Europa.

Luego de que mía recibió el vestido se dirigió al baño no quería estar en la misma habitación con ese hombre era Claro que en ese momento era su esposo pero para ella era un hombre totalmente extraño Aquel que había arrastrado su vida de una manera muy loca y sin duda alguna le tocaba asimilar la vida que iba a llevar pues su padre había dejado muy claro de que no había manera de que ese matrimonio se rompiera antes de que él falleciera, era una de las cláusulas más pequeñas pues no se podían separar en Europa a menos de que él ya no tuviera vida en ese momento podrían tomar la decisión que quisiera.

- Mia vamos.

- Voy.

Daniel ya quería salir de esa mansión, se había casado con una persona que no ama y peor aún engañó a la persona que tanto quería de un día para otro no podía olvidar a las personas que amas y eso le pasaba a él, si estaba dolido por lo que le hizo pero su corazón aún sentía cosas por ella.

- Que les vaya bien, recuerda Daniel ahora Mia es tu problema.

Ella no pude creer las palabras de su padre, en pocas palabras le había mandado la boca del lobo y a él no le importaba nada, de hecho se encontraba feliz porque ahora ella sería el problema de alguien más.

- Si señor.

No pude evitar mirarla mal ahora aparte de que casi le arruina su vida tenía que soportar estar con ella a cada instante, pero no se le iba a poner fácil si creía que había pasado un mundo Rosa estaba muy equivocada le iba a hacer que ahora ella sea su esposa y no la persona que él quería.

Mia no dijo ni una sola palabra durante el camino el señor Lorenzo y sus hijos tomaron el vuelo en compañía de ellos, todos tomaron su asiento indicado pero Mia no quería tomar el lugar que le correspondía tenía que hacerse al lado de Daniel.

Observó el avión y se ubicó en la silla más lejana de todos ellos Ahí se quedó en silencio durante las 24 horas de viaje, al llegar a su destino Isabel de forma muy Cortés la levantó indicándole que ya habían llegado al Reino Unido.

- Ve mi hermano no tiene las cualidades de paciencia.

- Gracias Isabel.

Después de todo por fin Alguien había sido Cortés con ella, y no la había mirado como una simple basura o aquella mujer fea de la que todos se burlaban.

Camino hasta donde se encontraba Daniel estaba a punto de decir algo hasta que él salió del avión entendió que no era momento de hablar miró que él alargaba sus pasos y decidió casi salir corriendo estaba en un país que no conocía y no podía darse el lujo de hacer alguna pataleta, afuera del avión se encontraban varios carros esperándolos.

Camino hasta el auto que iba a conducir Daniel se subió rápidamente sabía que si refutaba y trataba de quedarse más tiempo él era capaz de dejarla ahí botada.

Salieron del aeropuerto, de camino contemplaba la belleza de la noche pues la compañía que tenía de piloto no daba tranquilidad tenía cara de póker y dispuesto a matar a cualquiera, lo ideal era observar la noche y las estrellas.

Llegaron a un edificio que contenía varias plantas Daniel se encontró ubicada en la planta 8, entró en silencio con su maleta detrás de él, se quedó mirando lo bello que se encontraba el apartamento. Daniel solo le importaba llegar a su alcoba Allí se percató que las cosas de Luisa no se encontraba y aquella llave que ella utilizó por dos años para vivir con él se encontraba en la mesita de noche dando a entender que no le importaba nada a su lado.

En el baño aún quedaban cosas, regreso a la sala donde estaba Mia maravillada por el cambio de las cosas.

- Ahora tienes que mirar que vas a hacer con tu vida ni pienses que te voy a mantener, puedes dormir en cualquier habitación menos la mía.

No le dio tiempo de responder salió del lugar como un rayo de luz dirigiendose directamente a la mansión familiar quería beber tranquilo.

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