LA CARPETA VERDE

Unos minutos después Fanny despertó, estaba un poco confundida al verlo a Riki allí sentado.

— Riki— dijo pasándose las manos por los ojos—, ¿a que hora llegaste?.

— Hace unos 20 min— le sonrió tiernamente—, te preparé té— dijo señalando la tasa de té en la mesita.

— ¡Gracias!— respondió ella con una sonrisa tomando la tasa.

— Fanny mírame— dijo en un tono un tanto autoritario, ella levantó la mirada lentamente hasta conectar sus ojos—, Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea ¿verdad?— aseguro, luego señalo el atril— ¿De que se trata esto?.

—Lo sé— sonrió encogiéndose de hombros, trato de restarle importancia—, son vitaminas, me he sentido un poco débil, el endocrino me las indico, no te preocupes.

—¿segura?— Pregunto dubitativo.

—¡Sí!— lo miro a los ojos transmitiendole seguridad—; mejor cambiemos el tema, necesito hablar unas cosas contigo.

—¡Soy todo tuyo, muñeca!— dijo guiñándole un ojo; provocando que ella le sonría.

—¿Robert te comento que me pidió el divorcio?

—Si lo hizo— se tornó serio al recordar la conversación de hace un rato con Rob.

—Se que esto tiene que ver con Ana, es triste por el, ojalá no cometa la locura de casarse con esa mujer en el futuro— dijo en un tono neutro bebiendo un sorbo de té, ¿sabes que ella está engañando a Robert?.

— Lamentablemente, creo que sí, tiene intenciones de proponerle matrimonio— penso por un momento y respondió negando con la cabeza—, no tengo idea de con quién, pero estoy seguro de que lo engaña, no parece mujer de un solo hombre.

—Hace unos meses la vi con Roger, se estaban haciendo una traqueotomía con la lengua— soltó una carcajada disimulada ante su propio comentario—los seguí por curiosidad, entraron al hotel que está en la 5ta.

—¡Roger!— dijo levantando un poco la voz— ¿Tu cuñado?.

—El mismo— le confirmo.

—Eso quiere decir que, por un lado, o por el otro Robert está financiando los cachos que le están poniendo.

— La vida tiende a ser irónica ¿no te parece?— lo miro a los ojos buscando afirmación—, Tanto que me humilló y el karma ya está haciendo de las suyas.

—Sobre eso...

—Rob ya te contó ¿no es así?— lo interrumpió.

—Sí— bajo la cabeza apenado—, de verdad lo siento mucho.

—No te precuperes, eso quedó en el pasado, además tú jamás me has juzgado— estiro la mano tomando la de el dándole un apretaron en señal de agradecimiento—. no lo sabias, pero yo me entere cuando Rob se acosto con aquella mujer en el bar, la noche que uds se reunieron— rio amargamente— ¡ja! Teníamos un mes de novios y ya me estaba engañando, fui una total idiota al perdonarlo en ese momento— volvió a reír con ironía negando con la cabeza—. Ese era mi boleto de salida, tal vez hubiese tenido una oportunidad con alguien mejor, ¡como tú!— dijo y sonrió al ver el evidente desconcierto en su rostro—. Aún recuerdo cuando te vi en la heladería, te veías muy guapo y me caíste bien.

— ¿Recuerdas eso?— dijo tornándose rojo con un brillo de emoción y vergüenza en los ojos—, Siempre pensé que no me recordabas.

— Riki tengo memoria eidética, yo recuerdo todo, además, Marce me contó que fuiste a buscarme el día antes de encontrarnos en aquella cervezada.

—¡Rayos!— dijo tapándose el rostro con ambas manos.

— no tienes por qué sentirte averiguando— dijo tiernamente —, yo te quiero muchísimo ¿lo sabes?— pregunto mirándole con aquellos ojos que lo habían enamorado hace tantos años.

— Yo te quiero muchísimo más chiquilla— le respondió con voz entrecortada por la emoción.

Él le tomo la mano dándole un apretón igual que lo hizo ella antes, pero Fanny lo halo para que me sentara a su lado, luego se acurrucó en su pecho y dijo con tristeza.

— Es una lástima que no podamos devolver el tiempo— el le dio un beso en la frente y acaricio su cabello disfrutando de la cercanía, permanecieron asi por unos minutos.

— Riki.

— Dime— dijo apretándola para que no se apartará de su abrazo.

— El seguro social no sirve de mucho y el seguro privado con el que contamos los niños y yo es el de la empresa donde trabaja Robert— hablo rápido sin levantar la mirada para que el no viera la mentira en sus ojos—, necesito tomar precauciones, no se que valla a pasar con el divorcio; está mañana estuve haciendo los trámites para sacar un seguro privado, opte por la cobertura de salud e incorpore un seguro de vida— hizo una pausa para asegurarse de que el le estaba entendiendo—. En caso de que me pase algo, para recibir el dinero del seguro, los niños deben tener un tutor legal y no confío en Robert, tampoco en su familia, ni en la mía, sacándolos a todos solo me quedan Marcela y tu.

— Tus hijos son como mis hijos— dijo el tomándola de la barbilla para verla los ojos—, soy su padrino y ni siquiera tienes que pedirlo; yo me haría responsable de ellos en caso de que llegues a faltar, pero eso no va a pasar, aún te quedan muchos años por vivir— dijo mientras la abrazaba de nuevo.

—¿Estarías dispuesto a firmar si pongo eso por escrito?— se levantó poniendo la barbilla en el pecho de el, viéndolo a los ojos—, me refiero a hacer un poder para que te quedes con la custodia si algo me pasa— aclaro—. Creo que deberías consultarlo con Shara primero.

—Chiquilla Shara adora a los niños, al igual que a ti; nosotros por obvias razones no podemos tener hijos y los niños serían una bendición en nuestra casa, yo firmo los papeles que quieras, quédate tranquila, no te va a pasar nada. ¿Ok?— dijo transmitiéndole toda la serenidad que pudo, mientras la miraba a los ojos.

— ¡Gracias!— dijo sonriéndole con ternura—, Si no es mucho abuso, mañana debo llevar a los niños a que se hagan los exámenes que pide el seguro, voy a necesitar refuerzos con los terremotos ¿nos acompañas?— pidió haciendo un puchero, gesto que lo hizo soltar una carcajada.

—¡Por supuesto! Aquí estaré temprano. — dijo con una enorme sonrisa, quitándole un mechón del rostro.

—¡¡Gracias, guapo!!— le dio un beso en la mejilla y lo volvió a abrazar, Riki no cabía en si mismo, se sentía dichoso al estar tan cerca de la mujer que a amado durante tantos años en silencio.

Luego de estar un rato abrazados, ella se quedó dormida, recostada en su pecho, Riki se sentía eufórico, «¡joder! ¡Adoro a esta mujer!» pensó observándola dormir, estaba en un sueño embobado con ella en sus brazos, hasta que vio la carpeta verde en la mesita y recordó a Robert.

Acomodo a Fanny en el sofá con cuidado de no despertarla, le desconecto la vía que ya habia terminado de pasar, tomo la carpeta y salio sintiendo un vacío en el pecho al tener que dejarla.

Este día había sido una montaña rusa de emociones para el, llego a la oficina de Robert con las carpetas, penso que era una, pero en el camino se dio cuenta de que traía dos, concluyó que tal vez tomo una de más. Se las entrego a Rob, el le dijo que era una sola, riki lo vio revisar la primera, Rob asintió en señal de que era la que necesitaba, luego abrio la otra y arrugo las cejas mientras leía y dijo:

— Esta tiene el nombre de fanny, deben ser cosas de ella.

—¡Quizás la tomé por error!— dijo sin prestarle mucha atención—, Dámela, sé la devuelvo cuando lleve a los enanos.

— Ja, el transporte escolar tiene servicio completo— se burlo levantando las cejas, mientras le pasaba la carpeta.

— También trabajo los fines de semana y feriados jajaja

Riki se despidió, no sin antes advertirle a Rob que no lastimara más a Fanny, le pidió que pensara bien lo que va a hacer.

Robert se quedó pensativo en su oficina después de que Riki saliera, recordo la conversación inconclusa que tuvieron por la mañana, jamás había visto a su amigo tan alterado y que llegara hasta el punto de gritarle que ama a Fanny, junto con la determinación que vio en sus ojos, era aún más extraño, algo le decía que no hablaba de ella precisamente como amiga. Se hizo una nota mental para aclarar este tema con el en el futuro, por ahora era mejor concentrarse en su trabajo; tomo los papeles que le trajo Riki para la reunión, por un momento recordo la segunda carpeta que le dió Riki, era extraño que el informe fuese expedido desde la clínica oncológica, rápidamente descarto el pensamiento, se hizo a la idea de que tal vez se trataba de una treta de Fanny para evitar el divorcio, en este momento el está seguro de que ama a su pequeña y es con ella con quién lo quiere todo, menos hijos, eso si que no, nunca quiso ser padre y no se arriesgaría a tener más hijos, el mismo se encargó hace años de eliminar esa posibilidad.

Pensando en Ana noto que desde la noche anterior no sabía nada de ella, por la mañana fue a buscarla a casa de María Jose, le dijeron que se fue temprano a la universidad y que había olvidado el cargador del teléfono, por eso no caían sus llamadas; por la noche tenía un partido con el equipo de su familia, quería que ella lo acompañara, siempre se alegra al verla en las gradas y dedicarle sus goles, aunque Roger (su hemamo menor) también se los dedica, Robert ya le advirtió en mas de una ocasión que respete, pues es su cuñada, Roger se defendió asegurando que la ve como a una hermanita.

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