El Retrato...

EL RETRATO.

Meses después en la ciudad de México  Silvia y Nayeli llegaban de un día de compras, aquel día no había sido muy bueno para Nayeli, todos se habían olvidado de su cumpleaños hasta su madre lo había olvidado…

NAYELI.- ¿Dónde están todos, porque esta todo ha pagado? ¡Juanita…!

SILVIA.- ¿Y la niña?

NAYELI.- ¡No se Juanita se quedo con ella…! ¡Juanita…!

En ese instante las luces se encendieron al mismo tiempo que el mariachi tocaba las mañanitas, Alejandro traía a la niña en sus brazos se acercó a ella con una rosa blanca…

ALEJANDRO.- ¡Feliz cumpleaños mi amor…!

ALEXANDRA.- ¡Mami…!

NEYELI.- ¡Hay mi vida…! ¡Mi amor…!

ALEJANDRO.-  ¿Creíste que esta vez se me había olvidado verdad?

NAYELI.- ¡Si pensé que a todos se les había olvidado mi cumpleaños!

ALEJANDRO.- ¡Jamás… jamás mi amor nunca, te amo tanto…! Ven… Caminaron hasta la chimenea…

NAYELI.-  ¿Qué es?

ALEJANDRO.- ¡Descúbrelo… anda…!

Nayeli tiro de un cordón y la cortina cayó al suelo todos que darán maravillados por la pintura era un retrato al oleó de ella.

NAYELI.- ¡Alejandro mi amor… es bellísimo…!

SILVIA.- ¡Te vez hermosa! ¡Hija! es excelente…

ALEJANDRO.- ¡Y eso no es todo…!

NAYELI.- ¿No…?

ALEJANDRO.- ¡Voltea mira quien está aquí!

NAYELI.- ¡Ha…! Dessireé que sorpresa…

DESSIREÉ.- ¡Amiga  felicidades…! Se dieron un abrazo, Giovanni también le dio un a brazo…

GIOVANNI.- ¡Muchas felicidades!

NAYELI.- ¡Gracias…! Qué bueno que están aquí…

DESSIREÉ.- Vamos a estar una temporada por aquí…

ALEJANDRO.- Vaya hasta que te decidiste tomar unas buenas vacaciones

GIOVANNI.- Bueno la verdad es que también estamos aquí por negocios…

DESSIREÉ.- Si y tengo una noticia que darles…

NAYELI.- ¿Y qué es?

DESSIREÉ.- ¡Estoy embarazada! Por fin Dios se apiado de mi voy hacer mamá…

No era Dios el que se había apiadado de ella, era que lo había agarrado medio tomado ella estaba molesta al sentirse no solo frustrada, porque no tenía sexo, no tenia realmente el amor de ese hombre que se desvivía por otro en una doble vida, ella amenazo con irse y el al ver que su pantalla se iría la beso, le hizo el amor pensando en el hombre que el amaba para poder mantener su erección, y así fue como ella se embarazo.

ALEJANDRO.- ¡Hombre que gusto…!

GIVAANNI.- ¡Pues si por fin Dios nos bendice con un hijo….!

SILVIAN.- ¡Que gusto me da por ustedes ya le hacía falta…!

NAYELI.- ¡Dios mío…! ¿Qué cosas  no…?

DESSIREÉ.- ¿Por qué lo dices…?

NAYELI.- ¡Bueno es que yo también estoy embarazada…!

DESSIREÉ.- ¡No te lo creo!

ALEJANDRO.- ¿Cómo dices…?

NAYELI.- ¡Que vas hacer papá otra vez amor…!

Alejandro bajo a Alexandra quien corrió a los brazos de su abuela, él  abrazo a su mujer la beso. La abrazo no podía creer en tanta dicha, claro está que toda esa dicha estaría por volverse llanto.

              ALEJANDRO.- ¡Soy el hombre más feliz de este mundo…! ¡Quiero muchos hijos más amor quiero llenar esta casa de hijos…!

NAYELI.- ¡No se amor tal vez no vuelva a darte hijos…! ¡Amor… que tal si un día quiero regresar como modelo…!

ALEJANDRO.- ¡No te lo voy a prohibir… te lo juro!  Pero… ¡quiero una docena de hijos! ¡ Soy el hombre más dichoso de este ¡

NAYELI.- ¡Estás loco…! Pero no te preocupes ¡jamás volveré a pisar una pasarela…!

DESSIREÉ. – Bueno no precisamente en pasarela, en algún comercial… o como actriz…

NAYELI. – ¡No ya no tengo tiempo…! ¡Debo disfrutarlo más que pueda a mis hijos!

SILVIA.- ¡Que malvada eres hija…! Ni a mí me habías dicho de tu embarazo…

La mesa estaba servida, para después partir de aquel apetitoso pastel  y mientras ellas tomaban café y pastel ellos en el estudio, con brandy y puros…

ALEJANDRO.- ¿Y qué negocios tienes en México?

GIOVANNI.- Has escuchado hablar de la cadena hotelera La Quinta.

ALEJANDRO.- ¡Por supuesto he sabido por conocidos que Verastegui está muy enfermo!

GIOVANNI.- Así es tiene cáncer terminal, alguna vez me lo presentaron en París y conocí a su esposa una fichita dicen… pero los rumores decían que tuvo un hijo con una de las sirvientas…

ALEJANDRO.- Si tiene una muy mala reputación la señora siempre se dijo que estaba con el por su dinero. Eso del niño no lo sabía…

GIOVANNI.- Ya no debe ser un niño, es un jovencito, según anda en las filas del negro, De hecho… pues con seguí una cita con él para ver si me vende La Quinta… es una gran inversión y la hizo crecer mucho pero con su enfermedad ahora que la herede su mujer se va ir a quiebra… porque no creo que ella sepa de negocios si todo  lo que sabe es hacer es gastar dinero.

ALEJANDRO.- ¿Y no reconoció a ese hijo, sus otros hijos?

GIOVANNI.- Me parece que son dos un hombrecito y una niña no se que vaya hacer de esos pobres, quien se ocupa de ellos es la nana.

ALEJANDRO.- Si que es una pena, pobre hombre y más si su madre no se ocupa de ellos, cuando la mujer herede todo supongo seguirán a cargo de la nana.

GIOVANNI.- ¡Mujeres que horror!

ALEJANDRO.- ¿Problemas? Como puedes decir eso cuando tienes una mujer bellísima a tú lado y va a darte un hijo…

GIOVANNI.- ¿Somos amigos verdad?

ALEJANDRO.- ¡Por supuesto! ¿Qué pasa?

GIOVANNI.- ¡Soy homosexual!

ALEJANDRO.- ¿Qué?

GIOVANNI.- ¡Me gustan los hombres y no sé cuánto tiempo más vaya a estar con Dessireé, estoy enamorado de otro!

ALEJANDRO.- ¿Y entonces porque te casaste con ella? ¿Por qué la embarazaste?

GIOVANNI.- Tenia que aparentar la presión de mis padres y Aun que no lo creas la quiero, va hacer la madre de mi hijo, es algo con lo que no pedí ser… renegué muchos años con mi condición, yo no quería ser así… en fin eso ya no cuenta.  No quiero hacerle daño ni a ella ni a mi hijo. Pero no puedo cambiar ya lo intente miles de veces lo único que he hecho es engañar a todos, porque no puedo hacerlo conmigo mismo.

ALEJANDRO.- ¡Dios!

GIOVANNI.- ¿Te doy asco?

ALEJANDRO.- ¡No…! No es eso, es que no puedes seguir con esta farsa, necesitas decirle a Dessireé, yo no te juzgo pero sigo sin entender por qué utilizaste a tu mujer.

GIOVANNI.- No fue con esa intención, lo juro fue la desesperación, la presión de mis padres sobre todo de mi padre,   la escogí porque es una mujer maravillosa una mujer que estaba por mí, y no por mi dinero.

ALEJANDRO.- Es por eso, que no habían tenido hijos ¿verdad?

GIOAVANNI.- ¡Si me era difícil tocarla! … y ahora no se qué clase padre voy hacer, ¿Con que cara voy a verlo a los ojos? si soy un…

ALEJANDRO.- ¡No lo digas! Eres un gran hombre Giovanni, trato de entenderte pero no sé cómo, lo único que se me ocurre es que tienes  que decirle la verdad a ella.

GIOVANNI.- ¡Gracias Alejandro! Gracias por no juzgarme a veces siento, que me asfixio es tan pesado a veces cargar con esto que nadie entiende.

ALEJANDRO.- Me imagino, solo quiero que sepas que pase lo que pase siempre voy hacer tu amigo.

Alejandro extendió la mano, Giovanni la tomo,  en símbolo de amistad le dio un abrazo. Para Giovanni fue un gran desahogo, fue quitarse un poco aquella carga moral tan pesada.

GIOVANNI.- Se que tengo que hablar con ella, lo más pronto posible necesito estar solo, necesito pensar, ¿Te importaría si Dessireé pasa aquí la noche con ustedes?

ALEJANDRO.- Claro que no, esta es su casa de hecho aun sigo sin entender porque se hospedaron en un hotel y no aquí habiendo tanto espacio.

GIOVANNI.-  Si lo sé y te lo agradezco solo que también fue con toda intención de hospedarnos en La Quinta y sé que será un gran negocio si Verastegui acepta mi propuesta.

ALEJANDRO.- Solo por eso los disculpo y ya sabes si necesitas que te ayuden hablar con Dessireé puedo hacerlo…

GIOVANNI.- Es algo que tengo que enfrentar yo solo.

Salieron del despacho, fueron hacia donde estaban las mujeres, Giovanni sé acerco a su mujer le susurro al oído después se dirigió a Alejandro y Nayeli, les dio las gracias por dejar que pasara la noche Dessireé se despido de Nayeli dándole un beso en la mejilla. Nayeli instalo Dessireé a una de las habitaciones…

NAYELI.- ¿Estás bien?  Te noto rara…

DESSIREÉ.- ¡Hay amiga…! Ya no sé qué hacer, cada vez estamos más distanciados, no tienes idea como me costó embarazarme, y siento que fue porque lo amenace con dejarlo…

NAYELI.- ¿No has hablado con él?

DESSIREÉ.- ¡No… tengo miedo de hacerlo…! ¡mi abuela decía él que busca encuentra…! y yo tengo miedo de encontrar… me moriría de pena, de  tristeza…

NAYELI.- ¿Por qué lo dices? ¿De qué sospechas? Que tiene una amante…

DESSIREÉ.- ¡No es fácil decirlo…!

NAYELI.- ¡Si tiene otra mujer enfréntala! hazle saber que no piensas dejarlo ir, que es el padre de tu hijo  que no va a poder competir contigo.

DESSIREÉ.- ¡Hay amiga soy yo la que no puede competir! casi ni me toca, aunque debo decir que cuando lo hacemos es maravilloso, pero es resultado de un chantaje.

NAYELI.- ¡No te entiendo! ¿Cómo es que no puedes competir?

DESSIREÉ.- ¡Creo que  a él… le… gustan los hombres…y!

NAYELI.- ¡Es muy grave lo que dices…! ¡Tal vez solo es un mal entendido!

DESSIREÉ.- ¡No encuentro otra razón para que el no me toque! ¡Mírame soy una mujer hermosa! ¿O no? 

NAYELI.- ¡Por supuesto que eres una mujer  hermosa! Pero no puedes dar por hecho tus suposiciones porque no lo hablas  con el ¿O le sabes algo?

DESSIREÉ.- ¡No…! Como crees que voy hablarlo con él, que le voy a decir ¿Giovanni amor te gustan los hombres…? no  podría…

NAYELI.- ¡Imagino que no es fácil y menos de esa forma tan directa!  Pero… debes de enfrentar esta situación, no solo por ti si no por tu bebé…

DESSIREÉ.- ¡No se… a hora estoy feliz por mi embarazo! no quiero pensar en eso porque no sé si podría enfrentar la verdad…

NAYELI.- ¡Como quieras! pero sea cual sea la decisión que tomes tu sabes que cuentas conmigo para lo quesea…

DESSIREÉ.- ¡Lo sé   yo haría lo que fuera por ti  lo que sea…!

Se dieron un fuerte  abrazo,  después de dejarla instalada en la habitación fue con Alejandro  fue una noche tranquila, a la mañana siguiente Giovanni los alcanzo en el desayuno se veía feliz claro su aventura con aquel tipo había sido inolvidable de ahí el llevaría a Dessireé a ver la casa que le compraría era una forma de lavar el remordimiento una forma de contentarla diciéndole que vivirían en México por una temporada.  Lamentablemente para Giovanni, no pudo concretar la cita con el dueño de la Quinta ya que el había fallecido y su esposa no tenía ningún poder para llevar  a cabo esa venta, al final, ella se había quedado en la calle, la albacea de la fortuna de Los herederos de Verastegui era nada más ni menos que la Inés la nana de Diego Verastegui único heredero al morir su hermana.

 

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