Prueba de virginidad.

Los dos días Se pasaron en un abrir y cerrar de ojos Daniel y mías se encontraban al frente del padre aquel que no sabían de dónde había salido de un momento para otro pero aquella ceremonia se iba a llevar a cabo.

- Porque cambiaste el vestido.

- Tengo mis contactos Pa, sabes que no iba a vestir de blanco.

Lo decía con una sonrisa en sus labios, cuando su padre salió de la mansión llevaba un vestido blanco con pelo blanco pero ahora que había llegado en el carruaje su vestido era negro cosa que le reputaba y peleaba antes de entrar a la iglesia pero no tenía más opción era momento de continuar con la boda.

En el instante en que el padre preguntó que si se encontraban ahí por voluntad propia y no por fuerza mayor juntos en su mente dijeron No pero sus labios dijeron lo contrario.

Prosiguieron con la ceremonia llegando al cabo del baile ahí Daniel no paraba de llenar su vaso de whisky, tenía rabia de estar fingiendo que estaba feliz con aquella boda por suerte mía con aquel velo podía poner la cara que quisiera nadie se daría cuenta ni siquiera él.

al cabo de unos 2 minutos un hombre se le acercó para decirle que en un rato pasaba por él para llevarla al lugar donde se encontraba mía Ya llevaba rato que no la miraba para él era lo mejor, a lo lejos miro pasar a su hermana Isabel fue a seguirla necesitaba hablar con Alguien, Raúl se había perdido con su novia.

- ¿Qué tienes preciosa?.

- Nada, solo me quiero ir.

- Lo mismo me pasa me acabaron de llamar para que ahora asista a un lugar.

- A mí me dijeron lo mismo pero no quise.

- ¿También?.

- Si Pobre Mia.

- te volviste loca hermana Cómo que pobre mía no te das cuenta por lo que estoy pasando ahora no puedo ser feliz con la mujer que amo y ahora estoy obligado a estar con esta mujer.

- Daniel en este momento no quisiera ser Mia sé que se equivocó pero debes de entender que para ella no es nada fácil lo que está haciendo ahora.

- Yo soy el más perjudicado.

- Daniel en este momento Mia se encuentra en una habitación con un montón de mujeres que le están quitando las prendas, para luego mirar si ella es virgen.

- Pero no lo es, mínimo Mauricio no dijo nada quiere que ella se las arregle por si sola.

- Si, todas esas mujeres están ahí esperando a que tú vayas y estés con ella y le entregues las sábanas manchadas de sangre, siendo señal de que es una mujer pura, sé que no hizo bien las cosas pero si yo fuera ella hubiera hecho lo mismo no sé qué hubiera sucedido si me hubieran obligado a casarme con alguien que no quiero. Prométeme que solo esta noche no la ofenderas con solo pensar en mis hijas se me revuelve el alma qué tal que lo que le está sucediendo A ella le tuviera que pasar a mis hijas.

- Diablos...

El joven que minutos antes había hablado con él se encontraba ahí para decirle que lo siguiera que era momento, maldiciendo se alejó de su hermana para encontrarse una habitación rodeada de varias mujeres una de ellas tenía en sus manos el vestido de Mia.

- Siga, pero deja esa copa no puede entrar nada a la habitación.

Entró a la habitación encontrándose con Mia observando por la ventana, estaba completamente desnuda bueno casi porque aquel velo aún adornaba su cuerpo aquellas culpas hicieron que su mente recordara un poco de la noche que comenzó su infierno, para romper el hielo no pudo evitar ser brusco con ella.

- Estás pensando en tirarte y dejarme viudo.

con una sonrisa se alejó de la ventana, haciendo que Daniel se percatara que aquella mujer dura había estado llorando el velo se había pegado a sus mejillas.

- No, me imaginabas qué tanto puedes pesar para lanzarte por la ventana con facilidad te pones borracho.

Quería seguir peleando Pero había otra manera de hacerla sentir peor Así que le recordó sobre las sábanas.

-¿Que vas a hacer?.

- Les daré lo que quieren.

- porque por más que quisieras que pasáramos nuevamente en la noche aquellas sábanas no se llenarán nuevamente de sangre, y por lo que me di cuenta no dejan pasar nada a la habitación que provoque que te puedas cortar.

- Ni loca volvería a estar contigo, eres un error que volvería a dejar que mi cuerpo cometa.

- Pero que bien lo disfrutabas.

- Quien dijo eso, solo te utilice.

- Estas sin escapatoria.

- No, tengo mis mañas.

Tomó el anillo que portaba y quitando el pequeño dijen de estrella se la entrerron en la mano haciendo que la sangre fluyeron camino rápido hasta la cama para tomar las sábanas blancas.

Puso su mano sobre su muslo dejando seña de sangre, tomó las sábanas sobre su cuerpo marchándolas.

- Toma y recupera mi vestido, por más que quieras seguir mirándome yo no lo deseo.

Salió del trance en el que se encontraba no le dio tiempo de reaccionar cogió la sábana de Mia le había lanzado a sus pies, de manera brusca abrió la puerta para entregarlas.

- entreguenme el vestido y larguen ya.

Parecía una bestia las mujeres se dieron prisa para desocupar el pasillo ya tenían lo que querían.

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