Unidas por una Misión.

Valentina sabía que entre ese par no existía amor porque hace poco Daniel había estado saliendo con Luisa, primero iba a averiguar que había pasado entre ellos en aquellos planes estaba convertirse en amiga de Luisa.

No era momento de pensar que esa mujer estuvo con el hombre que ama, le mentiría diciendo que la ayudaría para así sacar 2 pájaros de un tiro.

Daniel en la sala de baile se encontraba pidiéndole disculpa a Mia.

- Lamento todo lo que acaba de pasar.

- No te preocupes, son cosas que no puedes evitar.

- Claro que si, por andar peleando no te he dado el lugar que mereces.

- Bueno por ese lado tienes razón, pero no vamos a vivir en el pasado. Por cierto mañana tenemos una reunión con un hombre que viene de Rusia la verdad no recuerdo el nombre.

- OK, vamos a disfrutar el trabajo será luego.

Se tomaron de mano sin entender por qué querían sostenerse, sus corazones latieron sin parar llegando al límite de acortarles la respiración.

Daniel se puede percatar de los ojos de mía que escondían algo pero no era que le causara miedo ni repudio si uno sino una sensación de tranquilidad como pidiendo a gritos que no se separara.

-Gracias a todos por estar el día de hoy con nosotros.... A mi adorada esposa Mia por formar parte de nosotros, les agradezco que la traten como lo que es Mi esposa.

Sostuvo la mano de Mia todo el tiempo.

- Como dice mi esposo les agradecemos su compañía, esperamos que les vaya bien y poder volvernos a reunir en otro momento.

En el fondo del salón Raúl gritó.

- Si, cuando venga de camino el Primogénito ...

No pudieron evitar las emociones en el salón, por parte de Mia y Daniel no podían mirarse a los ojos se sentían apenados.

- Gracias a todos.

El Señor Lorenzo tuvo que intervenir para que no notarán lo nerviosa que se encontraba Mia.

- Gracias.

Las pequeñas llegaron a abrazar a su tía, haciendo que Daniel se preguntara que causaba esa mujer en todos, dejándolos impactados con su manera de ser pero la única manera de conocerla era estando a su lado.

- Vamos.

- Si, por cierto ¿y con la chica que llegaste tienes algo?.

Pregunto con nervios creyendo que la podría embarrar.

- Que te digo.

- La verdad, somos conocidos que se casaron.

- Vamos a casa y ahí hablamos mejor a solas.

Dijo todo con las miradas fijas de sus familiares.

- OK, Chao mis amores.

- Tía, mañana podemos ir a comer... Siii.

- Mis niñas mañana no puedo, tengo la agenda algo apretada porque no la dejamos para otro día voy a sacar tiempo.

- Si Luna recuerda que ahora la tía está ocupada tanto como el tío, pero ella si saca tiempo para nosotras.

Daniel sintió que se le partía el corazón, no pensaba que sus sobrinas creyeran que no son importante para él.