El Anillo...

EL  ANILLO.

En la mansión Sanmillán, Nayeli se encuentra en la sala esperando la llegada de su maridito, con la cola entre las patas como vulgarmente dicen, las luces estaban a media luz. Cuando el llego no se percato, que ahí estaba ella, en cuanto lo vio pasar con paso apresurado le grito él iba subiendo las escaleras, regreso hasta donde ella se encontraba.

NAYELI.- ¡Alejandro…!

ALEJANDRO.- Dime… ¿Necesitas algo?

NAYELI.- ¡Necesitemos hablar!

ALEJANDRO.- ¡Voy a ver mi niña…!

NAYELI.- ¡Le pedí a mi madre que se la llevara por esta noche…!

ALEJANDRO. - ¡Con permiso buenas noches!

NAYELI.- ¡Te amo más que a nada…! No quiero perderte,  ¡daría mi vida por ti y por mi hija moriría con gusto por ustedes…! 

Alejandro se acerco a ella, ese amor era verdadero y autentico he de reconocerlo, pero ese amor estaba sentenciado, y no iba a detenerme, si no era mío no sería de nadie.

ALEJANDRO.- ¡No… no… digas eso…! Eres el amor de mi vida perdóname por no haberte hablado con la verdad desde un principio, ¡Juro por Dios que jamás voy a callarme nada!  en la mañana fui a buscarla,  la puse en su lugar, le dije que no la quiero cerca de nosotros…

NAYELI.- También fui a buscarla y la puse en su lugar, le pedí lo mismo, pero ya no hablemos de ella… solo quiero que me perdones, que me beses y me hagas el amor…

El la beso la cargo entre sus brazos  subieron a su habitación. A comerse a besos hacer el amor casi durante toda la noche. A la mañana siguiente tome un vuelo en primera clase hacia París con el tiempo, con el incremento de las ventas de Velarde´s y de ser la Reina, me daría el prestigio y el poder para tener mi propio avión.

Después de un poco mas de 18 horas de vuelo y de instalarme en el hotel Crillon, ubicado en la Plaza de la Concordia,  una de las zonas más prestigiosas de París, a minutos de los Campos Elíseos, cerca de las exclusivas casas de modas.  Le llame a Armando, me llevo a cenar, a La Tour d’Argent un restaurante fundado en 1582 en el muelle de la Tournelle después de aquella cena deliciosa,  le pedí a Armando me llevara de regreso al Crillon  en la puerta de mi habitación. Me tomo de la cintura me jalo suavemente hacia él me beso  respondí al beso lo tome de la solapa y lo introduje, la puerta se cerró caímos en la cama.

Me había hecho mucho del rogar pero esa noche le daría a Armando lo que había deseado por mucho tiempo, hicimos el amor,  a partir de esa noche, Armando estaría comiendo de su mano completamente jamás pensé que él fuera a resultar un excelente amante.

En la mañana me levanto de la cama, me dirigí al balcón,  abrí las puertas,  me asome era una magnifica postal, a lo lejos podía asomarse el museo del Louvre. Me sentía plena poderosa la más hermosa del mundo.

Armando al no sentirme en la cama fue por mi me abrazo por  atrás, volvimos a besarnos regresamos a la cama e hicimos otra vez el amor. Prácticamente, todo el día nos la pasamos en la cama por lo que ese día por la tarde noche me pidió que abandonara el Crillon para que me instalara en su mansión como dueña y señora, una propiedad muy antigua  cerca de la Torre  Eiffel.

ROMAN.- ¿Necesita algo señora?

SUSANA.- ¿En dónde está la cocina?

ROMAN.- ¡Si necesita algo señora,  solo necesita pedírmelo y con gusto la atenderé!

SUSANA.- ¡Quiero  hacerle yo el desayuno a Armando!

ROMAN.- ¡Pero señora…!

SUSANA.- ¡Recuerde que  usted recibe un salario  por recibir órdenes!  Así que llévame a la cocina que no se te olvide quien soy ahora en la vida de Armando, que no se le olvidé quien eres tú aquí.

ROMAN.- ¡Así es mi señora sólo que es Don Armando quien paga ese salario!

SUSANA.- ¡Es muy cierto Román, Armando te paga tu salario! pero yo voy hacer la futura señora de Millán, ¡ama y señora de esta casa…! y si no puedes llevarme a la cocina tendré que pedirle a Armando que me lleve él.

ROMAN.- Por aquí señora…

Poco después entre a la habitación con el desayuno, necesitaba demostrarle a Armando  que era yo la mujer ideal. Lo desperté con cariño y suavemente, llegue a pensar que si lo hubiera conocido a él, antes que Alejandro seria una mujer plena, las cosas serian muy distintas, que tal vez aun estaba a tiempo, de que la vida de todos nosotros tomara un rumbo distinto al que iba a darse,  pero mi plan iba en camino así que ya no había marcha atrás, Armando era solo una pieza más  de un ajedrez, un peón que habría que sacrificar para que la reina diera jaqué mate, era mucho tiempo invertido en Armando, y por mucho que me gustaba como me hacía el amor, era tiempo de cosechar triunfos.

SUSANA.- ¡Espero que te guste yo misma prepare el desayuno especialmente para ti…!

ARMANDO.- ¡Mi amor…! Hoy te tengo una… bueno en realidad dos sorpresas…

SUSANA.- ¡Dos sorpresas! ¿Qué son? Dime anda por favor dime ya…

ARMANDO.- Solo  te voy a dar un adelanto,  vamos esta noche, quiero que estrenes un vestido diseñado por mí, quiero que luzcas como una reina como mi reina, hay una joyería exclusiva  de Paris que me presta algunas joyas con las cuales quiero que  las uses esta noche…

SUSANA.- ¿A dónde vamos air?

ARMANDO.- Vamos a ir a la opera de Milán…

SUSANA.- ¿En  serio?

ARMANDO.- Claro que si… ¡Román…!

ROMÁN.-  ¿Dígame señor?

ARMANDO.- ¡Dios mío… no sé qué hacer contigo! ¡Tienes años conmigo desde que era un niño y aun sigues diciéndome señor o lo que es peor Don Armando…!

ROMÁN.- ¡Usted ha sido como mi hijo señor!  Pero yo solo soy su mayordomo…

ARMANDO.-  Y yo lo sé y te considero como mi padre por eso es que menos te entiendo, por más que te he pedido que dejes ese uniforme pero en fin necesito que ordenes que preparen el coche por que la señora va  a salir…

ROMÁN. – En seguida don Armando…

Horas más tarde el teatro más famoso de París y de todo el mundo, lucia en todo su esplendor se presentaba Aida, una opera en cuatro actos con música de Giuseppe Verdi interpretada por una soprano y un tenor muy famosos en aquella época en  La Scala de Milán.

Entre  partiendo plaza del brazo de Armando, se que lucia hermosa en aquel vestido de alta costura diseñado y concesionado en  su casa de modas, se que él se sentía orgulloso al ver que yo su mujer causaba admiración, a mi paso, saludaba algunos conocidos a quién sin pensar me presentaba con aquel aire triunfador, poco antes de entrar a su palco…

SUSANA.- ¡Amor me permites voy al tocador!

ARMANDO.- ¡No tardes  la obra no tarda en iniciar…!

Estaba a punto de entrar al tocador, cuando de él  salía Dessireé, igualmente, radiante y elegante para dicho evento, aun que sus joyas no eran tan ostentosas como la que portaba yo en ese momento, Fue una sorpresa para ambas encontramos frente a frente. Ya que hacía tiempo que había dejado de tener comunicación con ella, supuse que Nayeli le habría dicho lo de las fotos y la verdad, no tenía humor de soportar lo que Dessireé sintiera con derecho de opinar al respecto.

SUSANA.- ¡Dessireé que sorpresa encontrarte!

DESSIREÉ.- ¡Así es, jamás imagine encontrarte aquí en la opera!

SUSANA.-  ¡Ya vez querida lo mismo pienso! ¿Y por fin eres madre o será que tal vez seas estéril? ¡O peor aun que tu maridito no puede…!

DESSIREÉ.- Te equivocas querida, no soy estéril,  ¡No me he embarazado porque Giovanni y Yo hemos estado viajando mucho por Europa…!

SUSANA.- Jajaja ¡Claro entiendo él no puede!

DESSIREÉ.-  ¡No tampoco es estéril, pero de serlo podría hacer lo que tú…!

SUSANA.- ¿A qué te refieres?

DESSIREÉ.- ¡Embarazarme de otro hombre y decirle a mi marido que es de él! ¿No?…

SUSANA.- ¡Estúpida…!

DESSIREÉ.- ¡Aquí la única estúpida eres tú! ¿Cómo pudiste llegar a tanto…? ¿Cómo has podido cambiar tanto…? ¿Cómo pudiste hacerle eso a Nayeli…?

SUSANA.- ¡No te metas en donde no te llaman Dessireé,  porque no respondo esta guerra es entre ella y yo…!

DESSIREÉ.- ¿Guerra… de que hablas…?

SUSANA.- ¡En lugar de preocuparte por tu amiguita! ¡Deberías preocuparte por tú maridito esta de coqueto… míralo…! y no precisamente con una mujer… Jajaja   ¿Sera que por eso no te embarazas? ¡Porque no te toca…!  ¡A eso me refería con que no puede querida…! ¡Tal vez si necesites a otro que le gusten las mujeres y te embarace…!

Dessireé volteo efectivamente su marido coqueteaba con otro sujeto, fue un baldé de agua fría para ella pero Giovanni sabría manejar la situación. Estar enamorada de la persona equivocada es creer que todo está bien, y ella aun estaba ciega, ella seguía creyendo en cada escusa que el tenia para no tocarla.

SUSANA.- ¡Con permiso querida…! ¡Espero no volverte a ver! ¡Te recomiendo, no te metas  donde no te llamen, si no quieres salir raspada…!

Entre al tocador, para después ir a disfrutar de la obra, en compañía de Armando sin más la opera termino, fuimos a cenar de nuevo al Tour d’Argent  donde en una cena especial  en donde ganaba la primera partida,  Armando me proponía matrimonio, dándole un gran anillo de compromiso. Era el momento de empezar a organizar una boda y un funeral.

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