviendo.

Ese día no volví a salir, mi padre vino a verme y le dije que quería comer en mi habitación, él estaba en desacuerdo, pero como hizo que me quedara no siguió insistiendo...

Así hice por varios días, ya quería que empezara la uni, me aburría mucho, el bombón de James solo pudo venir una sola vez, ya que ha tenido demasiado trabajo, él dice que últimamente sale trabajo hasta de dónde no hay, pero siempre me llama o me escribe.

Después de días de no salir tomo un traje de baño y decido ir a la piscina y para no incomodar, lo estoy haciendo a las once de la noche, salí con un vestido de maya y mi toalla llegué hasta la piscina y me quité el vestido de maya quedando en mi traje de baño de dos piezas color negro, es trenzado y tiene mariposas negras, algo muy yo, me lanzo y empiezo a nadar luego me relajo de espaldas mientras floto con mis ojos cerrados.

Pia traje de baño

Tengo mis ojos cerrados, pero tengo esa sensación de que alguien me observa, abro mis ojos y allí está él. — ¡Hay carajo!.—

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