Viaje de negocios.

Ya en la mansión se dispuso a beber como si no lo hubiera hecho en mucho tiempo, siendo las 11 de la noche salió la oficina para buscar un poco de agua sentí que le ardía la garganta.

Se llevó la sorpresa de que Isabel se encontraba asaltando el enfriador.

- Ayyy.

- Cálmate soy yo, tu hermano el más guapo.

- Ja ja ja, loco los dos son re-guapos.

- Mientes, soy el más guapo.

- OK, digamos que sí... Oye no le digas a mi esposo queme acabas de encontrar comiendo helado.

- Cálmate Isabel de mi boca no saldrá ni una sola palabra además Erick se muere por ti puede verte igual rodando y aun así seguiría babeado por ti.

- ja ja, de hecho que haces aquí deberías estar en casa con tu esposa.

Su cara cambió rotundamente.

- Ni me recuerdes eso, por algo estoy aquí espero que ya se largue además es una niña de papi y mami no den saber hacer nada, mínimo jamás en su vida habrá lavado ni sus tangas.

- Ja ja Daniel... Ja ja.

- Que te causa risa.

- Tantos ejemplos que pudiste utilizar preferiste hablar de sus tangas, hubieras mencionado que no sabe fritar un huevo pero sus tangas te tiene loco mi cuñadita.

-¿Cuñadita?.

- Sin importar como llego a la familia es cuñada, trata de cambiar un poco piensa que ella también la está pasando mal ahora se encuentra en un país nuevo y totalmente diferente a sus culturas le será muy difícil.

- Difícil para mí, tendré que convivir con ella.

Estuvieron hablando por más de una hora Hasta que el señor Lorenzo llegó como loco buscándolo se imaginó que se encontraba ahí no sería tan tonto para haberse quedado en la casa en compañía de su esposa, necesitaban solucionar un error que se había cometido en una de sus compañías.

- Daniel te he buscado, porque no contestas las llamadas.

Era muy común que el señor Lorenzo lo llamara bien tarde, todos en esa casa eran aficionados al trabajo estaban disponibles a cualquier hora del día o de la noche.

- ¿Que pasa papá?.

- Tenemos problemas en la sucursal de Berlín.

- OK, yo voy a solucionarlo.

- No creo que regreses pronto.

- Para mi mejor.

El recuerdo de Luisa en el apartamento lo mortificaba y tener a Mia en ella era peor, durante el vuelo se le ocurrió que lo ideal era comprar una casa ya era momento necesitaba espacio a querido conseguir un perro, por causa delas alergias de Luisa no lo hizo pero ya no había quien lo frenará y si Mia no le gustaba el perro la que se tendría que ir seria ella.

- OK, déjanos una copia del apartamento para estar pendiente de Mia puede llegar a necesitar ayuda.

- Sí.

Saco la llave de Luisa había utilizado para entregársela a su padre pero antes de recibirla Isabel les ganó.

- Gracias, que Descansen guapos.

Solo reían Isabel ya tenía claro que ella sería la que se encargaria de visitarla, para el señor Lorenzo era mejor por motivos de negocios no le queda tiempo ni para dormir.

- Nos vemos a las 5 para revisar los documentos de llevar.

Hace poco habían iniciado aquella empresa donde varias modelos se morían por Daniel, aún surgia el rumor de ser un casanova ninguna persona en la empresa había tenido el lujo de conocerlo siempre se presentaba el señor Lorenzo o Raul pero esta vez sería diferente.

Llego a su apartamento para descansar unas cuantas horas, ya en la dala se le hizo muy extraño no escuchar ni ver a Mia creía que se había librado de ella.

- Por fin se fue.

Pero su dicha no duró demasiado a dos habitaciones cerca de la suya escuchó el ruido del agua caer, Mia se encontraba en la ducha ni se había percatado que tenía compañía.

- No puede ser.

Se quedó en silencio como si fuera un acosador que espera que su víctima salga, su entrepierna se asomó con solo recordar lo que había pasado días atrás, sus gemidos se repetían en su cabeza, al percatarse que estaba a punto de salir de la ducha salió rápido de la habitación.

Necesitaba decirle que tendría visitas algunas veces que se portara bien con ellos pero su cuerpo primero necesita una ducha frío para calmar sus impulsos.

- Daniel me odia, no sé que voy a hacer ahora…

Mia trataba de pensar que era lo mejor ahora que estaba en casa de su esposo, le había dejado claro que no la ayudaría económicamente tendría que buscar un trabajo por suerte siempre le intereso las finanzas logrando que su padre le permitiera tomar unos cursos serían de gran ayuda en ese país.

- Mia.

Se puso tiesa no creía que Daniel le fuera a hablar nuevamente, Mínimo la iba a hechar.

Mientras lo escuchaba observaba el reloj, no sabía que se había hecho tan tarde se la pasó de curiosa que el tiempo se le fue.

- No necesitas abrir, es para avisarte que a las 5 me voy de viaje no se cuando vuelva y que sepas que alguno de los de mi familia vendrán a verte pórtate bien con ellos no quiero problemas.

Se sentía mejor al no tenerla de frente.

- OK. Que te vaya bien.

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