Hard Beat

Hard Beat

Capitulo 1: Monotonía y Decisión

Lo recuerdo bien...

Fue una cálida noche de verano, era mi último día de clases antes de comenzar las vacaciones y mi jornada de medio tiempo en el minisúper había acabado, pero no quiero embellecer las cosas.

Era extremadamente caluroso, estaba cansado y estresado, tratar con gente no es mi fuerte... pero, de alguna manera, agradezco que haya algo recordándome que estoy vivo.

Aunque, a veces me cuestiono si realmente lo estoy. Vivir en una ciudad pequeña donde todos te conocen y nunca pasa nada, puede ser el sueño de algunos, pero de alguna manera, logro encontrar la manera de verle el lado negativo a eso.

No me malentiendas, me gusta este lugar.

Es solo que... Bueno, mientras más pasa el tiempo y menos avanzo con mi vida, viendo los días ir y venir, pierdo más y más de vista las metas que alguna vez pude haber tenido de joven.

¿Qué? No, no, no, no hablo como viejo, mírame, apenas estoy entrando en mis dulces veinte, pero... ¿Sabes? De alguna manera, me pregunto, ¿Es esto todo lo que haré?

Es decir, no soy alguien que se sienta cómodo con el status quo, pero tampoco soy de esos que toman riesgos a la ligera.

Bueno, al menos solía creer que no lo era, pero entonces... ¿Qué es exactamente lo que busco en mi vida?

Es algo en lo que he estado dando vueltas todo este tiempo, supongo que simplemente no quiero irme de este mundo sin haber dejado un impacto en este. Pero el problema está en que es más fácil decirlo que hacerlo, y tampoco es algo que todo el mundo pueda llegar a lograr.

"Si todo el mundo fuera capaz de hacerlo nadie sería recordado".

Y mientras tanto, solamente estoy aquí.

Desperdiciando mis días en una ciudad donde nada nunca pasa, ahogando mis penas en plena banqueta afuera de mi hogar, desahogando mis penurias con una belleza que no me hace caso.

¡Bah! Qué sentido tiene.

-Balbucea un joven ebrio a una linda chica a la luz de la luna, desplomándose en el suelo-

La chica más confundida que nada.

Viendo a su alrededor escombros, pedazos de carne y máquina por doquier, un joven que se desploma encima de una cabeza de algo que solo podría describirse como una quimera de bestia y máquina.

Y viendo su reflejo en los vidrios rotos, su esbelta pero desnuda figura cubierta por las vísceras y fluidos de lo que en otro contexto puede haber sido un escalofriante monstruo, con todo esto, la chica solo se puede hacer una simple pregunta.

–¿Qué?… —Remarcó la chica confundida.

...----------------...

10 horas antes.

Corriendo como el diablo, un joven balbucea para sí mismo mientras exhausto y sudado, salta y corre sin importar los semáforos en rojo que cruza sin fijar.

—¡No, no, no! Vamos Zack, es el último día de clases ¡No puedes llegar tarde!

Solo es cuestión de tiempo hasta que termina siendo golpeado por una motoneta.

Zack sale disparado contra el suelo, pero se levanta como si nada.

Una vida llena de descuidos lo ha hecho propenso a los accidentes, pero igualmente lo han hecho resistente como solo él puede.

La conductora se quita el casco con un rostro de preocupación tras haber impactado a alguien.

—Ay, no, no de nuevo. —Exclama la joven, preocupada más por sí misma que por el peatón que casi mata.

Se acerca para ver al peatón y exclama un suspiro de alivio —Oh, solo eras tú Zack, por un segundo me tenías preocupada.

—Maldición, eres tú. ¡Ten más cuidado, Verónica! —Exclamó Zack con una mirada de fastidio.

—Mira quién habla —Exclama Verónica con una sonrisa burlona hacia Zack

—¿Vas a algún lado muchacho? —Dijo Verónica.

—Sí. De hecho, te encuentro en un buen momento, ocupo un ride hacia mi universidad. ¿Puedes hacerme ese favor? —Exclamó Zack mientras se sacude el polvo de la ropa.

—Oye, oye ¿Me viste cara de taxista? Además, eso está para el otro lado de la ciudad, no quiero gastar tanta gasolina… —Verónica reclamó.

—Es lo menos que podrías hacer luego de pasarme por encima ¿sabes?, A menos que quieras que le diga a tu madre que otra vez volviste a golpear a alguien. —Dijo Zack con una mirada y sonrisa engreída en su rostro.

—¡Agh! Está bien, lo que sea, súbete, no tengo todo el día. —Exclama Verónica mientras se pone su casco y arranca el motor.

Verónica y yo nos conocemos desde que éramos niños.

Ella es un par de años mayor que yo, pero no diría que tenemos una mala relación, claro, fuera del hecho de que esta es la tercera vez este mes que casi me mata con su motoneta.

No sabría cómo catalogar nuestra relación, no diría que tenemos mala comunicación, pero jamás he visto a Verónica de esa manera, bueno, realmente jamás me he visto en una relación... No es como si no quisiera saber que se siente tener una novia.

Digo, si me lo propusiera, seguro que sería todo un casanova, es solo que estoy ocupado con muchas cosas, pero si quisiera salir con alguien, no sería con Verónica.

Después de conocernos tanto tiempo, no puedo verla de otra forma que no sea familia.

Al llegar a la entrada de la universidad, Zack es detenido por Verónica. —Hey, antes de que te vayas, ¿Haz pensado en mi propuesta de hace unos días?

Verónica es alguien de metas ambiciosas, ha estado arreglando cosas para irse al extranjero.

Ella dice que quiere ampliar sus horizontes, pero conversando con ella siento que solo quiere salir de esta ciudad, se le nota motivada y decidida a ello, pero siento como si sus acciones detrás del por qué son más bien confusas.

Es como si ella sintiera que hay algo que la retiene en este lugar, hasta que no salga de aquí no será libre de verdad, honestamente, no la culpo, creo que es algo que más de uno ha llegado a sentir.

Es decir, ¿Cómo lidias con el hecho de que ves el mismo paisaje, las mismas personas y el mismo cielo todos los días de tu vida desde el segundo que naciste?

Es como si nacieras en una prisión de la que jamás saldrás, quizás sea lo que ella piensa, o quizás es lo que yo me estoy forzando a suponer que ella piensa… Una situación que entre más le doy vueltas, más complica para mí el tomar una decisión…

—Ahh... No lo sé, no le he dado muchas vueltas realmente, me siento halagado, pero no es algo que pueda decidir de la noche a la mañana. —Dice Zack con una leve sonrisa apática y encorvado de hombros. —¿No?…

—Hey, no es como que seas la única persona en el planeta a quien puedo preguntarle —Respondió Verónica con una leve cara de enfado.

Verónica entonces recargo sus brazos y mentón sobre el manubrio de su motoneta —Sólo quiero tener algo a lo que estoy acostumbrada a mi lado cuando deje todo atrás.

—¿Hmm? —Exclamó Zack, debido a la posición en la que estaba, no logró escuchar bien a Verónica.

Es entonces que Verónica se levanta y se pone el casco de vuelta —Descuida, no te estoy obligando a nada, sé que una decisión así es mucho para un miedoso como tú.

Verónica sonrió como si no hubiera dicho nada y me sacó la lengua de forma alegre.

Nos despedimos como si nadie tuviera nada en la cabeza y ambos tomamos nuestros rumbos. Mientras caminaba, voltee la cabeza para ver cómo ella se alejaba hasta perderla de vista, con un poco de melancolía, empezó a recorrer mi cabeza, pensando en como un día muy pronto veré a alguien que estimo mucho alejarse de esa forma y será la última vez que la vea.

"No era un pensamiento agradable…"

Al llegar, sin pena ni gloria, en el salón veo al grupo de gente que podría considerar amigos.

No quiero ser malo, pero desde que Verónica me habló de su propuesta, los he estado evitando un poco. La razón para ello es muy tonta y simple…

—¡Zack! —Grita una chica alegre y optimista desde el otro lado del salón mientras se acerca rápidamente saludando.

—Oh cielos... —Pensó Zack.

Annie, el polo opuesto de Verónica.

Mientras Verónica es más masculina con su estilo rockero y de complexión más tonificada, Annie es una chica en todo el sentido de la palabra, afeminada como solo ella puede, y una figura esbelta.

La conozco desde hace 5 años, solíamos ir juntos a preparatoria, aunque ella solía ir un año detrás de mí. Ella es básicamente la razón del por qué actualmente estudio una carrera.

Durante mis años más joviales, no tenía ganas de hacer nada, no fue hasta que ella llegó y me convenció de darle una oportunidad a la vida universitaria.

—No creí que te vería en el último día de clases, je, je, je. Creí que lo tomarías de sabático y me harías darte los apuntes de hoy como de costumbre dormilón. — Dijo Annie en un tono juguetón.

—Hasta yo soy capaz de presentarme en el último día Ann, ya no estoy en preparatoria. —Respondió Zack mientras se sentaba en su lugar.

—Bueno, eso me alivia un poco al menos. —Respondió Annie mientras se sentaba a un lado de él para seguir hablando.

—¿Planeas ir a la fiesta después de clases a tomar algo? Ha pasado un tiempo desde la última vez…

Es verdad, creo que fue exactamente luego de que Veronica me contara sus planes, no le he hablado de ello aun.

Ann siempre ha sido un poco posesiva, fuera de su apariencia jovial y extrovertida, creo que en el fondo es solo una chica solitaria que no quiere perder a nadie cercano.

No es como si este escrito en piedra que me iré de la ciudad, pero no puedo encontrar las palabras ni el coraje para decirle que esta podria ser la ultima vez que nos veamos.

Ann y Verónica nunca han estado en los mejores términos. Ann se enojo mucho con ella cuando no impidio que yo dejara de estudiar por tanto tiempo sólo por caprichos mios.

Y creo que una decision como esta le haría sentir que pongo a Veronica por sobre ella. Si Veronica es como una hermana mayor para mí, Ann sería mi hermanita menor.

Sé que no puedo poner una sobre la otra, pero si tardo demasiado en tomar una decision, terminaré lastimandolas a las dos.

—Nah, lo siento Ann, quiero bajarle a la bebida. —Respodio Zack con la suficiente autoestima como para creerse él mismo su propia mentira.

—Bueno. No es como que tengamos que tomar forzosamente, podriamos ir a mi casa y comer algo. —Respondio Annie.

—"Carajo, eso solo complicaria mas las cosas". —Pensó Zack cuando de repente sus ojos se abren como si hubiera tenido una revelación.

—Lo siento Ann, recordé que tengo el turno nocturno hoy. —Dijo zack procediendo a poner una mano sobre el hombro de Annie

—Iremos a comer juntos despues, ¿de acuerdo? —Dijo Zack con una leve sonrisa en su rostro.

—Ouuu~ De acuerdo, es una promesa eh~. —Respondió Annie, procediendo a ponerse de pie y regresando a su asiento.

El día pasó sin pena ni gloria.

Me despedí de Ann y le prometí que la llamaría más tarde, no puedo dejarla en la oscuridad más tiempo, no sería justo para ella.

Mi trabajo en el minisuper es común, nada del otro mundo, pero la cotidianidad y tranquilidad de trabajar en la noche con pocas personas entrando y saliendo me da un sentimiento de comodidad durante la noche.

Solamente somos yo y la tercera molestia en mi vida.

De repente, una chica de corta estatura sale del área de empleados y le hace un leve gesto de saludo a Zack.

—Oh, sí llegaste. —Respondió mirando hacia arriba a Zack. —Ya comenzaron las vaciones, así que habrá más alcohólicos que de costumbre durante las noches, así que me servirá mucho la ayuda extra estos días.

—Seguro Alexis, no tengo nada que a estas horas de todas formas. —Respondió Zack.

—Sólo será este mes. Es casi seguro que seré promovida a finales de verano, el supervisor en jefe será tranferido a otra sucursal. —Dijo Alexis mirando a Zack a los ojos —Así que puedes dar por hecho que si sigues con el buen trabajo, tú tendrás mi puesto.

Genial, más decisiones, más problemas que resolver.

Alex siempre ha sido de gran ayuda para mí cuando era un desastre y no hacia nada de mi vida. Es alguien que ha dado la cara muchas veces por mí cuando apenas empecé a trabajar aquí, es más, si no fuera por ella, estoy seguro que ni trabajo tendría en estos momentos.

Me sentía halagado de que reconociera mi esfuerzo por poner mi vida en orden, pero... Si me voy con Verónica, tendría que dejar estre trabajo y a Alexis atrás.

Igual, si continúo estudiando con Ann en posgrado, claro que podría aceptar la promocion, continuar subiendo peldaños y acabar siendo el encargado de este lugar en un par de años. Pero sería decirle adios a Verónica y a Ann... Carajo, estos ultimatums están acabando con mi sanidad mental.

—Hey Alexis, ¿Puedes guardarme un six-pack? Descuida, lo pagaré al final de mi jornada —Dijo Zack intentando desviar la conversación del tema principal —¿Puedo?

—Claro, si puedes pagarlo no hay problema, dejaré un paquete en el almacén —Dijo Alexis, quien le sonrió a Zack —Hey, ¿Que te parece esto? Te doy la mitad para las cervezas, vamos a mi apartamento y seguimos hablando en paz.

—Ahh, lo siento Alexis. Quedé con unos amigos al final de mi turno, además, no me sentiría cómodo quedándome en tu casa hasta tarde... —Respondió Zack, buscando excusas creíbles para no hablar de trabajo más tiempo.

—Jajaja, descuida, confío en ti. Sé que no vas a aprovecharte y hacer nada que no me gustaría. —Dijo alexis en un tono juguetón.

—Ja ja ja... Sí... Entonces podemos dejarlo para después, hoy realmente no puedo. —Dijo Zack con un tono optimista haciendo un gesto con la mano disculpándose.

La jornada procedió como si nada y ambos se fueron a sus respectivos hogares.

—¡CARAJO! ¿QUÉ SUCEDE CON EL DÍA DE HOY? Decisiones, decisiones y más decisiones... ¿No hay una forma de salir de esta situación sin decepcionar a nadie? —Dice Zack, abriendo una de las latas en medio de la calle y bebiendo lo más rapido posible. —No es justo, ni siquiera salgo con alguna de ellas... ¿Por qué dan un carajo por mi?...

La idea de tener que tomar una decisión tan importante en tan poco tiempo me vuelve loco. Lata tras lata, mis quejas sin sentido aumentan más y más, sintiendome más y más como un ingrato por no agradecer todo lo que hacen por mí. Pero estoy en un punto en el que mi vida podria cambiar por completo.

Es mucho para mí, ¿Cómo podré conciliar el sueño sabiendo que sea lo que sea que escoja sólo haré miserable a alguien al final?...

Mientras se tambaleaba por la calle con el plástico que envolvía las cervezas en mano, Zack a duras penas podía caminar derecho hasta que llegó a su casa.

En la entrada de mi casa se veía una silueta, estaba muy cansado y mareado, así que apenas podía distinguir las formas.

Forcé un poco la vista y distinguía que era una chica sentada en la acera, abrazando lo que parecia un peluche de animal.

Aunque no sé si era el alcohol o el estrés que me estaba haciendo perder la cordura, pero era casi como si la mascota estuviera respirando y jadeando como perro.

Al principio me pregunté quién era, una mujer... ¿Acaso Verónica o Ann estaban esperándome en la entrada de mi casa?

Nah... Verónica tiene un duplicado para emergencias y los padres de Ann la matarían si estuviera conmigo tan tarde en mi casa.

¿Podría ser Alexis? Nah, la ví irse a su casa. Y aunque esté tomado, es imposible que llegara antes que yo.

Poco a poco me fui acercando, las nubes despejaron el cielo para que la luz de la luna iluminara la calle.

Ahí, en medio de la calle, mientras estaba ebrio y a punto de vomitar, se encontraba una preciosa chica de cabello largo que pareciera que imponia su precencia.

Sus ojos tenían un color peculiar, era como si vieran dentro de mí, me sentía desnudo por su mirada tan profunda.

Ahí me di cuenta que ella estaba desnuda, mi cerebro estaba pasando por cientos de cosas a decir verdad, pero la única cosa que salio de mi boca fue...

—¿Qué?....

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